Restitución debe ser un acto de justicia
La restitución de tierras en Urabá vuelve a destapar la controversia que polariza, deslegitima y radicaliza cualquier análisis sobre la tierra en Colombia. El robo de tierras en Urabá debe entender la responsabilidad de guerrillas, paramilitares y bacrim que han considerado al Urabá como enclave estratégico. Esta historia de depredación de más de cinco décadas ha victimizado a campesinos, sindicalistas y empresarios por igual. Por ello, no pueden concebirse soluciones de manera automática y simplista. Con estos antecedentes, la restitución en el Urabá enfrenta tres retos claves, cuya resolución determinará si la región recupera su estabilidad o sigue siendo escenario de conflicto. Para comenzar, está la percepción sobre la lentitud de la restitución. El proceso fue concebido como un esfuerzo gradual y progresivo para garantizar la protección de los reclamantes. En este sentido, es fundamental que los sectores de defensa y justicia creen condiciones para un retorno seguro; pero también es cierto que garantizar el orden público y capturar a los responsables del despojo es una tarea que requiere tiempo. En consecuencia, una restitución segura para las víctimas debe combinar agilidad administrativa y medidas sólidas para garantizar la no repetición. Crear un entorno estable y evitar la revictimización hace de las invasiones de tierras no solo ilegales sino contraproducentes. Esta práctica alimentó la violencia en torno a la tierra en los 70. Por ello, la Ley 1448 castiga las vías de hecho. Con independencia de los argumentos de los reclamantes, solamente el juez puede otorgar la restitución. Cualquier otra cosa sería tomarse la justicia por mano propia. Finalmente, para reconstruir el tejido social, hay que evitar la criminalización de los actores sociales que conviven en el campo. Ni los campesinos pueden ser estigmatizados como guerrilleros, ni los empresarios merecen ser acusados de paramilitares. Estos señalamientos son nocivos para la reconciliación de poblaciones que buscan construir un escenario pacífico.