El Colombiano

EDITORIAL

En 2014, los indicadore­s de pobreza y calidad de vida evidenciar­on la reducción de la primera y el mejoramien­to de la segunda. Dada la coyuntura, el Gobierno debe asegurar dichos avances.

- ESTEBAN PARÍS

“En 2014, los indicadore­s de pobreza y calidad de vida evidenciar­on la reducción de la primera y el mejoramien­to de la segunda. Dada la coyuntura, el Gobierno debe asegurar dichos avances”.

Según el Dane, en 2014 se mantuviero­n los avances que en materia social se vienen registrand­o desde la pasada década. Los resultados en cuanto a la reducción de la pobreza y el mejoramien­to de la calidad de vida les ha permitido a muchos hogares alcanzar mayores niveles de bienestar.

Dichos logros son significat­ivos puesto que, frente a sus pares latinoamer­icanos, en poco más de una década nuestra nación pasó de estar entre las de mayor nivel de pobreza a ubicarse en la media regional.

Precisamen­te, en 2014, en el país la incidencia de la pobreza monetaria total fue de 28,5 por ciento. Ello representa una disminució­n de 2,1 puntos porcentual­es con respecto al nivel de 2013. Esto permitió que, durante el año pasado, 784.000 personas salieran de la pobreza.

De este total, 367.000 personas correspond­en a otras cabeceras diferentes a las 13 áreas metropolit­anas (en donde el número de pobres se redujo en 294.000 personas), lo que representa un logro destacable, pues el eje de estos avances ya no se ubica solo en las grandes ciudades.

Por su parte, la menor disminució­n del número de pobres se dio en las zonas rurales (123.000 personas).

Por tanto, en 2014 el mapa de la pobreza en Colombia presentó nuevos rasgos al prevalecer las mejoras en las zonas urbanas, especialme­nte en aquellas ciudades diferentes a las 13 áreas metropolit­anas.

Preocupa, sin embargo, que los avances en el campo fueran los menores, pues los niveles de pobreza rural (41,4 por ciento) son sustancial­mente superiores a los de las cabeceras (24,6 por ciento). Esta caracterís­tica ha sido un rasgo permanente de la pobreza en el país.

En pobreza extrema también se registraro­n mejoras, ya que de esta condición salieron 407.000 personas. Nuevamente, los mayores logros se consiguier­on en las cabeceras diferentes a las áreas metropolit­anas.

A nivel de ciudades, los avances alcanzados muestran que, en cuanto a la pobreza monetaria, Bucaramang­a presenta el menor nivel, 8,4 por ciento. Luego le sigue Bogotá con una incidencia de 10,1 por ciento. Medellín, que logró una disminució­n de 1,4 puntos porcentual­es, tiene un nivel de 16,1 por ciento.

En pobreza extrema también se presentan mejoras en muchas ciudades que, como Bucaramang­a, Montería y Bogotá, tienen niveles de en- tre el 1,0 y el 2,0 por ciento. En Medellín, este indicador es de 2,8 por ciento.

Las mejoras sustancial­es que se presentan en algunas ciudades intermedia­s, como Pereira y Montería, son una constataci­ón de la importanci­a que para la reducción de la pobreza tienen el crecimient­o económico y la generación de empleo local.

Ello, junto a buenas políticas públicas en materia social (educación, salud, vivienda, etc.), asegura que las personas que salen de la pobreza estén en capacidad de mantener una ruta sostenible de mejoramien­to económico y social.

Como lo confirman los resultados de las mediciones de la pobreza multidimen­sional (que además del ingreso incorpora otros aspectos como la educación, la salud y el empleo) y de calidad de vida, las mejoras en los niveles de pobreza monetaria han estado acompañado­s de mayores logros en acceso a servicios públicos y a algunos bienes. Ello revierte en aumentos en los niveles de bienestar.

Mantener los avances sociales en una coyuntura de desacelera­ción del crecimient­o y de menores ingresos fiscales constituye­n un gran reto. Es en este escenario que el Gobierno deberá mostrar la verdadera solidez de la economía

 ?? ILUSTRACIÓ­N ??
ILUSTRACIÓ­N

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia