“Otoniel”, auge y crisis del capo más buscado del país
Siete momentos que definen la vida del cabecilla de “los Urabeños”, sobreviviente de lidias paracas y guerrilleras.
El clan de los Úsuga, de 11 hermanos según la Policía, se crió en el corregimiento Pueblo Nuevo, en Necoclí (Antioquia). Al cumplir los 16 años, Dairo Úsuga David asumió el rumbo que otros familiares habían tomado, y en 1987 abandonó la vida en la finca para ingresar a las filas del Epl. Militando por cuatro años para la subversión conoció los secretos del monte y la supervivencia, por lo que logró mantenerse vivo hasta la desmovilización, que inició en 1991. El Estado otorgó tierras a los desmovilizados, pero Dairo no quería volver a arrear vacas y se metió a las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá. El comandante Vicente Castaño, “el Profe”, vio en él ese potencial para la devastación y lo mandó a los Llanos Orientales para apoyar al Bloque Centauros de las Auc. Lo acompañaron los cabecillas Daniel Rendón (“don Mario”) y Henry López (“Mi Sangre”). Cometió tantas atrocidades, que le expidieron 37 órdenes de captura. En 2005 se desmovilizó de nuevo, no sin antes mandarles a decir a los investigadores de la Fiscalía de Villavicencio que lo buscaban, que “a él lo cogían, ¡pero muerto!”. Dairo Úsuga conformó dentro de la banda un Estado Mayor y diseñó una cúpula con cabecillas que habían guerreado a su lado en el Epl: su hermano “Giovanny”, “Gavilán”, “Sarley” y “Nicolás”. Copiando el modelo de guerrillas y “paras”, distribuyó las tropas en bloques, teniendo como base a Antioquia, Chocó y Córdoba. Hizo alianzas con las Farc y con narcos, creó redes para exportación de narcóticos al tiempo que extendió su influencia hacia el Valle de Aburrá, Eje Cafetero, Santanderes, Valle, Costa Atlántica y los Llanos. Según Ameripol, formó células en Venezuela y España, y en asocio con carteles de México exporta 92 toneladas de cocaína anuales a E.U. y Europa. Tan solo en 2014, la Fiscalía capturó a 27 servidores públicos por nexos con ese clan. “Los Urabeños” son la única estructura con proyección nacional y contaría con 2.650 integrantes. Esto, sumado a los arrestos o muertes de otros capos (los hermanos “Comba”, “Cuchillo”, “Loco Barrera”), convirtió a “Otoniel” en el cabecilla más buscado del país. Úsuga, que a esa altura ya era conocido por el alias de “Otoniel”, retomó las armas en 2007 cuando nacieron las bandas emergentes, buscando el enriquecimiento por medio del narcotráfico. En Urabá se formó uno de estos grupos, liderado por “don Mario”: lo bautizó “Héroes de Castaño” en honor a “el Profe” Vicente, cuya muerte a manos de los paramilitares “don Berna” y “H.H.” se propuso vengar. Rendón recicló 74 “exparas” para enfrentar a sus dos enemigos, entre ellos a “Mi Sangre” y “Otoniel”, quien acudió con su hermano Juan de Dios Úsuga, alias “Giovanny”. Para 2009, con esos rivales extraditados, la agrupación se impuso en Urabá, cambió el mote por el de Autodefensas Gaitanistas (Agc) y repartió panfletos para generar la imagen de movimiento político-militar, surgido de los incumplimientos del Gobierno con la reinserción. Iniciaron una expansión sangrienta por Córdoba, el Nordeste y Bajo Cauca de Antioquia, para arrebatar las zonas de cultivos ilícitos a “los Paisas” y “los Rastrojos”. Adonde quiera que iban, la gente decía que habían llegado “los Urabeños”. Cuando “don Mario” cayó, ocurrió la sucesión que anunció en ese vuelo rumbo a la cárcel: “El que queda con esto es ‘Otoniel’”. E.U. enfiló su aparato judicial contra él y una Corte de Nueva York le abrió un expediente por narcotráfico. Según el fiscal Lev Dassin, “Otoniel” estaría participando en la exportación de cocaína desde 1998. E.U. ofreció recompensa de US $5 millones y lo incluyó en la Lista Clinton. Para el presidente Santos su arresto es imperativo, más cuando los jefes de las Farc están fuera de rango por la mesa de diálogos de Cuba. Uno de los golpes al corazón de “los Urabeños” se dio el 01/1/12 en Acandí, cuando en una finca la Policía dio de baja a Juan de Dios. La reacción de “los Gaitanistas” fue decretar un paro armado en sitios de Antioquia y la Costa Atlántica. Esa muerte fue para Dairo el preludio de la desgracia, porque desde entonces la Policía le ha capturado a 9 parientes, incluyendo a su cónyuge Blanca Madrid (03/2/15) y su hermana Nini (12/12/13). Con esos golpes, el arresto de socios y la muerte de otro miembro del Estado Mayor (“el Negro Sarley” fue abatido en 2013), “Otoniel” se quedó más solo que nunca. “Agamenón” es una operación sostenida que comenzó el pasado 2 de febrero en Urabá, dejando hasta ahora 57 detenidos. La Policía envió 1.200 hombres, al mando de cuatro generales, para capturar a “Otoniel”. Así lo ratificó el ministro de Defensa, Juan C. Pinzón. El operativo recuerda las persecuciones a los jefes de los carteles de Medellín y Cali, en los 90. La Policía gasta a diario unos $150 millones, distribuidos en el pago de sobrevuelos de 9 helicópteros, dos aviones plataforma, arsenal, logística y alimentación para el personal y pago de informantes. También hay dinero en ayudas para la comunidad, como abastecimiento de agua con camiones cisterna. El cálculo inicial es que “Agamenón” dure 60 días, lo que arroja un total aproximado de $9.000 millones invertidos en la operación. Tanta presión está desmoronando a “Otoniel”. El pasado 17 de febrero detuvieron en Bucaramanga a Abimael Coneo (“Torta”), el cabecilla político de la banda. Dijo que su jefe se ha entregado a la pena y bebe licor a diario, acompañado por niñas de 12 a 14 años. Los comandos que están recorriendo los montes de Urabá han encontrado cambuches de tabla con antenas de Direct TV, televisores de plasma y colchones ortopédicos, en los que Úsuga ha pasado las noches. Se cree que a sus 44 años, el sobreviviente de tantas guerras se desplaza sobre una mula en la montaña, mientras su imperio criminal parece derrumbarse alrededor.