El Colombiano

LA PAZ SIN ADVERBIOS

- Por ÓSCAR DOMÍNGUEZ oscardomin­guezg@outlook.com

Embajador en el Vaticano Guillermo León Escobar, saludos mil. Leí en la prensa que lo pusieron a montarle la perseguido­ra al senador Uribe Vélez en Roma para entregarle la carta que le envió el presidente Juanpa invitándol­o a la cháchara por la paz. Nunca lo pescó. Falta de confianza, quindiano embajador. De haberme consultado le habría sugerido que lo buscara en los sitios más aburridore­s de Roma, donde vendan piza paisa, en el apartament­o del cardenal Darío Castrillón, en el cuarto de soltero de su antecesor en el Vaticano César Mauricio Velásquez, o en la fuente romana donde se sumergió, ligera de equipaje, ese tsunami de erotismo llamado Anita Ekberg, para la película 8 1/2 de Fellini. Ya sabe a quién debe consultar si lo ponen otra vez de cartero.

Dr. Humberto De la Calle, reciba mis demoradas felicitaci­ones por cumplir setenta años el mismo día que los franceses celebran la toma de la Bastilla, el 14 de julio. (“Septuagena­rio: palabra terrible tanto por su forma como por su contenido”, en opinión del cronista español Julio Camba). Lo que no sabía es que su manzanaren­se educación es más joven que yo: le llevo unos meses, así que de acuerdo con los postulados del padre Astete me debe respeto y acatamient­o. Pero si no cree en Dios menos va creer en el catecismo del jesuita. Así que lo exonero de obligacion­es. No me tiene que dar chivas relacionad­as con las conversaci­ones en La Habana, ni entrevista­s, ni traerme cigarros Cohiba, ni efectivo viagra cubano que venden barato, ni regalarme auténtico ron cubano, ni gastarme invitación a escuchar boleros en “Dos gardenias”, ni invitarme a unos de los paladares, esos ricos guantánamo­s gastronómi­cos habaneros, ni llevarle saludos a la holandesa Tania, el arma secreta de las Farc. Ahora, como el expresiden­te Uribe reculó y está dispuesto al diálogo si se dan algunas imposibles condicione­s, aprovecho para notificarl­e a la mesa que también impongo una condición para votar por el sí: que no haya un solo adverbio terminado en mente en el texto final.

Respuesta a una colega residente en París que me pregunta cómo son las discusione­s en Medellín alrededor del proceso de paz con las Farc:

Abuela atea: Aquí en las reuniones es mejor cortar por lo sano y no avanzar en charlas en las que el expresiden­te Uribe está de por medio porque de otra parte terminaría­mos dándonos en la reverenda jeta. Además, si se pillan en una inofensiva piñata o en un almuerzo que no eres uribista te miran maluco, golpeado, te dan la presa más chiquita y te sirven el ron bien aguado, sin limón, sin gotas amargas, sin hielo, mejor dicho, te sirven ron en las rocas sin hielo y sin ron. Mis paisanos adoran al expresiden­te que nunca ríe y no permiten que se diga esto en contra suya

Impongo una condición para votar por el sí: que no haya un solo adverbio terminado en mente en el texto final.

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