MÁS ALLÁ DE LA ETIQUETA O PEQUEÑA ÉTICA
La humildad, el desapego de intereses egoístas y la opción por los pobres son tres temas centrales de la ética propuesta por Jesús (Lucas 14, 1.7-14). Jesús inicia su intervención en un banquete al que ha sido invitado, evocando una norma de etiqueta (pequeña ética) expresada unos 450 años antes: “No te des importancia ni tomes el lugar de la gente importante; vale más que te inviten a subir allí, que ser humillado ante los grandes señores” (Proverbios 25, 6- 7). “Hijo mío, en tus asuntos procede con humildad”, dice el Eclesiástico ( 3, 17-18), y es característico de la humildad no hacer ruido. A la antigua imagen del Dios que manifestaba su grandeza con el fuego, la tormenta y la trompeta, aunque también se describe su presencia mediante una brisa suave (1 Reyes 19, 12- 13), se contrapone en el Nuevo Testamento la del Dios cercano revelado en Jesús (Hebreos 12, 18-24).
Pero Jesús va más allá de la etiqueta. Nos exhorta también a obrar desinteresadamente, sin cálculos egoístas. Todos tenemos la inclinación natural a esperar que nos paguen por los favores. Esta actitud puede llevarnos a buscar recompensas en lugar de aplicar lo que Él dijo: “hay mayor felicidad en dar que en recibir”, frase evocada por Pablo en los Hechos de los Apóstoles ( 20, 35). Pero ¡ atención! Al dar existe la tentación de hacer sentir inferior al beneficiario. La verdadera caridad no consiste en sentir lástima los de “arriba” por los de “abajo”, sino en buscar solidariamente con los necesitados la realización de condiciones de justicia social que les hagan posible a todos vivir de acuerdo con su dignidad humana.
Y finalmente Jesús propone cambiar la jerarquía de
valores de un sistema que desprecia y excluye a quienes considera inútiles. Son estos, en cambio, los preferidos de Dios.
Un canto eucarístico antiguo, llamado en latín Panis angelicus (Pan angélico), dice en uno de sus versos: “¡ O res mirabilis! Manducant Dominum pauper, servus et humi
lis” (“¡Oh realidad admirable! Se alimentan del Señor el pobre, el servidor y el humilde”). Sin embargo, más admirable es mostrar en la vida cotidiana una disposición abierta y generosa hacia los necesitados. Esta es la opción de Jesús y debe ser también la de sus seguidores
Jesús va más allá de la etiqueta. Nos exhorta a obrar desinteresadamente, sin cálculos egoístas. Propone cambiar la jerarquía de valores