MÁS ACUERDOS PARA EVITAR UN MAYOR DETRIMENTO
No adivine lo que está oculto en el Acuerdo final para el fin de conflicto, léalo. No use prácticas esotéricas o comentarios de la vecina o de su columnista preferido para saber lo que va a decir. En la página equipopazgobierno.presi
dencia.gov.co, lo encontrará. Es un acto muy simple, pero vital, pasar la vista por lo que está escrito, comprendiendo antes de cualquier acción la significación de los caracteres allí empleados. Como a mí me interesa que el agua sea vista como un derecho fundamental para los campesinos y poblaciones vulnerables, me leí el primer punto, titulado “Reforma Rural Integral”, y aquí están mis comentarios.
Un nuevo campo colombiano, con una Reforma Rural Integral sin garantizar el agua no es viable. No será suficiente garantizar el mejor mantenimiento y operación de acueductos, si aguas arriba de la bocatoma no hay agua. Una autoridad ambiental robusta con incentivos y compensaciones económicas justas a las personas y responsables de la protección de los recursos naturales que proveen servicios como el agua, deberá urgentemente implementarse.
El acuerdo no deberá centrarse solamente en solucionar las causas históricas del conflicto, sino en evitar que nuevas guerras florezcan o que empeoren como las ya acontecidas por la falta de agua. El Acuerdo debe garantizar los instrumentos para que el diálogo, actualmente inexistente, entre los que conservan el patrimonio natural y los que se enriquecen de él, sin ningún control, comience. Debe ser un cabildo de intereses, basado en información y conocimiento, entre la vocación de protección y producción. Todo lo establecido en el Acuerdo debe tener el fin de acercarnos y no de separarnos.
Los procesos de ordenamiento del territorio deberán ser novedosos y concertados con las comunidades y gobiernos y autoridades locales, identificando zonas más estratégicas para la provisión de bienes y servicios ecosistémicos, definiendo claramente las acciones para su conservación, incluyendo las relacionadas con el verdadero y planeado uso sostenible, con incentivos a la comunidad para evitar la permanente y acelerada degradación y deforestación.
Se deberá garantizar la protección de las zonas con vocación forestal y la Reforma Rural Integral no deberá basarse en la sustracción de zonas de la Reserva Forestal, lo contrario debe evitar su transformación hacia finalidades productivas insostenibles e ineficientes como los actuales.
¿Cómo y quién en dos años va a desarrollar el Plan de Zonificación Ambiental que delimite la frontera agrícola y que permita actualizar y caracterizar nuevamente el uso del suelo? Para ello se recomienda levantar la Estructura Ecológica Principal de un territorio, a una escala apropiada de 25.000, para conocer la verdadera vocación y los nuevos usos.
¿Cómo vamos a garantizar el agua si no la conocemos? ¿Quién va a asesorar a los campesinos y poblaciones vulnerables sobre las nuevas áreas a conservar y su uso racional en páramos y humedales? ¿Quién va a determinar cuál es el nuevo uso principal recomendado de las nuevas áreas, es decir, el uso deseable que coincida con la función específica de la zona y que ofrezca mayores ventajas para todos?
El Mapa de Conflictos de Uso de los Suelos del IGAC nos ha mostrado que el comportamiento de los colombianos ha sido todo lo contrario. Nuestra vocación ha sido hasta ahora sobreexplotar las tierras a las que hemos tenido acceso, casi en su totalidad (17 millones de hectáreas). Cambiar esa cultura y costumbre de destrucción de las tierras con malas actividades de producción, deberá ser la meta, y el Ministerio de Agricultura, Minas y Energia, Hacienda, Vivienda y Agua Potable o el sector de infraestructura tendrán esa responsabilidad, a parte de la que ya han tenido las autoridades ambientales, pero que hasta el momento no han podido cumplir.
¿De qué nos sirven las Zonas de Reservas Campesinas sin agua o sin bosques?
Debemos evitar que la construcción de la paz y la implementación de estos nuevos acuerdos vayan en detrimento del patrimonio natural y de la insostenibilidad de la nación. A leerlo
Nuestra vocación ha sido sobreexplotar las tierras. Cambiar esa cultura de destrucción con malas actividades productivas deberá ser la meta.