“Siempre tuve una deuda con la Vuelta”
Nairo Quintana está tranquilo al convertirse tan pronto en líder en España. Hay confianza frente a lo que resta.
Se rumoraba, antes del inicio de la Vuelta a España, que Nairo Quintana aún arrastraba el problema de salud que lo atrapó en el pasado Tour de Francia, en el que pese a ello terminó tercero en el podio.
De hecho no pudo asistir a los Olímpicos de Río, y los médicos del equipo Movistar no explicaron el porqué de la supuesta alergia que tenía el corredor, síntomas que para muchos, entre ellos su padre Luis, eran producto de la fatiga.
“Es mejor que pare de correr por unos días y que no haga el oso en los Olímpicos, donde lo que está en juego es el nombre de Colombia”.
Por su parte, la madre del boyacense, Eloísa, y como presagio a lo deseado, agregaba que estaba segura de que su hijo tendría un mejor desempeño en la ronda ibérica, presentimiento que se hizo realidad ayer.
Nairo, el pequeñín de 1,67 metros de estatura, se volvió a mostrar como un gigante para despejar la incógnita sobre su estado físico.
Con fortaleza, poder y resistencia no solo aguantó el ritmo impuesto por el rival que lo venció en la ronda francesa, el británico Chris Froome (Sky), sino que con inteligencia, confianza y determinación, esta vez como se lo aconsejó uno de sus tíos en Cómbita, sin mirar para atrás, atacó en el terreno que se mueve como pez en el agua, la alta montaña, para obtener en meta el premio al atrevimiento: la camiseta roja que lo identifica como líder de la competencia.
“La sonrisa que llevaba en meta era solo puro sufrimiento”, fueron las palabras de Quin- tana, quien alargó la fiesta colombiana al relevar en el primer lugar de la general a su compatriota Darwin Atapuma (BMC), quien estuvo al comando de la prueba cuatro días.
Padecimiento entendible
La octava etapa de la Vuelta a España, entre Villalpando y La Camperona, de 181.5 kilómetros, fue una verdadera tortura para los corredores, sobre todo los últimos ocho kilómetros, donde había rampas hasta del 20% de desnivel.
En esas paredes, otro colombiano, el caldense Jhonatan Restrepo (Katusha) fue gran animador de la jornada.
Puso a vibrar al país al escaparse en solitario, pero fue cazado a falta de 1.600 metros para la meta.
En su caballito de carbono parecía escalando en cámara lenta por la cruel cuesta, pero pese a sus 70 kilos de peso, se las arregló para ser punta de lanza de su compañero ruso Sergey Lagutin, quien logró terminar en el primer lugar con un tiempo de 4:09.30.
Cuatro minutos y 41 segundos después entró Nairo cargado de felicidad, al saber que luego de dos años se volvería a enfundar el maillot de líder en la competencia española, en la que una caída, el 2 de septiembre de 2014, lo obligó a decir adiós a la cita.
“Lo hemos conseguido. Era este mi objetivo principal en el día de hoy -ayer-: ganar unos segundos a estos rivales”, dijo Quintana, quien de nuevo desbancó del liderato a otro compatriota en una gran vuelta. Antes lo hizo en el Giro de Italia 2014, cuando comandaba Rigoberto Urán. El primer criollo que remplazó en este lugar privilegio y en una carrera de este nivel
“He tenido momentos difíciles, pero los mensajes de apoyo de los colombianos me llenan de motivación para superarme”. NAIRO QUINTANA
fuef José Martín Farfán, sobre Ómar Hernández en la prueba española en 1989.
“El tramo duro de La Camperrona lo iniciamos con precaucción; estábamos esperando el aataque de Froome, que al final llllegó. Supimos responder. Llegué a la Vuelta con ganas, como en toda gran vuelta que disputo, esto me dará más de confianza. Da moral saber que estuve por encima de los rivales”, comentó Nairo, a quien no le preocupa estar en tal posición cuando apennas va una semana de carrera.
“Nunca es pronto para tomar el maillot: es mejor estar delante con unos segundos que detrás, tratando de ganarlos. La carrera se está seleccio-
nando de manera rápida, algo razonable teniendo en cuenta que llevamos una semana bastante rápida, con desgaste físico importante. De aquí en adelante, con el gran equipo que tenemos, podré defenderme, empezando por mañana -hoy-, donde en buena lógica habrá que esperar y ver los acontecimientos”.
Habla con confianza el escarabajo, que aventaja por 19 segundos a su compañero
Alejandro Valverde y por 27 a Froome. Mientras es mesurado con sus palabras, los fuertes pedalazos de Nairo hablan de su gran recuperación. Como siempre, el colombiano vuelve a ilusionar