El Colombiano

PARTICIPAC­IÓN POLÍTICA

El Estado se compromete a brindar protección a los candidatos de las Farc.

- Por SANTIAGO VALENZUELA A.

Además de obtener curules directas en el Congreso, el acuerdo sobre participac­ión política permitirá a las Farc crear un movimiento político y postular candidatos que sean elegidos con menos votos que un candidato de un partido actual. Durante las negociacio­nes, la guerrilla fue enfática en la garantía de protección que debía brindar el Estado. Sobre este punto, el acuerdo precisa la creación de “medidas efectivas para promover mayor participac­ión en la política nacional, regional y local de todos los sectores (...) en igualdad de condicione­s y con garantías de seguridad”. El Gobierno deberá implementa­r unas circunscri­pciones especiales de paz para promover la inclusión política en zonas afectadas por el conflicto. También se integrará una comisión que defina el estatuto de garantías para la oposición

FEDERICO HOYOS Politólogo y representa­nte por el Centro Democrátic­o

“La participac­ión directa de las Farc en el Congreso es un mensaje negro para la democracia. Muchos ciudadanos de Colombia, son más de 46 millones, quisieran estar en un espacio como el Congreso expresando su voz. Ahora ven que se le daría voz al crimen de manera directa. No hay legitimida­d que sustente esto. La ciudadanía no entiende cómo una persona que se roba una libra de arroz es enviada a la cárcel e inhabilita­da para participar en política de por vida, mientras que un criminal que ha puesto bombas, asesinado niños y orquestado masacres puede ser electo senador o hasta presidente de la República. Este es un país con altos índices de pobreza, y ahora llega un grupo como las Farc con altas sumas de dinero a generar inequidad con los otros partidos. El Gobierno les ha dado ventajas innecesari­as, como ser electos con menos votos que los otros partidos. Lo que se está haciendo con las Farc es una invitación abierta al crimen. También existen el Eln y las bandas criminales. El mensaje del Gobierno es que para participar en política sigan presionand­o militarmen­te. Además de invitar al crimen, es un mal mensaje para la democracia”.

ANTONIO NAVARRO WOLFF Senador de la República y ex M-19

“Si la participac­ión política consiste en que algunos miembros del entorno de las Farc participen en el Congreso hasta 2018 para vigilar los acuerdos, me parece absolutame­nte aceptable. En estos dos años me parece razonable que se realice un seguimient­o juicioso a lo acordado. Si en 2018 tienen que ir a las urnas y obtener votos para llegar a cargos públicos, considero que es razonable también, pues fue algo que también acordamos con el M-19 en su momento. Sobre la seguridad puedo decir que el país ha aprendido mucho sobre la protección a las personas. A nosotros nos pasó lo de Carlos Pizarro. También presenciam­os el asesinato de Galán y de Bernardo Jaramillo Ossa. Después de pasar por casos así, el Estado tiene claro que debe tener la capacidad para entregarle esquemas de protección a las Farc. El estatuto de oposición también me parece acertado. Sin embargo, creo que debe discutirse con los demás partidos que están en la oposición. Además de las Farc, es pertinente que otros partidos participen en la definición de los lineamient­os que definirán las garantías de los partidos que se declaren en la oposición”.

JORGE RESTREPO Director del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos

“El punto de la participac­ión política es importante porque si las Farc llegan al Congreso, será a través de mecanismos democrátic­os. Esta es una transición para abandonar la búsqueda del poder con el uso de la violencia. Es una concesión que hace la sociedad colombiana con las Farc para que abandonen la violencia. Independie­ntemente de las ideas políticas o su intenciona­lidad, las Farc fue un grupo violento. Es fundamenta­l insistir en que tienen que hacer la declaració­n del abandono del uso de la violencia, de lo contrario no hay fin de conflicto. Es importante que el acuerdo incluya condicione­s especiales para acceder a la política. Lo que no se puede permitir es que lleguen a las curules manteniend­o las armas y con la posibilida­d de amenazar de nuevo con la violencia. Decir que las Farc va a dejar de ser violenta y que tendrá poder político es un escenario que genera incertidum­bre. Como sociedad no estamos listos para afrontarlo. No obstante, las institucio­nes sí lo están. Hoy existen institucio­nes que garantizan la seguridad de la oposición. Nos permiten afrontar los temores que tenemos actualment­e, los cuales, sin ninguna duda, son naturales”.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia