CONCILIAR AL ISLAM Y A OCCIDENTE
“La burka no es un símbolo del Islam, en ninguna parte del Corán se menciona. Se trata de un traje tradicional de Pakistán, que algunos sectores fundamentalistas quieren volver ideología. El velo invisibiliza a la mujer y Europa tiene razón cuando dice que algunos símbolos son agresivos. Sin embargo, esas posiciones distintas hacen que se enfrenten dos fundamentalismos terribles, dos extremos: Que el símbolo de la burka genera islamofobia, pero que cuando se le pide a la gente que elimine símbolos, se genera la occidentofobia. Esos dos puntos hay que conciliarlos, y se consigue a través del diálogo”.
Libertad versus seguridad
Una prenda o un símbolo religioso no se puede asociar con el terrorismo. Este es un camino peligroso hacia la estigmatización de la comunidad musulmana y su prohibición jamás será eficaz en la lucha contra el radicalismo violento”, advierte Siklossy, y añade que una labor preventiva de lucha contra el terrorismo es el único camino “posible e inteligente”.
Las políticas desmedidas, que llevan a una especie de “esquizofrenia colectiva contra los derechos civiles”, terminan siendo más nocivas para la enorme
distancia que separa a Occidente de Medio Oriente, dice Juan Ramón Martínez, internacionalista experto en derechos humanos de la Universidad del Rosario.
“El inadecuado manejo de medidas contra el terrorismo puede llevar a semillas de odio, que luego no sabemos cómo germinarán”, insiste el experto, y agrega que la prohibición del burkini, por ejemplo, logra enrarecer el ambiente de Europa, otorgándole el triunfo al terrorismo, que al fin y al cabo pretende que ese continente tenga que acudir a decisiones desesperadas.
La visión la comparte Hasan Turk, politólogo experto en Medio Oriente. “Es un insulto para la historia de Europa que, siendo la cuna de los derechos civiles, defienda esos absurdos”, opina, argumentando que retroceder en los valores del siglo 21 le quitará argumentos a los países que intentan llevar la democracia a donde escasea.
No obstante, como dice Carlos Humberto Cascante, director del Centro de Estudios de Medio Oriente y África del Norte, cuesta equilibrar libertad y seguridad en la balanza, “porque ambos se contradicen y están luchando entre sí, con el agravante de varias naciones se aproximan a elecciones en Europa y están usando este debate para nutrir la extrema derecha”.
Frente a ese dilema, Marcos Peckel, experto en terrorismo de la Universidad Externado, es contundente. “Siempre entre seguridad y derechos civiles tendrá que prevalecer la seguridad, objetivo principal de un Estado, por encima de cualquier otro derecho o deber, y aún más cuando está amenazado como Francia”