Piden a EE. UU. revisar Ley de Ajuste Cubano
Por primera vez, un grupo de líderes latinoamericanos se manifestó en contra de la Ley de Ajuste Cubano, que desde 1996 le da Tarjeta Verde, o residencia permanente, a los cubanos que logren pisar territorio estadounidense y permanezcan allí por un año o que fueron admitidos como inmigrantes.
Los cancilleres de Colombia, Ecuador, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, México, Nicaragua, Panamá y Perú enviaron una carta al secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, en la que le manifiestan que esa política, conocida como ‘ pies secos, pies mojados’ se convirtió en “estímulo al flujo desordena- do, irregular e inseguro de ciudadanos cubanos que, arriesgando sus vidas, transitan por nuestros países con el propósito de llegar a cualquiera de los puntos fronterizos estadounidenses”.
De acuerdo con los ministros, entre los que firman María Ángela Holguín, “este complejo panorama compromete nuestras políticas y esfuerzos, que buscan consolidar unas fronteras seguras y libres del crimen organizado transnacional”, razón por la que solicitan concretar una reunión de alto nivel con el gobierno de Estados Unidos.
El dilema de proteger
Al respecto, Mauricio Reyes, profesor de Derecho Público de la Universidad Nacional, aunque en el contexto de vulneración de derechos humanos, la ley tiene todo sentido, en Cuba existen fenómenos de flujos mixtos difíciles de diferenciar: el migrante económico, el que huye de la persecución política y el médico que es enviado a otros países, pero que sufre un proceso cercano a la esclavitud por la restricción de sus libertades.
Según Reyes, la dificultad para identificar con nitidez si una solicitud de refugio es susceptible de protección internacional complica las políticas migratorias de los países de tránsito. A eso se suma que los cubanos sienten muy cerca la terminación de las condiciones favorables para que obtengan ciudadanía exprés en Estados Unidos, y motivan flujos incontenibles que complican las situaciones en las fronteras de los países que enviaron la carta.
“Nosotros no podemos interferir con un derecho humano que es pedir asilo. Eso sí, tenemos que regular las migraciones, mirar bien quién necesita protección y quién no, pero la carta valida lo contrario, y Colombia, empeñada con el proceso de paz, no tiene capacidad de discernir si defender la vida de personas en peligro es su prioridad o si se trata de una Cancillería que le está pagando un favor a Cuba”, reflexiona el académico y llama la atención en que habrá que privilegiar la vida de quienes huyen de Cuba, un país que de todas formas continúa con un gobierno único