Mariana, Yuberjen y Carlos Ramírez, en EL COLOMBIANO.
Los medallistas de oro (Mariana), plata (Yuberjen) y bronce (Ramírez) visitaron ayer EL COLOMBIANO y compartieron sus experiencias.
“Ha sido un cambio drástico, pero feliz porque la gente me ha acogido de la mejor manera”. CARLOS RAMÍREZ Medallista olímpico de bronce en Río-2016 “No somos famosos, solo tenemos el cariño de la gente”. MARIANA PAJÓN Medallista olímpica de oro en Río-2016 “Nosotros no cambiamos; los únicos que cambian son los semáforos”. YUBERJEN MARTÍNEZ Medallista olímpico de plata en Río-2016
“A Yuber le alcanza para estar en Tokio. No creo que esté pensando en dar el salto al profesionalismo”. AMILKAR PUENTES Presidente Liga de Boxeo
Yuberjen Martínez sabe que la euforia de los triunfos es efímera, que debe disfrutarla, pero siempre con los pies sobre la tierra.
El joven Yuber, el Tremendo, la Sombra, el medallista o como se le quiera llamar, es consciente de que hasta antes de lograr la plata en Río nadie lo identificaba. Y también de que llegará un momento en que la gente lo olvidará.
Por eso, su premisa es seguir siendo igual con todas aquellas personas que ha crecido, su familia y sus amigos.
“Tengo un dicho que siempre aplico: ‘los únicos que cambian son los semáforos’ y yo no soy ningún semáforo para cambiar con la gente que me conoce, con mis seres queridos, mis allegados, esa es mi manera de ser, de pensar y así pienso seguir siendo, sin olvidar mis raíces”, dice Yuberjen.
Su vida, y lo reconoce “gracias al deporte”, ha cambiado mucho, especialmente después de Olímpicos. Ahora son muchos los premios, atenciones y felicitaciones que ha recibido. Ya en cualquier parte lo reconocen y quieren tomarse una foto con él o que les fir- me autógrafos. Es el personaje más importante de Chigorodó, así haya nacido en Turbo.
Por estos días trata de vivir en su salsa, con su gente y comiendo de todo. “Pescado, plátano y banano, que es lo que más me gusta. No me canso, son mis favoritos”. Y lo dice a boca llena: “en concentración las dietas son muy rigurosas, entonces hay que aprovechar estos días de descanso”.
Sus compromisos con Selección Colombia no le permitieron terminar este año el bachillerato. En 2017, dice, su prioridad es el estudio. “Quiero hacer una carrera. Pero antes, el año entrante, terminaré el bachillerato y después miraré que puedo escoger, porque esto no es simplemente de tirar golpes, sino aprovechar las oportunidades para superarme profe- sionalmente, como persona, intelectual y académicamente. Esos son los planes que tengo. Es mi gran proyecto para 2017”.
Su futuro en el boxeo lo tiene claro, nada de dar el salto al profesionalismo - por ahora-, porque en las divisiones bajitas del boxeo, como la suya -minimosca-, las bolsas -pago en dinero por pelea- son bajitas. Por eso, y mientras le cumplan en Antioquia, su objetivo está para los Olímpicos de Tokio-2020, a los que llegaría de 28 años.
De joven, a Martínez el boxeo ni se le pasaba por la mente, su idea era trabajar y estudiar para sacar adelante a su familia. Por eso probó en las bananeras, en mecánica y construcción, hasta que Wílber Blanco lo convenció para que entendiera que en el deporte de las narices chatas estaba su futuro. Y esa pre-
dicción se hizo realidad.
“Wílber ha sido mi pilar, muchas veces intenté renunciar a este deporte, pero él con su terquedad, con su insistencia y diciéndome que yo estaba para grandes cosas, me conven-
ció y por él soy lo que soy. Después llegaron otras personas, pero él fue quien logró meterme el boxeo en la cabeza, que yo me lo creyera. Yo soy otro hijo de Blanco y le voy a estar agradecido toda la vida”