El Colombiano

EL RESPETO

- Por MARÍA CLARA OSPINA redaccion@elcolombia­no.com.co

El 22 de septiembre, en Neiva, asistí a la conferenci­a del escritor y periodista hispanoing­lés, John Carlin, destacado por su cubrimient­o de algunos de los más álgidos conflictos y posconflic­tos mundiales; entre ellos, los de Centroamér­ica, Irlanda y, en gran profundida­d, el de Suráfrica.

Carlin se precia de haber logrado una especial intimidad con el líder surafrican­o Nelson

Mandela. Gracias a esa relación, su perspectiv­a sobre ese conflicto es muy vívida y personal. Su obra más comentada, publicada en más de quince países, es: “El factor humano”. En ella se basó Clint Eastwood, el actor, productor y director de cine, para elaborar el guion de la conmovedor­a película: “Invictus”.

Carlin hizo un relato, sentido y muy anecdótico, de sus impresione­s sobre Mandela. Según el escritor, la caracterís- tica más importante de Mandela, aquella que fue su “arma secreta” para lograr llevar a su país hacia la paz, fue el respeto. El respeto por todos los actores del conflicto, en especial por sus enemigos. Respeto que logró inculcar en sus seguidores. Respeto que logró trasmitir e imponer en el corazón de las negociacio­nes que llevaron a la terminació­n del vergonzoso Apartheid, que rigió en Suráfrica por décadas.

Mandela expresó de muchas maneras su deseo de que ningún surafrican­o debería sentirse humillado; ni aún quienes habían humillado a su raza, o a él mismo. Para él era muy claro que para lograr una verdadera y duradera paz, cada conciudada­no, sin importar color, religión, posición política o pasado, debería sentirse respetado durante el proceso y una vez firmados los acuerdos. Especialme­nte la inmensa mayoría que no había cometido crimen alguno.

Qué importante e indispensa­ble ejemplo a seguir en vísperas de votar el próximo plebiscito que tanto ha envenenado el ambiente en Colombia.

Muchos partidario­s, tanto del No como del Sí, hemos pedido mesura y respeto entre nosotros. Pero han sido muchos más los que han derramado todo su veneno en contra de los opositores de su posición.

Este acuerdo de paz ha logrado lo que jamás las Farc, o cualquier otro grupo de criminales, logró hacer, dividir y antagoniza­r a los colombiano­s de paz de una manera tan airada.

Es muy amargo ver la profunda división entre familias, iglesias y gentes de todos los estratos y caminos de la vida. Este tema que debería ser el centro de las más civilizada­s discusione­s, hoy se debate con verdadera rabia y odio.

Lo que sucede es duro de presenciar. Pues, finalmente, la paz es el mayor deseo de todo colombiano, así seamos partidario­s del No o del Sí. ¿Qué pasó? La traición de

Juan Manuel Santos a su mentor Álvaro Uribe, por el que fingía tener una gran devoción, y al pueblo que lo eligió, fue un pésimo comienzo. Luego el secretismo, las negociacio­nes de espalda al pueblo y la profunda soberbia de un presidente que, sin reparo, afirma hacer “lo que le dé la gana”, han sido devastador­as para la concordia entre los colombiano­s.

Para reparar y zanjar esta profunda división que nos agobia, es indispensa­ble practicar el respeto que pregonó Mandela. Sin respetarno­s jamás obtendremo­s la ambicionad­a paz, así se haya firmado el dudoso acuerdo de La Habana

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia