DESTAPANDO GASEOSAS
En Colombia cada persona gasta 178 000 pesos en gaseosas para un consumo de 50 litros.
Nuestra obesidad no se debe solo a las gaseosas y demás bebidas azucaradas, pero estas no pueden escurrir el bulto.
El gravamen de 300 pesos litro que propone el gobierno, independiente de todas las conjeturas y mentiras que comenzaron a invadir las redes sociales tan polarizadas, y de la intención real del Minhacienda, es más que justificado.
¿Que con eso no se reducirá el consumo? Probablemente, como no se ha reducido la delincuencia por llenarnos de cárceles ni la accidentalidad por ampliar las vías.
Si se aprovecha el mensaje (las gaseosas son caras porque engordan si no se toman con suma moderación) podría ayudar más que el precio.
Basta ir a una tienda esco- lar para ver el tipo de productos que venden y entender que nuestro problema es cultural y educativo. O cómo prosperan los negocios de comida chatarra en la calle.
El 51% de los colombianos es obeso o tiene sobrepeso. No todos toman gaseosas, pero se alimentan mal y hacen poco ejercicio (los desórdenes del organismo no son mayoría).
Hace un tiempo vi una señora en un autoservicio señalando hasta que la complacieron el chicharrón que quería, que era bien grasoso, y luego pidió una gaseosa dietética. Así estamos. En este caso no vale pecar y... rezar luego.
Hace una semana la Organización Mundial de la Salud hizo un llamado urgente a controlar las bebidas azucara- das. En 2014, 1 de cada 3 adultos en el mundo mayores de 18 tenía sobrepeso. La prevalencia de obesidad se duplicó en 35 años, con 11 % de los hombres y 15 % de las mujeres clasificados como obesos. Más de 1000 millones de personas. Y los diabéticos pasaron de 108 a 422 millones.
Para la OMS aumentar en 20 % el precio de las gaseosas ayudaría a reducir el consumo de bebidas, de calorías por esa razón y de problemas serios como la diabetes tipo 2.
En Colombia cada persona gasta 178 000 pesos/año en gaseosas para un consumo de unos 50 litros per cápita, sin contar los jugos azucarados, que son 30 % del mercado, que también caen en el gravamen.
Quién sabe si el impuesto pasa. El poder de lobby de esa industria es tremendo. Hace pocos días, el American Journal of Preventive Medicine reveló que las dos compañías de gaseosas más grandes de Estados Unidos (ya se imaginan) hicieron lobby contra 28 de 29 leyes tendientes a gravarlas o a mejorar la nutrición, a la vez que entre ellas financiaban 95 organizaciones de salud, desde locales a nacionales.
Se imaginarán para qué