LOS LIBROS MÁS VENDIDOS
sicos antiguos y modernos. Y dice que hay que leerlos, “no por deber o por respeto, sino solo por amor”.
Para el profesor Óscar Jairo González Hernández, de la Universidad de Medellín, “si los llaman clásicos es porque, sin duda, en esos escritores y libros existen y se dan elementos de una naturaleza más poderosa que en otros que no son llamados así”.
Para él, los escritores y libros clásicos son los que tienen varias características: “El estilo nuevo, la estructura provocadora, el tema intenso y tempestuoso, y la construcción de unos personajes que son o viven como nosotros, o son ellos y nada en ellos pue- de ser imitado (...), pero como lectores tendemos o tenemos la necesidad ser como ellos: Ulises o Penélope, Hamlet o Humbert Humbert, Madame Bovary o Arthur Seaton (en Sábado por la noche y domingo por mañana, de Allan Sillitoe), Aliocha o Croniamantal (en El poeta asesinado de Guillaume Apollinaire”). Librería Nacional: * 1984 (novela), de George Orwel. * Contra cultura (historia), de Diana Uribe. * De animales y dioses (historia), de Yuval Noah. * El hombre del teléfono (novela), de Margarita R. de Francisco. * El laberinto de los espíritus (novela), de Carlos Ruiz Z. * El proceso (novela), de Franz Kafka. Amazon: * El laberinto de los espíritus (novela), de Carlos Ruiz Z. * Todo esto te daré (novela), de Dolores Redondo. * El otro hijo (novela), de Nick Alexander * En un rincón del alma (novela), de Antonia J. Corrales.
Indica que hoy cada lector decide qué es lo clásico para él, “mediado por las intensidades turbulentas del Gusto”. El mexicano Jorge Volpi dice: “Los clásicos nos revelan ciertas visiones de la naturaleza humana que de alguna manera se han vuelto perdurables y que parece que retratan de alguna forma la esencia misma del ser humano, independientemente de la época, la cultura o el lugar donde se está leyendo”.
Letras de todos los tiempos
Lo que más se vende en las librerías y lo que más lee la gente, asegura Felipe Ossa Domínguez, son las “novedades editoriales, los libros que tienen bulla, los que revelan escándalo o los de autores famosos”.
La literatura, de ficción y de no ficción, de ayer y de hoy, clásica o no, pero literatura en el pleno sentido de la palabra, es la más vendida —y leída—. Contrario a lo que los pesimistas creen, está por encima de los libros de autoayuda y de las frivolidades —con excepciones: por ahí está entre los
más vendidos un Emocionario, una lista de emociones para que los niños “aprendan” a clasificarlas—.
Así como en Colombia, las estadísticas de los títulos más vendidos en el resto del mundo también tiene a la vanguardia las novedades literarias.
En ese ensayo citado, Calvino dice además que si bien conviene leer a los clásicos, es preciso leer a los actuales.
Este es el tiempo en el que, por cualquier razón —si es que la hay—, nos tocó vivir. Así, con los clásicos se viaja en la historia para leer a los autores que siempre han atinado en la comprensión de la condición humana, su espíritu, las culturas, las sociedades; con los nuevos se regresa al momento actual, para que todo aquello pueda tener una reflexión a la luz de hoy