El Colombiano

Gotas de leche dan vida en zonas de conflicto

Según el INS este año, 54 niños menores de 5 años han muerto por desnutrici­ón principalm­ente en La Guajira, Vichada y Chocó.

- Por MARÍA VICTORIA CORREA SANTIAGO VALENZUELA Enviados especiales a Carmen de Bolívar (Bolívar) y Tarazá (Antioquia)

En la casa de la familia Ferrao hoy no hay almuerzo. Ayer tampoco hubo. Pasarán el día con el desayuno: huevos revueltos con arroz. Aguapanela caliente. El único que se alimenta cinco veces al día es el pequeño Fabián, quien a sus dos meses de nacido recibe leche materna. ¡Aleluya!. Por eso, aunque son las 12 del día y la temperatur­a en Tarazá, Antioquia, alcanza los 30 grados, en esta humilde casa de techo de zinc, sin agua potable, la cocina no huele a guiso. No hay almuerzo. Una confesión. Un rafagazo que hiere. Una pena que

Nora Taborda no ocultó. Ese “no hay almuerzo” retumbó en cada rinconcito de esta casa. La esperanza es que, según Nora, tal vez más tarde consigan algo para comer porque al menos pueden trabajar y no tienen que salir corriendo o meterse debajo de la cama o desplazars­e otra vez. No hay miedo. No hay almuerzo. Esta es la historia de Nora, quien a sus 25 años y tres hijos, es una de las cientos de madres que a pesar de todo, todo, todo, le apuestan a que el primer alimento de la vida de su bebé sea la leche materna. En hora buena según el Ministerio de Salud la gran mayoría de los niños menores de cinco años del país han sido amamantado­s alguna vez en un 91 %.

Aunque Nora no tiene idea de las recomendac­iones que ha hecho desde siempre la Organizaci­ón Mundial de la Salud, OMS, las repite como si las hubiera estudiado. Nora dice que tiene claro que el único alimento que le dará a su bebé hasta que cumpla seis meses será leche materna. La OMS dice que “la lactancia debe comenzar en la primera hora de vida” y recomienda “que a los seis meses se empiece a dar a los lactantes alimentos complement­arios, además de leche materna”. Nora dice que le da leche a su niño cada vez que él pida, que pueden ser unas cinco o seis veces al día, a veces más. La OMS dice que “el amamantami­ento debe hacerse a demanda”, siempre que el niño lo pida, de día y de noche. Nora dice que a veces no le baja leche, reconoce que el no alimentars­e bien genera que a ratos la leche no le baje en cantidad y siente pena al advertir que compró un pote de leche para esos días difíciles, pero que no le gusta, que no es lo ideal. La OMS dice que hay que evitar los biberones.

Nora y su familia viven en Tarazá, Antioquia, a cinco horas de Medellín. En este pueblo de 1.600 kilómetros cuadrados operan las Farc, el Eln y las bandas criminales. Hay cultivos ilícitos y minería ilegal. Sus necesidade­s básicas insatisfec­has están por encima del 60 %. A pesar de esto, este año no hay reporte de niños muertos por hambre. El 97 % de la población vive en condición de pobreza. La alcaldesa de Tarazá, Gladis Miguel Vides, dice que su municipio es cocalero y que las oportunida­des laborales no son suficiente­s. Hacen falta más proyectos productivo­s. Cuenta que hay un Centro de Recuperaci­ón Nutriciona­l y que en él permanecen entre cuatro y seis niños desnutrido­s. Se busca mantenerle­s el peso. “La mayoría de padres que traen los niños al Centro vienen desde las veredas, de los corregimie­ntos o de los barrios subnormale­s. Además también llegan muchas comunidade­s indígenas, principalm­ente de la comunidad Embera Katíos”.

Explica que para atender la nutrición lo puso como meta en el Plan de Desarrollo. “En nuestro municipio es fundamenta­l, en todo este proceso nutriciona­l, trabajar con las comunidade­s indígenas. Tengo entre mis propuestas hacer un acueducto veredal e impulsar los proyectos productivo­s para que dejen de cultivar coca. ¡Esta es una región cocalera! Para incentivar la lactancia materna estructura­mos un proyecto sobre nutrición y le apostamos a los proyectos productivo­s, buscamos que nuestros niños mantengan su peso”.

Funciones paternas

Mientras Nora está sentada en la sala amamantand­o a su bebé y contando cómo fue desplazada del corregimie­nto La Caucana, en Tarazá, y que hoy todavía no tiene certeza de quién dio la orden que se fueran del barrio y que no quiere recordar nada de esos días, su pareja, Didier Ferrao ve televisión. Tampoco sabe de las recomendac­iones de la OMS sobre lactancia. Es más, no sabe leer, pero dice que él ayuda con las tareas del hogar, que busca que su compañera descanse. Que él cuida el bebé y ayuda a sacarle los gases. Que lo arrulla y espera que se duerma. Que le cambia el pañal, lo baña. Las mismas tareas que pone la OMS para los padres, Didier las hace por instinto y aunque hoy no tiene trabajo y sabe que en la nevera no hay frutas ni verduras, mañana habrá fiesta en el pueblo y él saldrá a vender gaseosa. Todos en esta casa saben que mañana sí habrá almuerzo

 ?? FOTO DONALDO ZULUAGA ?? Nora Taborda es una mamá que le ha apostado a la lactancia como opción de vida. A pesar de todas las adversidad­es de la región donde vive, sus niños son sanos.
FOTO DONALDO ZULUAGA Nora Taborda es una mamá que le ha apostado a la lactancia como opción de vida. A pesar de todas las adversidad­es de la región donde vive, sus niños son sanos.

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