“Los vacíos y las ciudadanías en el país”
“Es común decir que el Estado tendrá la obligación de desplegar acciones para llenar espacios que dejen las Farc ante la eventual firma de un acuerdo de paz. Con esto se reconoce que las Farc -y el conflicto armado en sentido amplio- ha construido sus propios espacios y territorios, en los que el Estado ha sido una entidad ajena, reemplazada en su construcción y presencia territorial por otros actores y tipos de órdenes sociales y políticos. Es otras palabras: por instituciones creadas durante y por la guerra. Ante esta realidad, el Estado, los gobiernos regionales, la Fuerza Pública y demás agencias gubernamentales deberán diseñar estrategias que les permitan desplegar acciones integradas que en el corto, mediano y largo plazo respondan a varios retos, como el reacomodamiento de otros grupos armados, potenciales disidencias de las Farc y la maduración de las economías criminalizadas. También, a los poderes locales que competirán, resistirán y bloquearán la implementación de los acuerdos, y que en muchos casos representan, por un lado, la forma en que se ha parroquializado históricamente el poder en Colombia y, por el otro y más recientemente, el proyecto paramilitar que aún no se ha desmontado en sus dimensiones sociales y políticas. El Estado deberá implementar planes de estabilización que respondan rápidamente a las diferencias territoriales y a las necesidades inmediatas de quienes dejen las armas y se desmovilicen, incluyendo no sólo sus familias sino a la población. Llenar los vacíos de poder también pasará por propender nuevos pactos sociales que recompongan las relaciones Estado-ciudadano, y para esto deberá garantizar la seguridad de estos, la expresión de sus descontentos, su acceso efectivo a la justicia, así como responder efectivamente ante la cooptación de los recursos del postconflicto”.