El Colombiano

LA NUEVA RAZÓN DEL MUNDO

- Por ANA CRISTINA ARISTIZÁBA­L URIBE anacauribe@gmail.com

Cada vez es más evidente que navegamos (o nos sumergimos) en las tormentosa­s aguas del neoliberal­ismo. Lo que Colombia padece no es solo resultado de los politiquer­os corruptos, sino también de las políticas internacio­nales que atenazan a los países con el fin de que la gente trabaje más en beneficio de unos pocos. “El neoliberal­ismo (es) sinónimo de privatizac­ión y de reducción a favor de lo privado…”, dice la presentaci­ón de la exposición “Ficciones y territorio­s, arte para pensar la nueva razón del mundo”, que estará en el Museo Reina Sofía en Madrid, España, hasta marzo de 2017.

Para algunos es una ventaja que las políticas mundiales defiendan al capital y no a los ciudadanos ni al bien común; hoy, la realidad que nos atro- pella de frente, atestigua un empobrecim­iento mundial en temas que son vitales para la superviven­cia humana: la solidarida­d, la equidad y la preservaci­ón del medio ambiente. Al promover la competenci­a entre personas e igualar el éxito a la acumulació­n de capital, el actual sistema económico mundial, convertido en ideología más poderosa que las ya anacrónica­s “derecha” o “izquierda” (cooptadas ambas por la ambición desbordada y la corrupción), esta sociedad mundial del siglo XXI sigue siendo tan despiadada e inequitati­va como la antigua Roma, la Europa medieval, la América de la conquista o el mundo preindustr­ial.

Los pensadores franceses Christian Laval y Pierre Dardot

la denominan “la nueva razón del mundo”. Esa nueva dicta- dura recorre campante de Rusia a Estados Unidos y de China a Suramérica; el dios de este imperio “pancolonia­l” es el consumo, pero no siempre se reconocen sus manifestac­iones de culto, pues precisamen­te para muchos el consumo y la acumulació­n es la razón de vivir. Después de la crisis económica mundial de 2007, los últimos intentos por sacudirse de la tiranía neoliberal fueron la primavera Árabe, los indignados de España y el Occupy Wall Steet; pero 5 años después, las tenazas de esa “nueva razón del mundo”, han neutraliza­do toda resistenci­a.

Colombia no está ajena a la tenaza de “la nueva razón del mundo”. Los gobernante­s de los últimos 30 años introdujer­on el neoliberal­ismo; y los del siglo XXI, no contentos con lo anterior, vendieron sin vergüenza nuestros recursos naturales. Ninguno tuvo el coraje de enfrentar el monstruo. ¿Qué hacer? La resistenci­a individual es la más efectiva. Los verdaderos cambios nunca se impusieron de arriba hacia abajo

Los últimos intentos por sacudirse de la tiranía neoliberal como la primavera Árabe y Los Indignados, fueron neutraliza­dos por sus tenazas.

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