Adiós a Ochoa Arismendy, cirujano de niños
- Para dar una idea de la brillantez del doctor Bernardo Ochoa Arismendy, bastaría con mencionar que es considerado el Padre de la Cirugía Pediátrica en Colombia.
Nacido en Barbosa el 14 de agosto de 1926, este médico estudió en la Universidad de Antioquia, en tiempos en los que, según anota Abraham Chams en la semblanza que hizo para su trabajo Cincuenta años de la Cirugía Pediátrica en Antioquia, la mortandad de los niños por enfermedades era casi del ciento por ciento. Esto motivó a Ochoa a estudiar esta rama de la medicina. Viajó a Estados Unidos y se especializó en cirugía con énfasis en enfermedades de riñones y sistema urinario.
Emilio Alberto Restrepo Baena, médico ginecoobstetra, cree que fue una eminencia, destacado como cirujano, profesor e investigador.
“Tiene una enfermedad que lleva su nombre”, recordó. Es el Síndrome de Ochoa. En la semblanza de Chams, el propio cirujano de niños contó: “Un día llegó a mi consultorio una niña monteriana condenada a morir en su casa en 1964, tenía una insuficiencia renal terminal secundaria a una hidroureteronefrosis severa por reflujo vesicoureteral. Le practiqué una cirugía de Briket (...). Cuatro años más tarde la paciente continuaba viva, pero con algo de lo que no me había percatado antes (...): tenía en la cara una mueca rara cuando reía”.
Restrepo explica: “Cuando reía, la niña parecía llorando. Y tenía las orejas bajas”. Ochoa halló relación entre estos síntomas y problemas renales.
Ochoa se casó con Alina Gauitier, con quien tuvo tres hijos. Bondadoso y risueño, después de jubilado seguía yendo al Hospital Infantil del San Vicente de Paúl, del que es fundador. Los médicos le consultaban casos críticos; él les explicaba y tomaba café.
“Una pregunta tuya podía suscitarle una respuesta de una hora”, dice Restrepo
“Ochoa Arismendy era la cara amable de su disciplina. Operó a miles de niños de familias sin recursos. Se consagró a ellos”.