¿Qué hay tras el mea culpa de EE. UU. y Japón?
Los gestos hacia las víctimas de la lucha entre los dos países siguen intereses geopolíticos.
Como ocurrió en Hiroshima el 27 de mayo, cuando el presidente estadounidense, Barack Obama, homenajeó a los más de 90.000 muertos por el bombardeo atómico del 6 de agosto de 1945, el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, llevó en esta semana sus condolencias a Hawái, donde la flota estadounidense sufrió el 7 de diciembre de 1941 el ataque a Pearl Harbor (2.471 muertos).
Los gestos hacia las víctimas de ambos episodios aciagos de la Segunda Guerra Mundial no se dan solo como muestra de buena voluntad, y eso fue evidente entre el martes y ayer, durante los discursos de ambos mandatarios.
“Hoy, la alianza entre Estados Unidos y Japón, ligada no solo por los intereses compartidos sino enraizada en nuestros principios, se mantiene como piedra angular de la paz y la civilidad en la región Asia Pacífico y como una fuerza para el progreso alrededor del globo. Nuestra alianza nunca ha sido más fuerte que ahora. En buenos y malos tiempos hemos estado el uno para el otro”, afirmó Obama.
“Japón y Estados Unidos, que erradicaron el odio y cultivaron la amistad y la confianza sobre la base de valores en común, están ahora tomando la responsabilidad de expresarle al mundo la importancia de la tolerancia y el poder de la reconciliación. Esa es precisamente la razón de por qué la alianza EE. UU - Japón es una asociación de la esperanza”, dijo, por su parte, Shinzo Abe.
Ambos mandatarios visitaron el martes el monumento USS Arizona, erigido en la bahía de la base naval, en honor de los más de 2.400 caídos. Y allí, tal como ocurrió el 27 de mayo en el Memorial de la Paz de Hiroshima, dejaron flores en homenaje a las víctimas.
“Como primer ministro japonés, ofrezco mis sinceras y eternas condolencias a las almas de aquellos que murieron aquí, así como a los espíritus de los valientes hombres y mujeres cuyas vidas se tomó una guerra que empezó en este lugar”, agregó Abe.
Gestos geopolíticos
¿Pero qué intereses adiciona- les tienen los mandatarios de Japón y Estados Unidos con sus actos homenaje ante un aliado incondicional que hace décadas fue su enemigo? Expertos consultados por EL COLOMBIANO dieron respuesta a dicho interrogante.
“La intención de Obama es reforzar las relaciones con países tradicionalmente aliados, para garantizar su influencia en Asia y contrarrestar el avance de un gigante como China. Hay temas delicados como la disputa por las islas Spratly y el Tratado Transpacífico”, consideró Emilio Viano, docente de política internacio- nal de la American University (Washington D.C).
Robert Evan Ellis, profesor del Centro de Estudios Estratégicos de la Escuela de Guerra de EE. UU, coincidió, a la vez que analizó los intereses de Japón: “la relación con Washington es bastante importante para los japoneses, y el gesto de Abe se produce en momentos en que China se pone cada vez más asertivo y peligroso. Japón sabe que es de máxima importancia para su seguridad mantener su alianza con Estados Unidos”.
Esto además, en tiempos de relevo presidencial en la potencia norteamericana y, tal como concuerdan los expertos, ante la incertidumbre de un Donald Trump que todavía muestra ambigüedades respecto a Asia y deja lugar a la incertidumbre