El Colombiano

Trump presidente deja un mar de dudas

La victoria del magnate tomó por sorpresa al establecim­iento, que aún se pregunta cómo prosperó pese a sus polémicas e inexperien­cia.

- Por MARIANA ESCOBAR ROLDÁN

Twitter, arma y altavoz de Donald Trump durante su campaña por la Casa Blanca, fue el escenario en el que el magnate dio la primera señal sobre su victoria el 9 de noviembre.

Con 18 millones de seguidores, seis millones más que su excontrinc­ante Hillary Clinton, el empresario inmobiliar­io modificó en la madrugada de aquel miércoles su descripció­n en la red social por “Presidente electo de Estados Unidos”.

“¡Qué noche tan hermosa e importante! Los hombres y mujeres olvidados nunca más serán olvidados. Nos uniremos como nunca antes”, publicó después, enviando al mundo un mensaje de que el Trump divisor e incendiari­o de la contienda, tal vez (y así lo anhela el establecim­iento en Washington), ya no será el mismo.

Completame­nte ajeno a la política hasta hace poco más de un año, el millonario y exestrella de la televisión superó de forma inesperada los 270 votos electorale­s necesarios para llegar a la Casa Blanca y acabar con el sueño de su rival demócrata de convertirs­e en la primera mujer presidenta de esa nación.

Los 306 votos electorale­s que se llevó, frente a 232 de la demócrata, dejaron sorpresas y desencanto­s. Trump no solo salió victorioso en los bastiones republican­os, como era de esperarse, sino que arrasó en los llamados estados bisagra (aquellos que no tienen una identifica­ción política clara, como Florida, Carolina del Norte y Ohio) e incluso en feudos demócratas, como Míchigan y Wisconsin.

El triunfo fue categórico, y la misma Clinton y el presidente Barack Obama, pese a las diferencia­s con el republican­o, no tuvieron más opción que reconocer su derrota en un tono notablemen­te conciliado­r. La primera incluso se ofreció a trabajar con él, “por el bien de nuestro país”, y el otro lo invitó a la Casa Blanca para comenzar una “transición pacífica” de poder.

En cambio, muchas dudas quedaron entre la población. Los sondeos, casi siempre favorables a Clinton, el rechazo casi unánime de los medios de comunicaci­ón hacia Trump y las inquietude­s por parte de gobiernos aliados de EE. UU., descartaba­n la posibilida­d de una presidenci­a suya y, por ende, acentuaron la incertidum­bre cuando se conocieron los resultados.

Aunque poco se sabe sobre las caracterís­ticas que tendrá un gobierno con el magnate a la cabeza, las prediccion­es dan respuestas a las preguntas que afloran en Estados Unidos y en el resto del planeta.

1 ¿POR QUÉ GANÓ UN OUTSIDER Y VULGAR?

Trump, en parte, representa­ba durante la campaña lo que era la democracia en Estados Unidos de hace un siglo, antes de la profesiona­lización de la política: un líder que responde al blanco de la clase media o baja, con mal inglés, que tiene una forma tosca de hablar y de andar y que parece no muy bien educado.

Así lo refirió José Gabilondo, internacio­nalista de la Universida­d de La Florida, para quien, pese a que el republican­o era un millonario de Nueva York, esas caracterís­ticas conectaron a las clases populares, que demostraro­n no necesitar las respuestas sofisticad­as, matizadas y programáti­cas de Clinton.

Pero más allá de ser un tema racial, Christophe­r Sabatini, internacio­nalista de la Universida­d de Columbia, explicó que un área muy angustiada, frustrada e insegura sobre la situación económica y sobre el mundo de afuera fueron capturados por Trump. “Lo que nadie esperaba en Nueva York y California, es que esa porción de la población en el resto del país iba a ser tan grande”, advierte, y agrega que en esos momentos, la antipatía de una clase percibida como elitista (que para él, también votó por Trump), superó la racionalid­ad. A lo anterior, se suma que Clinton fue un candidata debilitada por las investigac­iones en su contra.

2 MINORÍAS Y ENCUESTAS FALLARON

Para Harley Shaiken, docente de la Universida­d de California, es insólita la forma en que se equivocaro­n las encuestas en esta campaña, poniendo siempre a Clinton sobre Trump, con un promedio de entre dos y seis puntos.

El por qué del error todavía es desconocid­o. En consecuenc­ia, no solo los republican­os moderados votaron por Trump pensando que no iba a ganar, “solo por voto representa­tivo”, sino que los latinos y afroameric­anos no salieron con la fuerza suficiente.

Aunque es verdad que Estados Unidos es cada vez menos blanco y que las minorías son nicho de los demócratas, sin una participac­ión activa de estas, de nada se beneficiab­a Clinton. De hecho, el 30 % de los votantes de Trump fueron no blancos.

3 ¿QUÉ TANTA CULPA TUVIERON LOS MEDIOS?

Martin Baron, director del Washington Post, le dijo a EL COLOMBIANO en su visita a Medellín que el periodismo estadounid­ense hizo su trabajo en las elecciones de ese país. Según explicó, las audiencias realmente sintieron la barrera que separó a la publicació­n de noticias diarias respecto a los editoriale­s (a favor o en contra de uno u otro candidato). Además, destacó las investigac­iones, como la que su diario hizo sobre los antecedent­es de Trump sobre su trato a las mujeres, y que cuando hubo falsedades, “se investigar­on y se describier­on como tales”.

No obstante, Jeff Jarvis, reconocido experto en medios digitales, afirma que, sobre todo la televisión, creó un falso balance entre las informacio­nes que se publicaban sobre los candidatos y terminaron benefician­do mucho más a Trump. “En su intento de ser equitativo­s, hubo una tendencia de darle espacio al aire gratis a Trump, porque decía cosas tan raras, tan fuera de lo normal, que no hicieron clara la diferencia entre los problemas y escándalos de los dos candidatos”, anotó, y añadió que no hubo justicia con Clinton al ponerla al nivel del empresario.

4 ¿CUÁL SERÁ EL FUTURO DE LOS REPUBLICAN­OS?

Para Juan Hernández, estratega republican­o, los demócratas se confiaron, no salieron a votar por Clinton, con la intensidad con la que lo hicieron por Obama, y no lograron “salvar la nación”, como pretendían. “Creyeron que su proyecto iba a continuar, que nada lo detendría, y mientras tanto tomó ventaja el electorado que estaba contra el statu quo, que votó por una expresión de coraje”, anota.

Entretanto, Hernández pronosticó que en los días que siguieron a los comicios, una gran variedad de voces distintas surgirían del Partido Republican­o, y no necesariam­ente todos se irán con Trump por el hecho de haber ganado. Por un lado, los pilares del movimiento, que no están de acuerdo con la visión de Obama, pero tampoco con la del magnate, tendrán que buscar rápido una posición. Otros, de centro, empujarán al presidente electo para que no sea el Trump de la campaña, sino que sea un “presidente para todos, como lo prometió”.

El estratega esperaba que los demócratas demostrara­n su coraje y no provocaran un movimiento de violencia en la calle. “Despertamo­s en un país diferente esta mañana, y tenemos que luchar porque no se haga lo que Trump prometió en campaña”, dijo entonces

“Los ataques de Trump ayudaron a movilizar a los latinos a votar en niveles más altos que en anteriores elecciones”. JOHN GARCÍA Profesor Universida­d de Míchigan

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FOTO AP Las semanas posteriore­s a la victoria electoral de Donald Trump, el 8 de noviembre, fueron confirmand­o que su Gobierno será contrario a los anhelos del establecim­iento.

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