COMÚN: ALTERNATIVA POLÍTICA
Los pensadores franceses Chris
tian Laval y Pierre Dardot aseguran que ya el Estado no se ocupa de los intereses del conjunto de la sociedad, sino que actúa para el beneficio de las necesidades de las grandes corporaciones que imponen sus condiciones y demandan privatizaciones. En una entrevista concedida a El
País, de España, Laval asegura que “la democracia ya no representa nada, solo a políticos profesionales que constituyen una oligarquía cada vez más ligada a los intereses privados”.
Como vemos, el problema es a nivel mundial. Los políticos de hoy no nos representan, pues sirven a intereses privados de los cuales ellos mismos se benefician. Además, dice Laval, el capitalismo “porta la lógica de lo ilimitado, del siempre más, y el neoliberalismo lo radicaliza, lo que significa la destrucción de los ecosistemas”.
Hasta el momento hemos vivido con la única posibilidad de escoger entre dos formas de organización política: capitalismo o comunismo. Laval propone una forma de oposición al capitalismo, que no es el comunismo, “el comunismo de Estado es una realidad acabada que está en el museo de la historia”, y propone el movimiento del Común “que se puede realizar con formas de autoinstitución o autoorganización”.
Cuando el periodista Jose-
ba Elola le pregunta si el común contempla la supresión del mercado o de la propiedad privada, Laval responde que “se trata de que el mercado y la propiedad privada sean sometidos a una lógica superior, que sea la del uso colectivo, prudente y cuidadoso de los recursos colectivos”.
Asegura Laval que “la revolución comienza cuando se pasa de la resistencia a la construcción”, en donde no necesariamente hay que recurrir a la violencia.
Por lo menos es el planteamiento de una alternativa, porque tenemos que encontrar otra opción a la forma claramente autodestructiva como estamos viviendo tanto en Oriente como en Occidente. El capitalismo y el comunismo ya no son respuesta como organizaciones políticas justas, equitativas ni solidarias; ambas han distorsionado la vida humana y deteriorado los ecosistemas al punto de alertar sobre el riesgo de la vida sobre el planeta. Ambas dicen tener formas democráticas de gobierno, pero a la hora de la verdad ninguna defiende realmente lo común, y ambas han sido absorbidas por la corrupción. Esta alternativa está contemplada en el libro “Común: ensayo sobre la revolución en el s. XXI”, de Christian Laval y Pierre Dardot