Voluntarios que salvan vidas serán galardonados
En abril, la Patrulla Aérea Civil Colombiana recibirá de manos del Rey de España el premio de internacional de Derechos Humanos.
Hace 52 años, el piloto Mario Salazar en compañía de un médico amigo, realizó su primer viaje para llevar atención en salud de manera gratuita a las regiones más pobres y excluidas de Colombia.
Después, en 1966, la Patrulla Aérea Civil Colombiana realizó la primera brigada oficialmente en San Jacinto, Bolívar. Desde entonces, no han parado de volar para salvar vidas y llevar soluciones médicas por todo el país. Por eso han recibido 33 galardones en sus 50 años de historia y en abril próximo, el Rey de España les otorgará su premio de Derechos Humanos.
EL COLOMBIANO conversó con Valentina Zuluaga, gerente general de la Patrulla, sobre su quehacer.
¿Cuál es el consolidado de las operaciones de la Patrulla Aérea Civil?
“Hemos ido a los lugares más remotos y apartados, atendemos un promedio de 12.000 personas de manera directa al año y unas 60.000 de manera indirecta, son personas que no tienen acceso al sistema de salud. Lo que hacemos son brigadas médicas, brigadas quirúrgicas y brigadas de emergencia. Las de emergencias son todas las de catástrofes, hemos participado en las más grandes del país, como Armero, Armenia y Popayán, así como en otras afuera, Perú y Ecuador. En este último atendimos a más de 1.000 personas damnificadas por el terremoto”.
¿En qué consisten?
“En las brigadas quirúrgicas trasladamos más o menos dos toneladas de carga a las zonas rurales más internas del país, de más difícil acceso como El Charco (Nariño) o Mosquera y Riosucio (Chocó), todas las Lobas (Bolívar), Leticia (Amazonas), Taraira (Vaupés), La Primavera (Vichada), Guianía, Casanare... Creo que hay pocos sitios de los difíciles para llegar a los que no hayamos ido. Hacemos un promedio de entre 12 a 15 brigadas al año, ocho de las cuales son quirúrgicas y cuatro médicas”.
¿En qué se diferencia esas brigadas médicas?
“Son de dos tipos, pediátricas y nutricionales, y las hacemos en alianza con Unicef. Es un modelo de atención a la desnutrición aguda en Colombia, es un lineamiento creado entre la Unicef y el Ministerio de Salud, pero que nosotros replicamos en zonas de más difícil acceso, que cambia todo el sistema del manejo de la desnutrición en el país y está mucho más alinea- do a las técnicas que están usando las grandes organizaciones en el mundo como Médicos sin Fronteras. En las brigadas médicas llevamos especialistas y medicinas que se requieren para que las personas superen su enfermedad”.
¿Cuántos servicios prestan al año?
“Hacemos un promedio de unas 1.200 cirugías anuales y unas 20.000 atenciones de medicinas especializadas, entregamos de 10.000 a 15.000 fórmulas médicas, es decir, tratamientos hasta por dos meses de las personas que diagnosticamos y tratamos en las brigadas. En las brigadas de emergencia también llevamos ayuda humanitaria con unos kits que han sido pensados con nutricionistas, médicos y personas especializadas en emergencias, quienes son los que se necesitan realmente en el momento de la emergencia. No llevamos lo que a la gente se le ocurra donar, sino cosas muy específicas con que sabemos que si van a poder afrontar la emergencia”.
¿Cómo es su sistema de voluntariado?
“Tenemos el voluntariado en salud más importante del país: contamos con 580 profesionales de la salud, más o menos, con especialidades de todo tipo: instrumentadores quirúrgicos, cirujanos, anestesiólogos, ortopedistas... de todas las especialidades que se puedan imaginar. Tenemos unos socios que son 71 pilotos privados, que también son voluntarios de la patrulla y que gracias a eso nos convierten en la flota de aviones privada más importante de la región dedicada a labores humanitarias”.
¿Cómo se financian?
“El 90 % de nuestra financiación es empresarial, un 8 % es recaudo individual, y el restante es alguna financiación de cooperación internacional. No hacemos cobros al Estado, no estamos constituidos como EPS o IPS, no tenemos negocio ni le cobramos a absolutamente nadie para asistir a nuestras brigadas. Es más: hemos estado en las zonas de conflicto armado más duras del país donde nadie entra, donde literalmente ningún médico se atreve a ir; de donde las EPS salen, nosotros entramos y nunca nos ha pasado nada en estos 50 años. Una de las razones por las cuales nuestra seguridad es tan buena es porque si no nos quieres dar tu cédula, no importa, nosotros no tenemos ningún trámite administrativo”.
¿Cómo se asegura la mejor atención?
“Para nosotros es clave que realmente las personas que acceden a nuestros servicios accedan a una salud humana, principalmente, pero también de muchísima calidad. Llevamos los mejores medicamentos, los mejores insumos quirúrgicos, tenemos los mejores equipos médicos. Nuestra misión es que en cualquier lugar del país haya una clínica del Country o una Fundación Santa Fe, que es móvil y que puede llegar a los lugares más apartados del país para garantizarle el acceso al derecho a la salud a miles de colombianos”.
¿Cómo ha sido la experiencia con actos armados?
“Nunca hemos ni siquiera tenido un solo incidente de ninguna clase, simplemente, llegamos a zonas en donde no hay sistema de salud o es tan precario que toda la población, sin importar quién, valora enormemente el trabajo. Nunca hemos tenido siquiera un contacto, un diálogo, nada, simplemente vamos a estas zonas desde hace 50 años y conocen nuestro trabajo”.
¿Por ejemplo?
“Puedo contar muchas historias de personas que caminan hasta por dos días en la alta Guajira hasta llegar al Hospital de Nazareth para hacerse cirugías con nosotros, porque nadie más se las hace. A veces no pueden ni siquiera viajar a
Riohacha, sino que cuando viajan hay un montón de problemas administrativos que les impide acceder a servicios. Incluso hemos atendido personas que llevan 20 años esperando una cirugía”.
¿Cuánto cuesta el funcionamiento de la patrulla al año?
“En dinero, 1.500 millones de pesos, claro, sin sumar todo lo que implica en logística, lo entregado por donantes en especie, como Terpel, que nos da todo el combustible de los aviones. Para que se hagan una idea, la Patrulla viaja el equivalente a darle 4,5 veces la vuelta al mundo y solo en el territorio colombiano. Y todo ese combustible es financiado por Terpel desde hace más de 10 años, sin necesidad de publicidad ni de reconocimiento”.
¿Cuáles otras compañías los financian?
“Tenemos una política súper fuerte de financiamiento y de transparencia, no nos asociamos con todo el mundo, no recibimos recursos de cualquier donante. The Allergan International Foundation es uno de nuestros principales
“Hemos atendido personas que llevan 20 años esperando una cirugía”. VALENTINA ZULUAGA Gerente General de la Patrulla Aérea Civil Colombiana
donantes actualmente; Johnson & Johnson, también lo es: todas las suturas que le ponemos a las personas en las brigadas son de esa marca; cada sutura puede costar al rededor de entre 500 mil pesos a 700 mil y son 1.200 cirugías al año; también hemos tenido financiación de Argos, de grandes empresas colombianas y extranjeras. Asimismo, Colmédica desde hace dos años es uno de nuestros principales donantes y mayor aliado, en medicina prepagada decidió financiar una brigada en Riosucio (Chocó), el sitio tristemente célebre porque los actores armados jugaron fútbol con las cabezas de las víctimas. Nadie nos quería financiar este lugar huérfano del país, es súper difícil, tiene cero acceso al sistema de salud, pero con una población realmente hermosa. Colmédica además nos ayuda con sus mejores médicos, que pasan por un concurso para acompañarnos a las brigadas de salud en Riosucio”.
¿Cuántas horas están donando estos 580 profesionales?
“Por brigada, cada profesional dona 72 horas y son unos 260 profesionales activos durante el año, que varían de toda esta base de datos, y son 50 profesionales viajando en cada jornada, y en cada una son unas 3.600 horas donadas. Si miramos todo lo que implica hacer una jornada, estaríamos hablando de que costaría entre unos 4.000 millones de pesos y los 6.000 millones”.
¿Qué debe hacer un profesional para vincularse a la patrulla?
“Tenemos un proceso de selección. Primero deben hacerse una autoevaluación, porque, por supuesto, este trabajo de voluntariado no es para todo el mundo: nos montamos en aviones pequeños, vamos a las zonas de más difícil acceso, las condiciones en estos lugares no son las más adecuadas, tampoco vamos a tener disponible todo lo que tienen en una clínica, entonces tienen que ser profesionales que realmente tengan experiencia, trabajen
en condiciones de emergencia. Luego de esa autoevaluación, les pedimos que nos envíen su hoja de vida con soportes, lo cual tiene una calificación. Una vez surtido ese proceso de selección, se pasa la solicitud a la Dirección Médica y allí realizan llamadas solo a personas que han pasado todos esos filtros, les hace una entrevista y, posteriormente, se decide si se invitan o no a participar en una de las brigadas.
Es un proceso riguroso...
“Hay profesiones muy difíciles, sea porque hay escasez en el país, como pediatría, o también porque son profesionales muy ocupados los fines de semana, como los anestesiólogos, que ganan muchísima plata en esos días y, por tanto, son pocos los que realmente deciden no trabajar, no ganar, e irse a salvar vidas haciendo la real medicina solo por el amor a su profesión”.
Estos profesionales lo que hacen es regalar su tiempo libre...
“Sí, pero incluso muchos de ellos pagan turnos, les pagan a sus compañeros para que los cubran durante sus turnos para ir a las brigadas. No solo donan su tiempo libre, sino que muchos, en muchas ocasiones, sacan de su propio dinero”.
¿Qué piensan hacer con ese dinero del premio?
“Nos llega como en abril, cuando es la premiación y lo recibimos de la mano del Rey. Son 25.000 euros para mejorar una parte de los equipos biomédicos, que desde hace tiempo queríamos actualizar para garantizar una mayor calidad en la atención de los pacientes y vamos a invertir en equipos médicos de mayor tecnología”