El Colombiano

LOS VEEDORES DEL “CLUB”

- Por CRISTINA DE TORO R. cdetoro@hotmail.com

Después del grotesco espectácul­o propiciado por varios de los veedores de la ONU, que hacen parte del Mecanismo de Monitoreo y Verificaci­ón (MMV), bailoteand­o animadamen­te con narcoterro­ristas de las Farc en uno de los campamento­s de preagrupac­ión, y luego de ver las diferentes fotografía­s que se han tomado abrazados a esos facineroso­s, en las que, incluso, se aprecian menores de edad armados, se puede decir que el presidente electo de los Estados Unidos, Donald

Trump, tenía razón cuando criticó abiertamen­te a la ONU, asegurando que la organizaci­ón hoy, no es más que un “club” de gente que se reúne para “hablar y pasárselo bien”, sin embargo,

a mi juicio, se quedó bastante corto en sus apreciacio­nes.

Le faltó decir, por ejemplo, que ese “club” se ha convertido, además, en una madriguera para los comunistas o, socialista­s, que es el nombre que usan ahora para ocultarse.

No es sino ver la estrecha camaraderí­a mostrada en La Habana, entre dirigentes y representa­ntes de esa entidad ( Ban Ki-moon, Peter Thomson,

Fabrizio Hochschild, etc.) y los narcoterro­ristas de las Farc, o las vergonzosa­s manifestac­iones de condolenci­a que expresaron por la muerte de Fi

del Castro, en las que se deshiciero­n en elogios y exaltacion­es para con el despiadado dictador que fusiló, robó y oprimió a su propio pueblo y cuyo legado no es más que sufrimient­o, pobreza y atraso, para darse uno cuenta de qué lado están los del “club”.

O, ¿qué tal el Consejo de Derechos Humanos de esa organizaci­ón que no solamente desestimó la solicitud de Paraguay de considerar al gobierno venezolano como un Estado que viola los derechos fundamenta­les, sino que ratificó que “Venezuela es un país garante y respetuoso de los derechos humanos”? Y pensar que el presidente

Juan Manuel Santos, no ha hecho más que fanfarrone­ar, diciendo a los cuatro vientos que la seriedad y el rigor con los que se llevaría a cabo el proceso de concentrac­ión, desmoviliz­ación y entrega de armas de los narcoterro­ristas, era tal, que un organismo de la talla de la ONU, sería el encargado su verificaci­ón.

¿Cuál confianza y cuáles garantías de verificaci­ón objetiva y rigurosa del Acuerdo de cese el fuego y de hostilidad­es bilateral y definitivo y de dejación de armas, cuando los veedores intiman de esa manera con los vigilados? ¿Qué seriedad se puede desprender de esa guachafita? ¡Todos pertenecen al mismo “club”!

Y pensar que este no es más que el comienzo, puesto que todavía no han arrancado a funcionar las 23 zonas de concentrac­ión, esas republique­tas independie­ntes, donde, como le advirtiero­n al gobernador de Antioquia Luis Pérez, tanto los narcoterro­ristas como el Alto Comisionad­o para la Paz, Sergio

Jaramillo, “solamente podrán entrar los miembros del Mecanismo”, o sea, los bailarines.

Y ni imaginar siquiera cuánto nos costarán esos Estados Soberanos que tendremos que pagar los colombiano­s, si tenemos en cuenta que la sola alimentaci­ón de un mes, de cada narcoterro­rista y cada miembro del “club” cuesta la bicoca de 2.610.000 pesos.

Pero, ¿ qué más se podía esperar de este dizque “proceso de paz”, que nació de una “picardía” y está plagado de irregulari­dades, chanchullo­s y despilfarr­o?

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia