Lucha contra la pobreza está mal enfocada: Banerjee
El reconocido investigador indio cree que las políticas sociales están mal enfocadas, deben ser prospectivas y evitar que sean solo mediáticas.
El economista indio, Abhijit Banerjee, calificó como errados los programas sociales para erradicar la pobreza. Propuso un sistema prospectivo que entregue alivios y ayudas, pero también información y empo- deramiento a las familias más necesitadas. En diálogo con EL COLOMBIANO, Banerjee puso en duda que la entrega de microcréditos sea el mejor modelo para ayudar a los pobres.
La pobreza se puede meter en un laboratorio. Eso fue lo que le demostró al mundo Abhijit Banerjee, doctor en Economía de la Universidad de Harvard y profesor del MIT de Massachusetts (Estados Unidos).
El economista indio ha dedicado sus investigaciones a demostrar los impactos de los programas sociales sobre las comunidades pobres y cómo hay que repensar el concepto de la pobreza.
Recientemente, en su primera visita a Medellín y en diálogo con EL COLOMBIANO, el reconocido economista indio habló sobre el enfoque errado que tienen los programas y las políticas sociales actuales, pues se enfocan en llevar un mensaje que, al fin y al cabo, las familias nunca entienden. En cambio, propone un sistema prospectivo, que dé a la par, tanto alivios y ayudas, como información y empoderamiento.
También explicó por qué cree que los microcréditos no son el mejor modelo para apoyar a personas en condiciones precarias y dijo que el gran problema de la mala distribución de los ingresos en América Latina parte de los altos niveles de corrupción.
¿Qué estamos haciendo mal al momento de entender la pobreza?
“Uno de los principales problemas es que pensamos que la pobreza tiene una sola solución y queremos que sea así. Nunca sucederá algo tal como oprimir un botón para eliminar pobreza”.
Entonces, ¿cuál es el camino para encontrar una solución adecuada?
“Hay que comprender que la pobreza es la combinación de muchos y muy complejos problemas, que se resuelven de manera separada, no de una manera mágica”.
En una conversación con este diario, el profesor Ricardo Hausmann aseguró que no se debe luchar contra la pobreza, sino crear un escenario adecuado para que las personas vivan mejor, ¿está de acuerdo con esa afirmación?
“Es su visión, pero no estoy del todo de acuerdo. Creo que lo que se ha hecho última- mente en materia de políticas públicas para la superación de la pobreza es llegar a donde están las comunidades, y mostrar una serie de programas y oportunidades. Pero la evidencia arroja que la gente no los toma, no los absorbe”.
¿Por qué sucede esto?
“Básicamente, porque no los entienden, no comprenden el sistema ni para qué servirá eso que les están proporcionando. Ellos (las comunidades de menos ingresos) reaccionan como si no necesitaran eso que está llegando. Lo que se requiere, en ocasiones, son programas más agresivos, pero que se acomoden a las realidades de las personas”.
Pero el Banco Mundial, justamente, promueve la idea de la inclusión global, como una suerte de ecuación para reducir la pobreza, ¿qué opina al respecto?
“Supongo que ahora ya no hay forma de pensar que haya una inclusión que no sea globalizadora. Al final, la historia se resume en esfuerzos que hacemos para resolver problemas domésticos, con políticas locales y así es más fácil tener impactos directos, son menos ambiciosos y más efectivos”.
Pero, deben haber algunos patrones...
“Es posible, pero hay que tener claro que la gente, ante todo, siempre sospecha: lo primero que llega a la mente es si estos programas para mi bienestar sí funcionan o si están tratando de timarme. Ahí es cuando hay que pensar de manera diferente”.
Si las personas no entienden los programas, porque no se los explican, ¿esto es por una falta estructural de educación o de concepción de programas sociales y de subsidios?
“Creo que el enfoque en educación es importante y sí, tiene que ver en la forma cómo la gente asume los programas, pero esto va mucho más allá. Cuando llevas un programa y le preguntas a la gente qué aprendió o cómo lo puede usar para la vida, te responden que no tienen idea, entonces no es enteramente un problema educativo”.
Y entonces, ¿por qué lo es?
“Porque no se les muestra el efecto prospectivo de lo que se está haciendo. Hay que hacer esfuerzos por ofrecerles información. Cuando se empodera a las comunidades, los programas tienen efecto, más allá de los auxilios y las ayudas, hay que ser efectivos con el mensaje detrás de la iniciativa, dejar de abstraer los mensajes o que sean solo para que aparezcan en los periódicos”.
De fondo, estos programas y las políticas públicas para luchar contra la pobreza se dan en contextos de creciente inequidad, ¿cómo avanzar en medio de esos escenarios?
“Siempre necesitaremos más dinero para atender a los que menos tienen, en parte porque es un problema estructural del modelo económico. Y tienes que sumarle más factores, como el pago de impuestos y la mala distribución de los mismos. La inequidad no es solo por cuenta de la ausencia de oportunidades”.
En el caso del pago de impuestos, ¿a qué se refiere?
“Aunque no tengo gran panorama sobre lo que pasa en América Latina, sí puedo ver que en los últimos 50 años se avanza en algunas cosas, pero se tienen grandes muros. Por ejemplo, hay más crecimiento en el producto interno bruto (PIB) de los países, pero no ves que la distribución sea mucho más equitativa”.
Pero eso tiene a la corrupción como bandera...
“Y esa es una lucha que creo debe darse en todo el mundo. No es un problema de América Latina, y no solo está en lo público. La evasión de impuestos, por ejemplo es un problema estructural que debe enfrentarse de manera conjunta por todos los países”.
Para terminar, en sus investigaciones hay una crítica a la figura del microcrédito. Asegura que no es un verdadero apoyo a los de menos ingresos, ¿por qué?
“Porque en esencia no genera ingreso. Te da la ilusión de liquidez. No resuelve ningún problema estructural, pero la crítica no es con el modelo en sí, lo es frente al uso, la implementación y la explicación de los mismos con la gente”
“Siempre vamos a necesitar más dinero para atender a los que menos tienen, en parte porque es un problema estructural del modelo”. “Nunca sucederá algo tal como oprimir un botón para eliminar pobreza”.