Mesas de víctimas irán por las curules de la Cámara
Las víctimas del conflicto en Colombia esperan que este proceso de paz las saque del rezago en el que las dejaron los años de confrontación armada y el proceso de paz con los paramilitares.
Así lo expresó Odorico Guerra, coordinador de la Mesa Nacional de Víctimas, en entrevista con Colprensa.
Les interesa, sostuvo Guerra, estar informados del paso a paso de la implementación de los acuerdos, así se lo expresaron al ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, y al director de la Unidad para las Víctimas, Alan Jara.
“Hemos solicitado hacer unos foros o unas cumbres regionales para todo el tema de mantener a las Mesas de participación tanto en departamentos y municipios, enteradas de cómo va el proceso de implementación. En Bogotá de pronto es fácil enterarse de las cosas, pero hay lugares en el país donde el internet no llega ni en burro. No se puede negar la realidad de la geografía colombiana y las desigualdades de desarrollo en materia de tecnología”.
Es más, dijo que van a hacer todo lo necesario para ocupar la mayor cantidad posible de las 16 circunscripciones especiales que tendrán las regiones más afectadas del conflicto en la Cámara de Representantes.
Así como en el acuerdo estaba establecido un movimiento político como vocero en el Congreso, cuya labor hoy realiza el movimiento Voces de Paz y Reconciliación, las víctimas también necesitan representación, insistió Guerra, quien profundizó sus cuentas: “Hemos avanzado, nos hemos reunido con líderes de agremiaciones y vamos por muy buen camino. Nosotros somos 3.500 organizaciones de víctimas en las Mesas. Hay a nivel nacional más de 18.000 delegados y delegadas que representamos organizaciones y somos 1.033 mesas. Tenemos la suficiente fuerza para armar un movimiento social muy fuerte. Falta es tener los medios y recursos logísticos. Si desde las mesas nos organizamos bien, vamos a ser imparables. No nos vamos a dejar invisibilizar”.
Reconciliación a la vista
El proceso de reconciliación será difícil, reconoció Odori- co Guerra, sin embargo cree que es posible.
“El escepticismo es general, pero también uno tiene en cuenta que la mayoría de personas que conforman las Farc también son gente pobre, gente que ha vivido las mismas carencias que uno. De ese lado sí estamos como optimistas. No es fácil, pero hay muchas expectativas. Habrá dificultades porque perdonar no es fácil. Hay dolores y heridas que nunca terminan de cicatrizar, pero las víctimas estamos dispuestas, queremos un país mejor. Estamos abiertos al diálogo, a escuchar, a proponer”