Una crisis que lleva décadas y sin solución
La situación que viven los internos en Antioquia es la misma de antaño. Desde hace 10, 20, 30 años atrás, los establecimientos penitenciarios presentan un alto nivel de hacinamiento, falta de atención médica, pésima alimentación y lo más grave como sociedad, es que los presidiarios no acceden a programas de resocialización: es la misma historia con cifras que van cambiando. Pese a las decisiones de la Corte Constitucional, (que a veces se convierten en letra muerta) los hechos muestran que esta no es una de las prioridades del Gobierno Nacional. No hay interés político del Estado colombiano como Estado para respetar los derechos fundamentales de la población reclusa. Ante este panorama tan complejo se visualizan unas soluciones: una verdadera política penal y penitenciaria, que desaparezca el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario, Inpec, como en su momento se terminó con el Departamento Administrativo de Seguridad, DAS. La terminación del Inpec no se ha dado, entre otros, por falta de voluntad política y por dificultades con los sindicatos. De otro lado, hace unos días surgió una información según la cual se solicitó el cierre de la cárcel Bellavista. No creo que se cierre, simplemente porque debido a los altos porcentajes de hacinamiento no habría a dónde trasladar a los internos. Según información que tenemos existen en el penal áreas que pueden destinarse para la ampliación de la infraestructura actual. Asimismo, por la corrupción existente en distintos estamentos, los recursos para programas sicosociales, y personal especializado que ayude en la rehabilitación del interno, no se destinan apropiadamente. Mucho dinero no se traduce en programas de resocialización. Los presidiarios no sienten apoyo estatal y viven la vulneración de sus derechos, esto crea en ellos rencor y resentimiento social.