2017: EL AÑO DEL BALANCE MIXTO
Es razonablemente más probable que el crecimiento esté cerca del 2%, un punto por debajo de la proyección del gobierno del 3%.
Las proyecciones de crecimiento de los analistas locales e internacionales para el año 2017 se ubican en un rango significativamente amplio que va desde 1,4 % hasta 3 %. Como se sabe un rango tan amplio implica incertidumbre pues hay factores que suman y otros que restan. Al final el resultado neto depende de la ponderación que se brinde a cada lado del balance de riesgos.
Del lado de los factores que restarían dinamismo a la economía colombiana este año se encuentran: los efectos acumulados de los niveles de inflación observados hasta el momento (5,96 % en el último año); el impacto sobre el consumo y la inversión de la reforma tri- butaria, que refuerza el aumento de los precios de los bienes y servicios, además no genera un alivio tributario inmediato para el fomento la actividad empresarial desarrollada por nacionales y extranjeros; y los datos débiles de la mayor parte de los sectores económicos, con excepción de la construcción y los servicios financieros.
Por su parte, del lado de los aspectos que jalonarían la economía están: la continuidad en la tendencia decreciente de la inflación desde agosto de 2016, que se pondrá a prueba en 2017 con las alzas de precios que traería la reforma tributaria; el inicio de la reducción de la tasa de interés del Banco de la República, que para sorpresa de muchos se dio en diciembre de 2016 a pesar de que se proyectaba que iniciaría en 2017 cuando la inflación estuviera de nuevo en el rango meta de 2 % a 4 %.
Lo anterior deja entrever que para la autoridad monetaria la desaceleración es fuerte y ha procurado frenarla, aunque no es previsible que continúe una tendencia hacia debajo de los intereses, sino parecería que procurará mantener la tasa estable, gracias a que el incremento de los precios del petróleo por encima de US$50, debido al cumplimiento de los acuerdos de la OPEP y el despegue de la infraestructura con el inicio de la segunda y tercera ola de las obras de cuarta generación (4G), (aunque hasta el momento no han culminado la fase de financiación), podrían aliviar la preocupación por el crecimiento.
Si bien el balance es mixto, también es cierto que los factores que restan al dinamismo de la economía están basados en hechos y en el comportamiento observado hasta el momento en las principales variables de la economía, mientras que los aspectos que suman consisten básicamente en expectativas optimistas hacia el futuro que dependen de la evolución de variables poco previsibles o externas como el precio del petróleo.
En consecuencia, es razonablemente más probable que el crecimiento esté cerca del 2 %, un punto porcentual por debajo de la proyección del gobierno del 3 %. Hemos comenzado un año de grandes retos e incertidumbre no solo para Colombia, sino para el resto del mundo, por ende, es un periodo para imaginar y proyectar nuevas estrategias pues las recetas de ayer, se encuentran obsoletas hoy