El escándalo derrumba la confianza contractual
La Sociedad Antioqueña de Ingenieros y Arquitectos (SAI) sostuvo que la actuación fraudulenta de la constructora brasileña Odebrecht, detectada en Colombia y otros países, provoca desazón, desconcierto y decepción total en el sector constructor de infraestructura.
“Estas son prácticas muy dañinas para el ejercicio de la ingeniería y la construcción”, manifestó Martín Alonso Pérez Pérez, presidente del gremio, quien abogó por el rescate de los valores éticos y morales, para que este tipo de actuaciones no se vuelvan a repetir.
“Lo que nos está pasando es absurdo. Valores básicos, como el libre juego de las reglas propuestas en las licitaciones, no se cumplen, y gana todo aquello que se mueve bajo la mesa”, dijo.
Según Pérez, lo ocurrido con Odebrecht es un desastre para el mundo de la ingeniería, la arquitectura y para las firmas constructoras.
“Lo que nos está mostran- do este episodio es que debemos recobrar las buenas prácticas, porque en otras condiciones será muy difícil creerles a los procesos licitatorios y a las compañías, bien sean constructoras, de ingeniería o de consultoría”, añadió.
Frente a los procesos abiertos para adjudicar las llamadas concesiones de cuarta generación (4G), en Colombia, que involucran recursos por más de 50 billones de pesos, Pérez reconoció que es muy difícil tener plena certeza de la transparencia que acompañó
esas actuaciones, en las que participaron los sectores público y privado.
“La duda, con todo lo que está pasando, va a aflorar en todos los contratos y eso es muy grave, porque lo que hemos buscado es que todos los procesos estén blindados, es decir que aquello que se ofertó como licitación o lo que plantearon los proponentes, haya sido hecho con rigor y disciplina, ajustado a reglas claras e iguales para todo el mundo, y lo que estamos viendo es que eso no es así”,
enfatizó Pérez.
También recordó que el caso Odebrecht debe sumarse a lo ocurrido en Bogotá con los Nule y con otros contratistas que han ido más allá de su cumplimiento ético y moral. “Habrá que evaluar qué lleva a una multinacional como esa, de la que se espera el aporte al desarrollo de un país, a obrar de una manera indebida. Esta es una empresa que lleva en el país más de 25 años y además hay otras que se están instalando y esto es muy delicado”.
Por último, sugirió que lo ocurrido con la multinacional brasileña debe llevar a un examen tanto de las obras anteriores como de las actuales. “Esto nos obliga a revisar todas las adjudicaciones que se han hecho”, puntualizó