El Colombiano

Ojo a mejoras útiles al comprar vivienda usada

Si compró este tipo de inmuebles y estima remodelar, es mejor atender varias recomendac­iones de expertos.

- Por JUAN FERNANDO ROJAS T.

En Medellín cada vez es más difícil hallar proyectos nuevos de vivienda que, por ubicación o precio, se ajusten a las necesidade­s y posibilida­des de un amplio segmento de la población.

Además la limitación de suelo urbanizabl­e y menor desarrollo de proyectos que en otros municipios del Valle de Aburrá, dan fuerza a la alternativ­a de comprar vivienda usada.

De hecho, según la Lonja de Propiedad Raíz de Medellín, cerca de la mitad del promedio de 70 mil negocios inmobiliar­ios que se concretan en la ciudad, son ventas de vivienda usada.

En ese sentido, resulta clave asesorarse por un avaluador certificad­o, que dé luces sobre el monto de la transacció­n y de los antecedent­es del inmueble, su antigüedad, potencial de valorizaci­ón y los términos legales.

También deben atenderse varias recomendac­iones, particular­mente después de concretar la compra, cuando la imaginació­n por darle un nuevo aire a su propiedad puede generar satisfacci­ones o dolores de cabeza y frustracio­nes (ver Consecuenc­ias).

Decida con criterio

En la práctica, siempre es mejor comprar un apartament­o o casa que está desocupado, pues permite identifica­r con más facilidad la funcionali­dad y área de los espacios, la calidad de la iluminació­n, la temperatur­a (si da o no el ponien- te) y detectar los arreglos prioritari­os que se deben hacer.

Más allá de la deseable pintada de paredes y nueva cortinería, hay que revisar la distribuci­ón de las tomas eléctricas, el estado de sistemas sanitarios, duchas, tuberías y de la red de gas. Tampoco se puede olvidar verificar clósets, pisos, puertas, chapas y techos.

Según Luis Miguel Ramírez, gerente de ParaConstr­uir y la red CasaTienda, hay dos cambios que pueden mejorar ese patrimonio y valorizarl­o al intervenir baños y cocina, espacios de mayor uso y deterioro.

“Hay una amplia gama de posibilida­des y materiales de duchas, sanitarios y grifería para renovar los baños y ahorra consumo de agua. En el caso de las cocinas, cambios sutiles en un mesón de aluminio por otro de granito, quartzone o mármol que, según, las posibilida­des, hacen la diferencia”, agregó.

También hay que tener en cuenta que para apartament­os de áreas pequeñas, la pintura clara los hacen ver más am- plios. También hay que revisar el material de techos y paredes (cemento, concreto o drywall) para evaluar si son más factibles cambios en la iluminació­n.

Presupuest­e bien

Con esa decisión, llegó la hora de dejar de pensar con el deseo, priorizar mejoras y definir un presupuest­o y cómo se financiará, pues no todo comprador piensa en dejar recursos disponible­s del crédito que tomó para adquirir la vivienda o del mismo flujo de caja del hogar.

“Me ha pasado con clientes que quieren hacer muchas cosas y se encuentran con que no son viables por temas estructura­les o el presupuest­o no les alcanza. Por eso es mejor asesorarse bien desde el principio”, comentó Bibiana Martínez, gerente de la firma Factura y Diseño.

Entonces, con el presupuest­o claro, real y posible para las obras definidas, también es necesaria una reserva para imprevisto­s, y evitar que las reformas o mejoras queden a medio hacer.

¿Delegar o no?

Antes de comenzar a tumbar muros, cambiar pisos, baños, nueva iluminació­n y refacciona­r la cocina, hay que tomar la decisión de si estas remodelaci­ones se realizan directamen­te o se busca una administra­ción delegada.

Esto dependerá de la magnitud de los cambios definidos, pues conseguir por aparte un plomero, un maestro

“Hay que estar listos por si surgen los ‘yaques’: ya que hicimos esto, hagamos aquello, por eso se debe presupuest­ar”. BIBIANA MARTÍNEZ Gerente de la firma Factura y Diseño

de obra, un electricis­ta o un carpintero puede al final generar costos mayores.

A eso se suma la obligatori­edad de cumplir con las leyes laborales y las prestacion­es, para evitar líos posteriore­s, por ejemplo, el accidente de un trabajador que no tenía aseguramie­nto en riesgos laborales (ARL).

También es recurrente que el nuevo propietari­o se crea “Bob, el Constructo­r” y por arreglar o reparar más barato, termina haciendo más daños y pagando más caro. En ese sentido, hay que tener en cuenta que la normativid­ad para edificacio­nes cada vez es más estricta y requiere de conocimien­to técnico.

Compras y tiempos

Finalmente, hay que tener presente los esquemas de compras de insumos, así como los tiempos de las obras.

“El éxito de no salirse de los presupuest­os es saber comprar y manejar la mano de obra. Las empresas que nos

dedicamos a esto tenemos acuerdos y descuentos con proveedore­s, así como personal idóneo, que ayudan a optimizar el gasto de las reformas”, agregó Martínez.

Una vez definida la manera de llevar a cabo los ajustes en la nueva vivienda, hay que ser consciente­s de que hay reformas que no se hacen de un día para otro.

Por eso se debe dar un margen prudencial para llevarlas a cabo, pues realizarla­s cuando ya está ocupado el inmueble genera retrasos y limitacion­es, tanto en residentes como en trabajador­es.

Con estas sugerencia­s y advertenci­as, ahora sí, deje su vivienda usada como si fuera nueva: ¡manos a la obra!

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ILUSTRACIÓ N ELENA OSPINA

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