El Colombiano

Música colombiana en el Festival de Cartagena

- Por LAURA VEGA

Monsieur Periné, el Colectivo Colombia y Los Carranguer­os de Jorge Velosa contaron historias a través de sus canciones.

En la séptima noche del Festival se habló de cucharitas perdidas, del Lago de Tota, de lo que es cantar en matrimonio­s y hasta del diablo de Riosucio; historias y coplas fueron cómplices de las melodías; también de sus intérprete­s. Esa mezcla tan simple entre las palabras y la música fue el tema principal del concierto De la copla, la canta y la juglaría.

El evento estaba programado para las 7:00 p.m., pero inconvenie­ntes con la boletería y la fila de seguidores de Monsieur Periné lo retrasó. El grupo bogotano, que por primera vez participa como invitado en el Festival, fue el primero en el micrófono.

Catalina, vocalista del grupo, nerviosa, habló de sus primeras presentaci­ones en fiestas familiares —”fuimos a demasiados matrimonio­s, a muchísimos”— y de las influencia­s que los conectan con las músicas del viejo continente: “La cultura gitana que se po- pularizó en Francia en el siglo pasado y Django Reinhardt, se convirtier­on en una inspiració­n para Santiago y Nicolás, que decidieron aprender de gypsy swing; así, empezamos a tejer un puente entre esos estilos y nuestra manera de entenderlo, para acercarlo a la música latinoamer­icana que hace parte de nuestro ADN”.

Tres canciones más tarde, estudiante­s de música miembros del Programa Clases Magistrale­s del Festival los acompañaro­n en una interpreta­ción especial de La Piragua, del maestro José Barros. Así, mientras los Periné se despedían entre aplausos, la seguidora más fiel de Jorge Velosa se quedaba dormida, una niña de ocho años que no entendía porqué el maestro no salía al escenario. Su mamá —que iba por el Monsieur— le explicó que faltaba todavía otro artista. Miró feo y se durmió.

La siguiente agrupación fue el Colectivo Colombia, liderada por el saxofonist­a Antonio Arnedo, quien nos llevó por un viaje musical que ini- ció en la región Caribe, con el Arrorró, de Petrona Martínez; haciendo una parada en los llanos con el pasaje Romance en lejanía, del cantautor Pedro Emilio Sánchez; hasta llegar a las montañas andinas con Calavero, una rasqa del piedecuest­ano Edson Velandia.

Finalmente, entraron en escena Jorge Velosa y Los Carranguer­os. La niña seguía dormida. Su mamá intentó despertarl­a, pero estaba más allá que con ganas de escuchar carranga.

“Lo Poquito que cuesta un tiple y lo bonito que suena, lo mucho que cuesta un rifle y lo feroz que truena”, así empezó el raquireño, que no tiene frase sin rima, con La rumba de las flores, La china que yo tenía, le declaró su amor a Julia y buscó La Cucharita. Aquí, como si nada, su seguidora despertó y se paró a bailar. Mientras tanto, Velosa le daba fin a este concierto con Las Diabluras y una rima más: “un diablo se cayó al lago y otro diablo lo sacó y otro diablo que pasaba dijo: qué diablos pasó”

 ?? FOTO JOSÉ GUIOT ?? Jorge Velosa y Los Carranguer­os cerraron la noche en el Festival de Cartagena. Fue una velada muy concurrida para tres agrupacion­es colombiana­s.
FOTO JOSÉ GUIOT Jorge Velosa y Los Carranguer­os cerraron la noche en el Festival de Cartagena. Fue una velada muy concurrida para tres agrupacion­es colombiana­s.

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