¿Por qué nos debe importar el campo?

Más allá de su herencia campesina, ¿por qué tenemos que mirar hacia el campo del país? “Desde los noventa he procurado escribir y tratar de explicar que este país solo podrá pasar la página de la guerra si ve en el campo la solución. Esto no solo implica mayor seguridad alimentaria o niveles de productividad, estamos hablando de la recomposición social del país”.

¿Por qué sigue como una tarea pendiente? “Porque mientras existan 22 millones de hectáreas cultivables y solo aprovechemos 7 millones, tendremos problemas. Cuando no se paga impuesto por tenencia de la tierra, lo mejor es acumularla y en ese círculo estamos”.

¿ Cómo llevó eso al Banco de la República? “Las discusiones siempre se hacen con cordialidad en el Banco, pero lo más complejo fue llevar el mensaje de que, si la política económica no entiende los ciclos productivos del agro y del clima, lo vamos a lamentar”.

Y, ¿sí caló dentro de la Junta del Emisor? “Pues el año pasado lo volvimos a sentir. Si las medidas de política pública y monetaria no se ajustan a un mejor análisis y tratamiento del campo y la producción, hay efectos sobre la inflación, eso nos pasó con el fenómeno de El Niño esta vez y nos puede volver a pasar”.

Al final, ¿qué es lo que se lleva del Banco de la República? “Yo venía de otro mundo, de la empresa privada, pero no tenía ni idea de política monetaria. Creo que aporté mi parte en esa visión del campo, pero lo que realmente destaco fue que los jóvenes del equipo técnico del Banco me actualizaron en macroeconomía, volví a la escuela con ellos y siempre les estaré muy agradecido”.