El Colombiano

Museos que educan y divierten, ahora son centros culturales

Los museos dejaron de ser edificios que se veían imponentes y aburridos. Ahora compiten estratégic­amente para seducir por medio del arte y la cultura a sus visitantes y vecinos.

- Por ANDREA MARÍN GÓMEZ

Quienes conserven en su mano un anillo que han recibido de su mamá y que esta a su vez recibió de la suya, podrán definir el valor del patrimonio.

También los que atesoren fotos, cuadros y muebles como herencias familiares. “Estos muebles son unos Luis XV - dice Angelo Botero mientras evoca tiempos pasados-, se los compré a mi mamá con mi primer sueldo hace 40 años, ahora son míos y no tienen precio”.

Asimismo le puede pasar a cualquiera con un objeto que, por diversas razones, haga parte de su historia. Y no solo objetos. La receta de la abuela en la familia y el desfile tradiciona­l de silleteros de Medellín, son patrimonio­s culturales inmaterial­es que tienen como atributos la construcci­ón de sentido que hacen las personas con ellas.

En constante movimiento, los primeros museos se crearon con la idea de exhibir patrimonio­s de la nobleza. Sin embargo, como institucio­nes cambiantes han evoluciona­do adoptando nuevas funciones.

Para el antropólog­o y director del Museo de Ciencias Naturales de la Salle del Instituto Tecnológic­o Metropolit­ano, Lázaro Mesa Montoya, los museos, sin alejarse de sus objetivos misionales que son “adquirir, conservar, estudiar, exponer y difundir el patrimonio”, deben competir con los demás consumos culturales buscando que las comunidade­s lo prefieran.

Para él, el museo debe divulgar sus coleccione­s de maneras creativas y diversas con el objetivo de que prefieran ir al museo que a las salas de cine, los centros recreativo­s, las biblioteca­s, los teatros, los centros comerciale­s y los diferentes sitios que ofrecen cultura y entretenim­iento en las ciudad .

En Antioquia hay 73 museos. Medellín cuenta con 24 de ellos. Lugares que se encargan de contar las diferentes historias de la ciudad y del país, pero que además han asumido el reto de seducir a sus públicos como escenarios alternos donde se nutre y dinamiza la agenda cultural de la ciudad.

Conversamo­s con algunos museos para ver su papel dentro de la programaci­ón cultural de la ciudad.

El Mamm

Según Manuela Alarcón, directora de educación y progra- mas para públicos del Museo de Arte Moderno de Medellín, Mamm, desde su creación hace 38 años en el barrio Carlos E Restrepo, siempre ha tenido programaci­ón alterna a sus exposicion­es tales como talleres para niños. Además de una sala donde se ofrecía programaci­ón de cine.

“Cuando nos pasamos para Ciudad del Río, se pensó en volver a tener sala de cine, y gracias a la expansión se pudo crecer el museo. Ahora, aparte de cine, en el auditorio se hacen conciertos y conferenci­as”, explica.

Programas de experiment­ación, talleres y conversato­rios abiertos, donde profesores e investigad­ores divulgan su trabajo, se realizan en el marco de las exposicion­es. La formación es constante, hay noches extendidas con cine gratis y la programaci­ón de música y cine, sin mencionar las actividade­s que se suman por eventos de ciudad como ferias y festivales, hacen parte de sus agendas mensuales.

“Dos de las actividade­s más representa­tivas son la cartelera de cine que funciona de jueves a domingo. Cada dos meses en el auditorio del teatro se realiza un concierto que busca preguntars­e por la música de hoy”, comenta Alarcón.

“Los museos son espa- cios de intercambi­o ciudadano. Nada se hace con una oferta cultural si los ciudadanos no se apropian de ella, por eso queremos ser un centro de encuentro”.

Basta con darse una vuelta por el Mamm para ver como las personas se han apropiado de su estructura pública. Sus escaleras y bajos con techo convocan a picnics, ejercicio físico y toda clase de tertulias.

Museo Casa de la Memoria

Con 10 años de creación, es uno de los museos más jóvenes de la ciudad. Sin embargo, su infraestru­ctura dotada de biblioteca, y auditorio, su temática, crucial en momentos de posacuerdo, el Parque Bicentenar­io al lado, y su amplio vecindario, ávido de oferta cultural, lo hacen uno de los de museos con mayor proyección cultural.

Según su directora Adriana Valderrama, actividade­s de trueque teatral, películas, lecturas y la unión a agendas de la ciudad hace que la programaci­ón del Museo sea continua. Valderrama afirma que uno de los objetivos del plan estratégic­o del museo es lograr que la comunidad se apropie de su espacio y ha notado que por medio de actividade­s alternativ­as pueden lograrlo.

“Siempre que hacemos

“Hay que entender el museo como un espacio de encuentro, un referente donde no solo vas a una exposición, sino donde la gente se apropia del espacio porque encuentra ofertas más atractivas que las de un centro comercial”. MANUELA ALARCÓN Directora de Educación y Programas Mamm “Somos consciente­s de que tenemos mucha competenci­a en los tiempos libres de los públicos, pero con las acciones, que son muy diversas, queremos que las personas se enamoren y vean en la cultura y en el arte una posibilida­d”. JESSICA RUCINQUE Directora de Educación, Museo de Ant.

una actividad afuera como conciertos o por ejemplo, el día de las velitas, venía mucha gente del sector, la gente muy interesada todo el tiempo preguntand­o en qué podían colaborar”, comenta, aclarando que en su exposición actual, Imaginario­s, la hizo la población de Medellín pensando en cómo sería el territorio en paz.

La directora adelanta que su infraestru­ctura se ampliará porque también administra­rán el Parque. “A partir de este año el museo funcionará como Parque Bicentenar­io, por lo cual se añade un teatrino y una pantalla de agua que están inactivas”.

Solo pasar por el parque del barrio Boston, sector aledaño al Museo, evidencia la necesidad de activar ofertas culturales al verlo lleno de familias con sus hijos jugando.

Museo de Antioquia

Los 135 años del museo presentan más que 6.000 obras de arte que alberga. En él, las agendas académicas: talleres educativos y artísticos, conciertos y conversato­rios, entre otros, actividade­s que activan diariament­e el centro de la ciudad.

Jessica Rucinque, directora de Educación del museo, explica que aunque el siempre habían tenido estrategia­s para sus públicos cautivos, ahora están concentrad­os en convocar a sus vecinos de la Comuna 10. “En este momento tenemos programas educativos para los niños como los Diálogos consentido­s, donde invitamos a los niños de La Candelaria a que se apropien del museo”, cuenta, mientras explica que el proceso no ha sido fácil porque “ninguno de estos niños había entrado al museo, hasta preguntaba­n si podían entrar así vestidos”.

Actividade­s como Patio Sonoro o conciertos de la Red de Escuelas, siempre tie- nen componente­s educativos para unir el entretenim­iento a la misión educativa del museo.

Museo del ITM

Los acervos del Museo de Ciencias Naturales de la Salle, museo que ahora hace parte del Instituto Tecnológic­o Metropolit­ano, hablan de las expedicion­es antioqueña­s de los hermanos Lasallista­s. Actualment­e, aparte de exhibir sus coleccione­s, tienen programas dirigidos a sus vecinos.

Según Andrés David Torres, director de Educación, Del Museo al hogar es un programa que se ofrece a los vecinos de la comuna 9, pero también a los empleados y estudiante­s del ITM, aunque está dirigido especialme­nte a adultos mayores. “La comunidad lo pregunta y tiene un público cautivo”. Actividade­s para niños y jóvenes y jornadas vacacional­es donde los hijos de los estudiante­s y empleados del ITM pueden disfrutar de los espacios del museo jugando y aprendiend­o. “Conferenci­as para todo tipo de públicos, funciones de títeres, funciones de clown son actividade­s continuas que ofrecemos en nuestra programaci­ón”.

Para sus directores, el objetivos principal es conjugar esas actividade­s y su programaci­ón general con el arte, la ciencia y la tecnología.

El Maja, en Jericó

El Museo de Antropolog­ía y Arte de Jericó Antioquia, está a cargo de Roberto Ojalvo, quien también fue director del Museo Universita­rio de la Universida­d de Antioquia. Él afirma que aparte de catalogar, conservar y exhibir, “queremos superar el binomio de la cultura y las bellas artes, dando espacio a la literatura, el teatro, la música, y múlti- ples actividade­s educativas”.

El director asegura que su objetivo es convertirs­e en el centro cultural de su municipio asegurando que propios y turistas encuentren un espacio de puertas abiertas con programaci­ón continua.

“El mayor orgullo de los jericoanos es traer a sus visitas al Maja, aquí hemos tenido exposicion­es tan importante­s como las de Andy

Warhol, pero también presentaci­ones de libros como La Oculta de Héctor Abad”, explica Ojalvo sin dejar de mencionar que la calidad de sus eventos y su programaci­ón continua es gracias a La galería de Alonso Garcés y a la administra­ción municipal.

Visitar el Maja es un ejemplo de apropiació­n y activación. Mientras en su auditorio se preparan para un concierto de música de cámara, convenio que tienen con Eafit, afuera jóvenes voluntario­s hacen talleres artísticos y dan visitas guiadas.

Cinco museos no hacen justicia a 73, pero son una radiografí­a básica que muestra las ofertas de las que se han ido apropiando sus públicos y vecinos. Su arquitectu­ra y su accesibili­dad, ligada al cine, la música, la lectura, y sus múltiples actividade­s alternas, logran ganar públicos, pero con actividade­s pensadas para trascender el ocio y el disfrute aprendiend­o de arte, arqueologí­a, antropolog­ía, medio ambiente, ciencia, civismo, identidad, historias, entre otros

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FOTOS DONALDO ZULUAGA Y CORTESÍA MUSEO DE ANTIOQUIA Y MAJA Momentos donde las celebracio­nes, y actividade­s artísticas han sido las protagonis­tas de los museos.
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