Pasado, presente y futuro de los museos
En Latinoamérica los museos tuvieron un papel que fue relevante en la representación de la nacionalidad. Culminadas las gestas de independencia en muchos de sus países; los museos representaron nuestra historia olvidando nuestro pasado prehispánico, a las mujeres, a los mestizos pobres, a las etnias vigentes y sus expresiones culturales, visibilizando a los héroes de la independencia y mostrándole al mundo aquellos aspectos que consideraban relevantes para que los ingentes estados fueran percibidos como jóvenes, novedosos, eruditos y en camino hacia el progreso. En las primeras décadas del siglo XX los cambios en las políticas educativas, culturales, la aparición de movimientos políticos, sociales y de diversas asociaciones de carácter civil, generan una mirada refrescante sobre el Museo y su papel en la sociedad. En 1972, en Chile, se lleva a cabo la conferencia denominada “La importancia y el desarrollo de los Museos en el mundo contemporáneo”, en ella se destaca que las soluciones a los problemas que enfrentan las naciones en relación al progreso, no son un asunto que solo involucra a los grupos hegemónicos. Es una tarea en la que todos los miembros de una sociedad deben involucrarse. El Museo debe entonces acompañar. Intercambiar saberes con las comunidades para que juntos generen procesos de formación que visibilicen, recuperen y le den valor a su historia, su memoria y sus prácticas culturales, con el fin de entender su presente y cambiar aquello que consideren que pueda generarles un mejor futuro. Hoy el Museo es un lugar de encuentro y aprendizaje. Para ello, debe contar con una infraestructura idónea que comunique sus fines, que sea atractiva, agradable y accesible a todas las personas. Que permita que las comunidades se apropien de sus espacios y que trabajen con ellas.