Procurador se posesiona y va tras caso Odebrecht
Hoy Fernando Carrillo asume como procurador. Dice que su foco será enfrentar la corrupción.
Mientras que el procurador Carrillo anunció que hará justicia por sobornos de Odebrecht, Carlos García se declaró culpable.
Sin tomar posesión de su cargo Fernando Carrillo, desde hoy procurador general en propiedad, hizo uso de sus buenos oficios para explorar otro acercamiento y diálogo entre el presidente Juan Manuel Santos y el expresidente Álvaro Uribe. Pero esta vez el interlocutor común fue un personaje respetado por ambos: el Papa Francisco.
Carrillo estuvo detrás de la invitación que le hizo el Vaticano a Uribe, días después de que Santos recibiera el Premio Nobel de Paz.
En diálogo con EL COLOMBIANO el procurador dijo que desde finales de octubre, cuando el Senado lo eligió, ha escuchado las voces de muchas personas, en Colombia y el exterior, que confían en que la Procuraduría sea garante de los acuerdos de paz, defensor de los derechos humanos y protagonista de una nueva era de lucha contra “la maleza de la corrupción, que amenaza con asfixiar la confianza ciudadana en la justicia y la democracia”.
¿Qué hará como procurador en el caso Odebrecht?
“Una vez asuma y conozca de manera oficial el expediente anunciaré las medidas a seguir para asegurar que haya justicia pronta y efectiva. No me interesa generar titulares sino castigar a los depredadores de los recursos del Estado. El caso Odebrecht no puede convertirse en una megamonumento a la impunidad. Vamos a actuar con rigor en este y en todos los casos. Siempre trabajando de manera coordinada con los demás entes de control, con el apoyo de la cooperación internacional. El mundo ya no es un lugar seguro para los corruptos; Colombia no será la excepción”.
¿Qué balance hace del empalme? ¿Cómo recibe la Procuraduría?
“Vamos a mirar hacia adelante. Mi guía es la Constitución no el espejo retrovisor. Haremos una reingeniería de la Procuraduría para adecuarla a los objetivos estratégicos que nos hemos trazado: ser veedores de los acuerdos de paz, defender los derechos humanos, tener los pies en el territorio, erradicar la corrupción y escuchar a la sociedad civil organizada. Esta será la Procuraduría de las víctimas, los indígenas, los negros y demás poblaciones minoritarias que reclaman ser escuchadas. Deberá ser desbogotanizada y desburocratizada”.
¿Cuáles serán las principales metas en sus primeros 100 días de gestión?
“Adecuar la Procuraduría a los retos que nos plantea el cumplimiento de los acuerdos de paz, la defensa de los derechos humanos en tiempos de posconflicto y la lucha contra la corrupción. Hay que fortalecer la institucionalidad y generar una cultura de defensa de la vida y los recursos del Estado”.
¿Habrá muchos cambios en las direcciones?
“El procurador que defiende la Constitución cree en la convivencia y está al lado de las víctimas no está para ‘masacres’ laborales. Integraré un equipo de las más altas calidades profesionales, como resultado de un proceso de meritocracia. Es normal que haya cambios, sobre todo cuando los objetivos estratégicos son otros. Hay que fortalecer la institucionalidad porque la Procuraduría es patrimonio de todos. Una Procuraduría con tantos retos exige de los jóvenes profesionales que en las universidades y centros de altos estudios sueñan con servirle a su país”
¿Cómo será su plan para combatir la corrupción?
“La reingeniería de la Procuraduría está pensada para avanzar en ese campo. Combinará herramientas y tratados internacionales, estrategias efectivas de política pública, alianzas y pactos de integridad con el sector privado y los gremios para combatir ese flagelo”.
¿Le preocupa la lentitud en la adecuación de zonas de preagrupamiento?
“Ser veedores del cumplimiento de los acuerdos implica una presencia efectiva de la Procuraduría en los territorios. Nadie puede ponerle conejo a la confianza ciudadana en que la paz debe llegar para quedarse. Seré vigilante de que esas zonas de preagrupamiento sean auténticos laboratorios de convivencia. Sé que ha habido improvisación en su desarrollo, pero confío en que los plazos se cumplan”.
Muchos líderes de opinión dicen que lo del baile entre guerrilleros de las Farc y miembros de la ONU fue algo “normal” y que es mejor echar paso que bala, ¿cuál fue su análisis?
“No me preocupa que los guerrilleros bailen, me preocupa es que maten. Las reglas de juego, sin embargo, deben ser cumplidas”.
¿Qué quedó de su gestión en el encuentro Santos – Uribe con el Papa?
“Creo que el diálogo es el mejor mecanismo para solucionar las diferencias. Ponerle fin a la polarización debe ser un objetivo colectivo para fortalecer la democracia, afianzar la convivencia y ponerle freno a la amenaza del populismo. Tengo la esperanza de que este episodio sea una lección de diplomacia para la paz, que contribuya a la reconciliación y la convivencia. Ese esfuerzo va a dar frutos”.
¿La oposición puede sentir garantías con usted?
“Sí. Recuerde que fui elegido casi que por unanimidad por los partidos políticos”.
¿Está de acuerdo con que los personeros sean elegidos nuevamente por los Concejos y no por concurso, como se hace ahora?
“Es un tema para evaluar. Los personeros serán aliados de la Procuraduría del posconflicto. Trabajaremos juntos para fortalecerlos, empoderarlos, amplificar su labor y ampliar el espectro de acción de la Procuraduría en los territorios”