LA CHINA DE XI EN ROL PROTAGÓNICO
Por primera vez en la historia de las reuniones de Davos, las sesiones del World Economic Forum fueron abiertas ayer por un Jefe de Estado chino. Lo cierto es que es también la primera vez que China se sienta en el auditorio en ese alto nivel en la cita anual suiza y ello es signo del importante y proactivo rol que la nación asiática está queriendo desempeñar en el concierto económico mundial.
En su discurso de apertura Xi Jinping aprovechó para dibujar las líneas maestras de lo que será la filosofía y la actuación futura de su país a través de frases que dejan poco a la imaginación: “perseguir el proteccionismo equivale a encerrarse en un cuarto obscuro: mientras el viento y la lluvia se quedan afuera, también se quedan el aire y la luz”.
El mandatario fue muy diáfano al afirmar que “hay una cuarta revolución industrial que se está gestando, no a una velocidad lineal sino exponencial”. Y aseguró que al lado de una expansión mundial que es blandengue, China verá su economía crecer este año en un sólido 6,7%, lo que la coloca aún entre una de las más altas tasas del mundo. Sin arrogancia ninguna, pero muy seguro de la posición relevante que su país seguirá acaparando dentro del concierto de naciones, Xi no dudó en aportar los elementos que dejan claro, entre los economistas más selectos e influyentes del mundo entero, que su país seguirá pisando fuerte y que marcará un ritmo para la economía global.
Nada de ello es secreto ni novedoso para el resto del planeta, pero escucharlo de parte de quienes sostienen la sartén por el mango, en una encrucijada importante para la humanidad, son palabras mayores. Su rol, tal como ha sido anunciado, dejará de ser inercial: China ejercerá su protagonismo y los nacionalismos trasnochados que han estado pre- sentes en los últimos años o décadas, encontrarán un enemigo frontal dentro de la oficialidad china.
El ambiente general de esta cita cumbre de la humanidad no es el de adversar estas nuevas tendencias, sino el de intentar aportar los elementos de colaboración dentro de los cuales el resto del mundo pueda beneficiar de la velocidad y del empuje que se está experimentando en Asia. Una realidad incontestable es que Occidente representa solo 12 % de la población mundial. El 88 % restante que vive fuera de sus límites ha conocido un mejoramiento notable de sus condiciones de vida ( salvo por algunos pocos países árabes y Norcorea).
Los números que se han presentado para el estudio del Foro indican que casi 3.000 millones de personas han conocido allí un mejoramiento neto de su calidad de vida.
La década transcurrida entre el año 2010 y el año 2020 será muy probablemente la mejor que esta región asiática haya experimentado. La población de clase media de la región se habrá catapultado de 500 millones, en el año 2010, hasta 1.750 millones para el año 2020. En pocas palabras, en una década Asia sumará a su población de clase media el equivalente de una vez y media la población entera de Occidente.
Resistirse a tal evolución no tiene sentido alguno. Lo que corresponde hacer es buscar las vías para que los beneficios que se están instaurando en Asia, liderados y gracias al empuje de China e India, se conviertan en los motores del mejoramiento de las condiciones de vida en otras regiones del globo
Al lado de una expansión mundial que es blandengue, China verá su economía crecer este año en un sólido 6,7%, lo que la coloca entre una de las más altas tasas del mundo.
Una realidad incontestable es que Occidente representa solo el 12 % de la población mundial. El 88 % restante que vive fuera de sus límites ha conocido un mejoramiento de sus condiciones de vida.