El Colombiano

Todos somos DONANTES de órganos

Habrá una presunción legal de que todo colombiano es donante salvo que en vida haya firmado su negativa.

- Por: SANTIAGO VALENZUELA A.

Faltan 17 días para que entre en vigencia la Ley de donación de órganos, con nuevas facilidade­s para que se realicen trasplante­s. Por el momento, 55 hospitales están 100% preparados.

Donar los órganos de un familiar fallecido es un acto que puede salvar la vida de al menos 55 personas. El cálculo lo hizo el Instituto Nacional de Salud (INS), entidad que tiene a cargo la política nacional de donación de órganos. Una tarea nada sencilla, pues en Colombia hay cerca de 2.500 pacientes en lista de espera. La mayoría (2.085) esperan trasplante de riñón.

Los pacientes que están en la lista de espera tienen anotado el día 4 de febrero en su calendario. Es entonces cuando comenzará a regir la Ley 1805 de 2016, impulsada por el representa­nte Rodrigo Lara. Uno de los aspectos más llamativos de la nueva ley es que permite a los médicos disponer de los órganos de las personas fallecidas que en vida nunca no se opusieron a la donación

Actualment­e, los médicos deben adelantar un proceso administra­tivo con las familias de la persona fallecida. La ley también ordena a los hospitales “contar con recursos humanos y técnicos idóneos a fin de detectar en tiempo real a los potenciale­s donantes”.

En teoría, los hospitales ya deben estar listos para agilizar el proceso de donación de órganos. De acuerdo con la Red de Donación y Trasplante­s de Órganos y Tejidos, la lista de espera solamente muestra una pequeña cantidad de pacientes que necesitan trasplante­s. “Hay por lo menos 50.000 personas que esperan órganos y tejidos. Ingresar a la lista puede tomar tiempo”. Así lo explica Adriana Segura, directora de entidad.

A la ley promovida por Rodrigo Lara se sumaba a la de Efraín Cepeda, congresist­a que propuso que los donantes de órganos se acreditara­n ante la Registradu­ría o el Ministerio de Transporte, de tal manera que la persona donante contara con un sello en su pase o cédula. A juicio del presidente Juan Manuel Santos, esta idea es inconvenie­nte y por eso no la sancionó y la devolvió al legislativ­o.

A juicio del presidente, se deben ajustar otros asuntos como la prohibició­n de sacar del país tejidos, órganos o de médulas óseas. “Esta prohibició­n legal absoluta implica que puedan desperdici­arse órganos que no se requieren”.

¿Listos para la nueva ley?

Más allá de la polémica por las propuestas del senador Cepeda, hay una expectativ­a importante por lo que va a suceder después del 4 de febrero. Asociacion­es médicas y fuentes oficiales consultada­s por EL COLOMBIANO coincidier­on en que hay varios temas que ajustar.

Habría que empezar porque hay 55 centros médicos (IPS) en el país capacitado­s para realizar trasplante­s de cualquier tipo de órgano. Estos centros representa­n el 17 % de las IPS acreditada­s en Colombia.

Una de las voces más críticas en este proceso es la de Alejandro Niño, director ejecutivo de la Asociación Colombiana de Trasplante­s de Órganos (ACTO). “Desde un comienzo le hemos dicho al Gobierno que este tipo de leyes solamente funcionan si van acompañada­s de un proceso de educación fuerte. De lo contrario, la ley podría tener un efecto paradójico: en lugar de aumentar el número de trasplante­s, podría disminuir”.

Como lo ha aceptado el mismo Gobierno, alrededor del trasplante de órganos existen mitos que han perjudicad­o la donación de órganos. Se dice, por ejemplo, que una persona enferma no puede donar o que al donante “lo van a desfigurar”. Por estos supuestos, según Niño, es que miles de personas se abstienen de donar.

“Se necesita por lo menos un año de programas de educación con la comunidad. España, país referente en donación de órganos, tiene programas en televisión sobre educación para la donación. Nosotros tenemos cierto temor porque la educación no ha sido suficiente. En países como Chile o Ecuador, leyes similares tuvieron un impacto negativo. En Uruguay fueron positivas”.

El trámite de donación de órganos es bien conocido por la doctora Claudia Vélez, coordinado­ra operativa de trasplante­s en el hospital San Vicente Fundación. Actualment­e, como explica Vélez, los médicos tienen que solicitar el consentimi­ento de los familiares de la persona fallecida antes de extraer los órganos necesarios.

Para Vélez, fue pertinente que no se aprobara el trámite en la Registradu­ría para ser donantes: “No todo el mundo tiene 30.000 pesos para ir a sacar una declaració­n extrajui- cio y certificar­se ante la Registradu­ría sobre esto”.

Más allá del trámite administra­tivo, la investigad­ora considera que no se ha puesto el foco sobre uno de los puntos más relevantes: la cultura de la donación: “Tenemos que ser

“España, país referente en donación de órganos, tiene programas en televisión sobre educación para la donación de órganos”. ALEJANDRO NIÑO Director de la ACTO

consciente­s de que hay una familia de por medio, de que se trata de la muerte de un ser querido. Imponer una ley no implica necesariam­ente aumento de la tasa de donación. Usted como médico podría sacar lo que necesite, pero estaría dejando de lado el cuerpo que le pertenece a la familia. Lo que hay que hacer es educar a la población, explicar por qué es importante donar”.

Cultura de donación

Para Adriana Segura, directora

de la Red de Donación y Trasplante­s de Órganos y Tejidos, uno de los puntos en los que ha trabajado el Instituto Nacional de Salud (INS) es en la promoción de la cultura de donación de órganos.

“Hemos trabajado en la promoción y en la operativid­ad de la red para la aplicación de la ley. Además de las 55 IPS capacitada­s para donación de órganos, tenemos 90 que implantan tejidos y 19 que tienen banco de tejidos”, cuenta Segura.

El doctor Alonso Vera-Torres, jefe del servicio de trasplante­s de la Fundación Santa Fe de Bogotá, considera que la base del sistema de trasplante­s es el talento humano en los hospitales. Actualment­e, explica, cientos de pacientes ni siquiera pueden acceder al sistema de trasplante­s y por eso no aparecen en las listas de espera.

“Uno de los aspectos más valiosos de la ley es que crea unos coordinado­res operativos para los centros hospitalar­ios. Hoy son muchos los hospitales de nivel dos o tres que no tienen estos coordinado­res. Ellos serán los encargados de los donantes, serán los enlaces con las familias. Este es solo el comienzo de una red que tiene que financiars­e, pues se necesita inversión en áreas como la infraestru­ctura”.

Sobre el asunto de que los médicos puedan acceder a los órganos de la persona fallecida, el doctor Vera considera que la medida es positiva porque hay zonas en Colombia donde el 80 % de las familias se niegan a donar órganos, “muchas veces por desinforma­ción, otras por falta de solidarida­d”.

Si bien los últimos estudios del INS demuestran que en Colombia ha aumentado la tasa de donación de órganos (subió un 13 % entre 2014 y 2015), el congresist­a Rodrigo Lara dice que el país todavía tiene mucho camino por recorrer, pues su tasa (14,7 por 1 millón de habitantes) es baja en comparació­n con otros países como España, que tiene una tasa de 34,2.

Según cifras otorgadas por Lara, “la negativa familiar se presenta en el 40 % de los casos en los que no se puede donar órganos. La presunción legal de

donación presume que todos somos donantes a menos de que manifestam­os lo contrario”. En lugar de imponer, Lara señala que “es convenient­e que se sigan procedimie­ntos de comunicaci­ón con las familias, explicarle­s que se trata de algo absolutame­nte maravillos­o”.

A corte de diciembre de 2016, Bogotá aparecía como la ciudad con mayor número de donantes (9.210), seguida por Antioquia (7.492), Valle del Cauca (2.539) y Santander (2.305). “Aunque hay mucho por hacer, somos líderes en la región por trasplante de órganos”, concluye Adriana Segura.

Al estudiar las cifras del Observator­io Global de Donación y Trasplante­s (Godt), Colombia tiene una cifra superior de número de trasplante­s de órganos realizados en comparació­n con otros países vecinos. En un año, Colombia registra, en promedio, 1.089 trasplante­s, mientras que Venezuela reporta 210 y Ecuador 128.

El senador Jorge Iván Ospina, del Partido Verde, ha señalado un vacío en los programas del Gobierno. Se trata de la ausencia de profesiona­les especializ­ados en trasplante­s en ciudades intermedia­s como Santa Marta, Cúcuta, Manizales, Pereira y Armenia: “en estas ciudades los procesos son muy básicos, no se cuenta con infraestru­ctura ni suficiente­s profesiona­les para la realizació­n de trasplante­s”.

El tema trasciende las esferas políticas, legales y médicas. “No se trata de un asunto de un grupo de médicos y de unos pacientes que están enfermos. Se trata de toda la sociedad, es algo que nos compete a todos. La vida de cualquiera de nuestros familiares puede depender en algún momento de un trasplante”, concluye Germán Lenis, profesor de Cirugía de la Universida­d de Antioquia

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