¿A CUÁL LUTHER KING CELEBRAMOS HOY?
Cada año en el tercer lunes de enero, americanos de todas las razas, antecedentes e ideologías celebran al Reverendo Dr. Martin Luther King. Correctamente es adorado y santificado por blancos al igual que negros, por republicanos así como demócratas.
Es fácil olvidar que, hasta recientemente, muchos americanos blancos odiaban a King. lo percibían como un agitador; algunos se regocijaron por su asesinato en abril de 1968. Cómo pasaron del odio al amor no es tanto una historia de tolerancia creciente y racismo disminuyente, sino más bien sobre las formas en que el legado de King ha sido brillado y mitigado.
El King a quien recordamos hoy está en desacuerdo con su cambio radical en los últimos años. En 1967 denunció la Guerra de Vietnam y advirtió que América estaba cortejando la “muerte espiritual”. A principios de 1968 planeó la Campaña Popular, en la cual millones de americanos pobres, negros, blancos y latinos, se reunirían en Washington para una manifestación enorme Pidió 30.000 millones de dólares anuales en gastos contra la pobreza y pidió al Congreso que garantizara un ingreso para cada estadounidense. Para muchos estadounidenses, esto sonaba a locura socialista.
King pasó sus últimos días en Menfis, Tennessee, marchando en protesta junto con obreros de sanidad. El 28 de marzo de 1968 algunos manifestantes detrás de él se pusieron violentos. Sus críticos creían que su argumento había sido comproba- do- que las declaraciones de King sobre la no violencia eran un pretexto. Cuando fue asesinado una semana después, el senador Strom Thurmond, republicano de Carolina del Sur, le dijo a un público que King era un “agitador de afuera, dispuesto a agitar al pueblo”. Ronald
Reagan, en ese entonces gobernador de California, describió el asesinato de King como una “gran tragedia que comenzó cuando empezamos a hacer compromisos con la ley y el orden, y las personas empezaron a elegir cuáles leyes romperían”.
Pero el legado de King - el significado de “Martin Luther
King” en la mente popular- empezó a cambiar en el mismo ins- tante en que el hombre mismo nos dejó. A medida que grupos como las Panteras Negras y los Weathermen hacían llamados por una resistencia armada, los métodos pacíficos de King parecían más atractivos. Muchos americanos blancos se enfocaron en una frase del discurso “Tengo un Sueño” de King- que anhelaba el día cuando sus hijos “no fueran juzgados por el color de su piel sino por el contenido de su carácter”- y lo moldearon para convertirlo en el amable campeón del daltonismo.
La fiesta de King fue tanto causa y efecto de esta selectiva apropiación. El representante demócrata de Michigan John
Conyers, primero propuso el proyecto del día festivo en 1968, y ofreció la legislación prácticamente cada año después de eso. En 1983, finalmente se acercó a la aprobación. Aunque Reagan, ya en ese entonces presidente, se opuso al festivo, los republicanos del congreso se dieron cuenta de que apoyar el proyecto podría ayudar a pulir las intenciones de derechos civiles de su partido.
Pero el debate en el Senado no le hizo ningún favor a los republicanos. Jesse Helms, republicano de Carolina del Norte, usó tácticas obstructivas contra el proyecto, diciendo que King “parecía darle la bienvenida a la colaboración con comunistas” y distribuyó un paquete de 300 páginas detallando la supuesta traición de King. Helms eventualmente desistió, y el 19 de octubre el Senado aprobó el proyecto del festivo.
En esta época de polarización política, es tentador tener la esperanza de que nos podemos unir para celebrar a King. Pero quienes celebran deberían saber a quién están honrando. King murió por los obreros huelguistas y suplicó a su gobierno para que protegiera a los vulnerables. Tenía un mensaje para quienes atacaban a inmigrantes o aislaban a los EE. UU. del mundo. En un discurso en 1967 declaró: “Nuestras lealtades deben ser ecuménicas en lugar de nacionales”. En vez de vigilar sus fronteras, las naciones deberían “desarrollar una lealtad predominante hacia la humanidad en general”.
La alternativa era inaceptable. “La historia está repleta de las ruinas de las naciones y los individuos que persiguieron este camino contraproducente de odio.” Honrar a King es seguir un camino diferente
Quienes celebran deberían saber a quién están honrando. King murió por los obreros huelguistas y suplicó a su gobierno para proteger a los vulnerables.