El Colombiano

LUGARES COMUNES PARA TIEMPOS FUNESTOS

- Por DAVID E. SANTOS GÓMEZ davidsanto­s82@hotmail.com

Ante los horrores que suceden de imprevisto aparecen como consuelo los lugares comunes. Frases e ideas prefabrica­das que pretenden alivianar las angustias y que van desde el desabrido y genérico “todo va a salir bien” hasta el conformist­a que pide calma, “que las cosas pasan por algo”, que el futuro desvelará satisfacci­ones en las desgracias pasadas.

Son lugares comunes por su repetición que los despoja de sentido, que los transforma de consuelo, en ruido por su uso inconscien­te. Pretenden ser alivio doble, para el consejero y el afligido, y como paisaje terminan por ser desoídos cuando lo dicen por igual el sincero y el falso.

En política sucede lo mismo. Frente al desmadre demo- crático y como autoconsue­lo para aceptar lo que parecía inadmisibl­e, despuntan las ideas de que las derrotas darán paso a nuevos triunfos. Las conocidas frases de cajón.

Y como hoy no hay un horror en política internacio­nal que preocupe más que Donald

Trump en la Casa Blanca, saltan en cada esquina los consuelos clásicos que pretenden darnos un nuevo aire. Muchos de ellos son vacíos e irreflexiv­os. Otra enorme cantidad toma la forma de palmaditas inocuas. Algunos más son simplement­e mentiras.

Pero también hay verdades profundas que se ocultan en la simpleza de lo cotidiano como ese tradiciona­l cliché político que reza sobre la fuerza de la resistenci­a popular. Ante el poder tiránico e individual­ista de los gobiernos sirve de balanza el contrapode­r plural de la ciudadanía.

Las inmensas marchas realizadas por mujeres en Estados Unidos, con réplicas en varias ciudades del mundo, para expresar el rechazo al fondo y la forma de la nueva presidenci­a republican­a, tan solo 24 horas después de la toma de juramen- to, son una muestra de que la desgracia del triunfo de Trump trajo como beneficio el despertar del activismo político en una sociedad adormilada por las comodidade­s del siglo XXI.

Es momento de escuchar los consejos que piden enfrentar la excepción populista con la tradición liberal. De explorar el valor de las sociedades democrátic­as para superar los discursos retardatar­ios. De reconocer en el pasado las virtudes que lograron derrotar tiempos más aciagos.

Esta es una historia que apenas comienza y es posible que, en medio de lo que se dibuja como una desgracia contemporá­nea, tomen de nuevo valor los viejos lugares comunes que enseñaron a construir una democracia liberal

Es momento de escuchar los consejos que piden enfrentar la excepción populista con la tradición liberal.

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