¿EL FIN DEL ORDEN LIBERAL GLOBAL?
Nicholas J. Spykman, autor del libro “Estados Unidos frente al mundo”, actualizó el enfoque geoestratégico de Halford
Mackinder a las realidades políticas posteriores a la Segunda Guerra Mundial. A diferencia de Mackinder, Spykman no consideró que el pivote geográfico del mundo estuviera en Asia Central, sino en una zona periférica. A partir de esto esbozó una explicación geográfica acerca del modo en que Estados Unidos podría convertirse en una gran potencia. En esta línea, Robert
Kaplan sostiene que “Estados Unidos es una gran potencia, no tanto por sus ideas como por ser el Estado más favorecido del mundo desde el punto de vista de su situación, con acceso directo a los océanos Atlántico y Pacífico” (Kaplan, 2013). Para Kaplan, la condición de gran potencia es tal “porque Estados Unidos ostenta la hegemonía regional del hemisferio occidental y porque posee capacidad suficiente para operar fuera del Nuevo Mundo; de ahí que pueda afectar el equilibrio del poder en el hemisferio oriental” (Kaplan, 2013).
Esta visión sobre los Estados Unidos, desarrollada a partir del papel fundamental que la potencia norteamericana jugó desde la Segunda Guerra, contrasta con la idea que representa el presidente Do
nald Trump. En su discurso de posesión habló del inicio de una nueva era no solo en su país, sino en el mundo.
Esto quiere decir que Estados Unidos adoptará políticas proteccionistas contra la globalización, con el fin de recuperar los puestos de trabajo en la industria y el comercio. Afirmó que la globalización y los acuerdos de libre comercio son los responsables de las dificultades por las que atraviesa la economía norteamericana. Todo esto será revisado a fondo.
En el ámbito internacional, hablar de una nueva era es algo alarmante si se tiene en cuenta lo que ha significado que las potencias han vivido de forma pacífica en los últimos 70 años. Estados Unidos no enfocará más sus intereses fundamentales en la protección de las estructuras políticas internacionales, inspiradas en el liberalismo, que se establecieron después de 1945, afirmó Trump en su discurso de posesión.
El equilibrio internacional, que se logró mediante estas instituciones, retrocede entonces a la situación del inicio del siglo XX, en la cual cada uno de los Estados buscaba alianzas en un sistema de equilibrio de poder. Desde que Putin anexó Crimea a la Federación de Rusia en 2014 reapareció el viejo problema de la guerra en Europa. China es la nueva potencia económica mundial y avanza también en el proceso de convertirse en potencia militar y naval. Bastó la intervención del secretario de Estado en el Senado, Rex Tillerson, diciendo que Washington no permitiría a China acceder a las islas del Mar de China Meridional, para que Beijing señalara que “deberían pensar en prepararse para un enfrentamiento militar”. Las potencias amenazan con la guerra. Ahora bien, económicamente el primer país afectado es México. Con un simple Twitter de Trump se produjo una fuga de capitales y se generó una crisis económica en el país azteca. ¿Qué le espera a América Latina?