Los mandos medios, una amenaza para la paz
El proceso de reincorporación acordado entre el Gobierno y las Farc no tiene modelos diferenciales.
Mantener a los mandos medios de las Farc dentro del proceso de reinserción exige un plan especial. En otros casos han resultado nefastos.
Los beneficios ofrecidos para la reincorporación a la vida civil acordados entre el Gobierno y las Farc podrían no ser un buen negocio para los mandos medios. Esto explicaría las disidencias que el grupo guerrillero está enfrentando y las que vendrán en los próximos meses.
Es sencillo: cada guerrillero que deje las armas, desde Timochenko hasta el más recientemente ingresado a las filas, incluyendo los milicianos, recibirá 663.945 pesos cada mes durante dos años, mientras no hayan conseguido empleo; en los primeros meses recibirá por una sola vez 2 millones de pesos que servirán para comprarse las primeras mudas de ropa, ya que es natural que no tengan suficiente porque han vivido uniformados gran parte de sus días; y cuando tenga un proyecto productivo viable recibirá 8 millones de pesos para ejecutarlo.
Además, tendrá apoyos en educación, homologación de saberes, vivienda, salud y acompañamiento psicosocial.
Esto podría ser una oferta suficiente para un guerrillero raso, pero no lo será tanto para los mandos medios, quienes están acostumbrados a manejar los recursos del frente, o del bloque, reciben dinero incalculable de la extorsión y el narcotráfico y tienen, además, un tratamiento diferente ante los demás guerrilleros.
Este asunto de mandos medios quedó muy mal negociado en los acuerdos de La Habana, anotó Ariel Ávila, subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación. Justifica su opinión en que “las Farc tienen la lógica, ellos la llaman ética, de que el guerrillero raso es igual al comandante, a Timochenko, porque comieron la misma comida durante la guerra, entonces deben tener lo mismo. Y el Gobierno, como le tiene tanto miedo al uribismo, no quiso dar ningún tratamiento especial a los mandos medios, por lo que acogió esa teoría”.
Así, según el investigador, un mando medio como alias Gadafi, del frente 36, después de manejar 3.000 millones de pesos mensuales y 500 hombres, en su reinserción recibirá 600.000 pesos y un machete para que pode el monte, “eso es una estupidez”.
El ejemplo del Epl
Una de las primeras experiencias que tuvo el país con desmovilizaciones colectivas y que fracasaron con el manejo de los mandos medios fue el proceso de paz con el Ejército Popular de Liberación, Epl.
Mario Agudelo, quien hace 26 años era el secretario político del Partido Comunista de Colombia - Marxista Leninista, cuyo brazo armado era el Epl, recuerda que cuando se fueron hacia los campamentos en los que iban a entregar las armas, los mandos medios tenían comportamientos que hasta ese momento no eran muy claros para la dirigencia de esa insurgencia.
“A nosotros nos daba risa al comienzo cuando Gavilán, Caballo, Gonzalo, Giovanny y Otoniel andaban juntos, todos mandos medios del Epl, estaban muy jóvenes tenían todos menos de 25 años, esos muchachos habían sido muy exitosos porque el Epl no era una guerrilla derrotada, y ellos pasaban a ser anónimos porque en la política no se sentían bien, andaban para arriba y para abajo juntos y nunca entendimos que andaban perdidos y cuando les ofrecieron una posibilidad de rearmarse lo hicieron y mire donde van”, cuenta Agudelo.
Todos estos hombres reseñados por el desmovilizado se rebelaron y se armaron como disidentes guerrilleros. Después resultaron enfrentados con las Farc por problemas de convivencia en los territorios y se le entregaron a los hermanos Castaño, jefes de los paramilitares en Urabá, alcanzaron mando en las autodefensas y se desmovilizaron gracias al acuerdo de Ralito. Sin embargo, volvieron a delinquir y confor- maron el grupo hoy conocido como el Clan del Golfo.
“Al guerrillero raso no le interesa la política, él quiere es reorganizar su vida, su familia y tener con qué comer; al mando medio no le interesa la política pero tampoco le interesa incorporarse a una vida normal”, agrega Agudelo, quien concluye que “el diseño del modelo estaba muy por debajo de lo que necesitábamos”.
La experiencia con las Auc
“Hace mucho tiempo, durante un encuentro de la Casa de Paz, Vicente Castaño dijo: ‘Yo le tengo miedo a dos cosas: a la extradición y a los mandos medios’. Se le preguntó por qué a los mandos medios y respondió ‘porque tienen la ambición, las armas y ya no nos necesitan’”, recuerda Jorge
“Es fundamental diseñar una política de reintegración para mandos medios, pues son los que realmente hacen la guerra o hacen la paz”. PAULO SERNA Director de Paz y Reconciliación - ACR
Gaviria Vélez, exdirector del programa Paz y Reconciliación de la Alcaldía de Medellín.
Y es que muy temprano en la desmovilización de los paramilitares se evidenció el problema en que podrían convertirse estos hombres sino se atendían bien y a tiempo.
Incluso en una carta que Iván Roberto Duque, conocido como Ernesto Baez, envió en 2006 al entonces alto comisionado para la paz Luis Carlos Restrepo, le reclama por no haber actuado ante los mandos medios.
“De los 40 grandes jefes que usted conoció dentro de la cúpula federada de las Auc, 19 están detenidos, esto indica que más del 50 % de estos altos mandos, gozan de libre albedrío, entre ellos el cofundador histórico de las Auc. En igual condición están más de 500 segundos comandantes y cerca de mil mandos medios”, escribió Báez.
Y agregó: “Nadie como usted en el fondo sabe, que las mal llamadas bandas emergentes, nos son más que grupos paramilitares reconstituidos por muchos de los grandes jefes que huyen prófugos del incumplimiento, de la burla y del sueño destruido de la paz”.
Tal y como lo anunciaron ambos paramilitares desde entonces, ese proyecto se ha desgranado por todo el país y ha sido fecundo. Las bandas criminales o grupos armados organizados, como los llama hoy el Gobierno, han perpetuado la violencia y las economías ilegales que existían desde entonces.
“La experiencia con las autodefensas nos muestra que la
oferta no fue atractiva para los mandos medios, porque se diseñó una política de justicia transicional para los grandes responsables que fue la Ley 975 y un modelo de reintegración basado en la superación de las vulnerabilidades para los de base, pero no hubo una política atractiva para los mandos medios, muchos de ellos no se interesaban por ninguna de las dos opciones y por eso reincidieron”, explica Paulo Serna, coordinador de la Agencia Colombiana para la Reintegración, a través del programa Paz y Reconciliación en el Valle de Aburrá.
Un tratamiento diferencial
Todos los analistas consultados por EL COLOMBIANO coincidieron en que los mandos medios necesitarán un tratamiento diferencial para acogerse completamente a los acuerdos y no reincidir.
Hacerlo es complejo pero urgente, dado que desde ya se están viendo importantes disidencias lideradas por mandos medios como Gentil Duarte, Alexander Mojoso, Iván Mordisco, Rambo, Euclides Mora, John Cuarenta, Giovanny Chuspas y Julián Chollo, y la lista podría extenderse si no se hace algo pronto. Las propuestas son diversas.
Algunos como Ariel Ávila proponen mejorar los beneficios económicos: “Son 500 mandos medios que necesitan garantizarles básicamente un sueldo de 4 o 5 millones de pesos por lo menos por dos años, proyecto productivo por lo menos dos o tres veces más grande que el de un guerrillero base y educación especiali-
zada, esa es la única forma para que eso salga bien”.
Insiste además en que los mandos medios de las Farc tienen miedo por su seguridad jurídica y que en realidad eso pesa más para ellos que las economías ilegales.
En cambio, Gaviria Vélez cree que no es necesario dinero sino una intervención diferenciada, seria, que implique un trabajo personalizado. Y Serna coincide, ya que considera que los mandos medios, en su mayoría tienen la economía resuelta.
Alejo Vargas, director del Centro de Pensamiento de la Universidad Nacional, estará a cargo del censo socioeconómico de los guerrilleros y aunque no puede dar detalles de los planes sí comentó que “tratar de dar un tratamiento especial a ese nivel de mandos medios va desde reconocerles su rango en todo el proceso de las zonas campamentarias y también en términos de tratar de que los programas en los cuales se vinculen, ya en la reincorporación, evidentemente tengan opciones mayores de éxito tanto en lo personal como en lo colectivo”.
El asunto es que nada diferente para los mandos medios está incluido en el acuerdo, y eso para los analistas es casi una sentencia de muerte para el proceso de paz
“El Gobierno no ha entendido que debe tratar diferente a los mandos medios y esos son los que generaron las disidencias”. ALEJO VARGAS Director del Centro de Pensamiento de la U. Nacional
“Al guerrillero raso no le interesa la política, quiere reorganizar su vida; al mando medio no le interesa la política”. MARIO AGUDELO Desmovilizado del EPL, exalcalde