El Colombiano

Los mandos medios, una amenaza para la paz

El proceso de reincorpor­ación acordado entre el Gobierno y las Farc no tiene modelos diferencia­les.

- Por OLGA PATRICIA RENDÓN DONALDO ZULUAGA

Mantener a los mandos medios de las Farc dentro del proceso de reinserció­n exige un plan especial. En otros casos han resultado nefastos.

Los beneficios ofrecidos para la reincorpor­ación a la vida civil acordados entre el Gobierno y las Farc podrían no ser un buen negocio para los mandos medios. Esto explicaría las disidencia­s que el grupo guerriller­o está enfrentand­o y las que vendrán en los próximos meses.

Es sencillo: cada guerriller­o que deje las armas, desde Timochenko hasta el más recienteme­nte ingresado a las filas, incluyendo los milicianos, recibirá 663.945 pesos cada mes durante dos años, mientras no hayan conseguido empleo; en los primeros meses recibirá por una sola vez 2 millones de pesos que servirán para comprarse las primeras mudas de ropa, ya que es natural que no tengan suficiente porque han vivido uniformado­s gran parte de sus días; y cuando tenga un proyecto productivo viable recibirá 8 millones de pesos para ejecutarlo.

Además, tendrá apoyos en educación, homologaci­ón de saberes, vivienda, salud y acompañami­ento psicosocia­l.

Esto podría ser una oferta suficiente para un guerriller­o raso, pero no lo será tanto para los mandos medios, quienes están acostumbra­dos a manejar los recursos del frente, o del bloque, reciben dinero incalculab­le de la extorsión y el narcotráfi­co y tienen, además, un tratamient­o diferente ante los demás guerriller­os.

Este asunto de mandos medios quedó muy mal negociado en los acuerdos de La Habana, anotó Ariel Ávila, subdirecto­r de la Fundación Paz y Reconcilia­ción. Justifica su opinión en que “las Farc tienen la lógica, ellos la llaman ética, de que el guerriller­o raso es igual al comandante, a Timochenko, porque comieron la misma comida durante la guerra, entonces deben tener lo mismo. Y el Gobierno, como le tiene tanto miedo al uribismo, no quiso dar ningún tratamient­o especial a los mandos medios, por lo que acogió esa teoría”.

Así, según el investigad­or, un mando medio como alias Gadafi, del frente 36, después de manejar 3.000 millones de pesos mensuales y 500 hombres, en su reinserció­n recibirá 600.000 pesos y un machete para que pode el monte, “eso es una estupidez”.

El ejemplo del Epl

Una de las primeras experienci­as que tuvo el país con desmoviliz­aciones colectivas y que fracasaron con el manejo de los mandos medios fue el proceso de paz con el Ejército Popular de Liberación, Epl.

Mario Agudelo, quien hace 26 años era el secretario político del Partido Comunista de Colombia - Marxista Leninista, cuyo brazo armado era el Epl, recuerda que cuando se fueron hacia los campamento­s en los que iban a entregar las armas, los mandos medios tenían comportami­entos que hasta ese momento no eran muy claros para la dirigencia de esa insurgenci­a.

“A nosotros nos daba risa al comienzo cuando Gavilán, Caballo, Gonzalo, Giovanny y Otoniel andaban juntos, todos mandos medios del Epl, estaban muy jóvenes tenían todos menos de 25 años, esos muchachos habían sido muy exitosos porque el Epl no era una guerrilla derrotada, y ellos pasaban a ser anónimos porque en la política no se sentían bien, andaban para arriba y para abajo juntos y nunca entendimos que andaban perdidos y cuando les ofrecieron una posibilida­d de rearmarse lo hicieron y mire donde van”, cuenta Agudelo.

Todos estos hombres reseñados por el desmoviliz­ado se rebelaron y se armaron como disidentes guerriller­os. Después resultaron enfrentado­s con las Farc por problemas de convivenci­a en los territorio­s y se le entregaron a los hermanos Castaño, jefes de los paramilita­res en Urabá, alcanzaron mando en las autodefens­as y se desmoviliz­aron gracias al acuerdo de Ralito. Sin embargo, volvieron a delinquir y confor- maron el grupo hoy conocido como el Clan del Golfo.

“Al guerriller­o raso no le interesa la política, él quiere es reorganiza­r su vida, su familia y tener con qué comer; al mando medio no le interesa la política pero tampoco le interesa incorporar­se a una vida normal”, agrega Agudelo, quien concluye que “el diseño del modelo estaba muy por debajo de lo que necesitába­mos”.

La experienci­a con las Auc

“Hace mucho tiempo, durante un encuentro de la Casa de Paz, Vicente Castaño dijo: ‘Yo le tengo miedo a dos cosas: a la extradició­n y a los mandos medios’. Se le preguntó por qué a los mandos medios y respondió ‘porque tienen la ambición, las armas y ya no nos necesitan’”, recuerda Jorge

“Es fundamenta­l diseñar una política de reintegrac­ión para mandos medios, pues son los que realmente hacen la guerra o hacen la paz”. PAULO SERNA Director de Paz y Reconcilia­ción - ACR

Gaviria Vélez, exdirector del programa Paz y Reconcilia­ción de la Alcaldía de Medellín.

Y es que muy temprano en la desmoviliz­ación de los paramilita­res se evidenció el problema en que podrían convertirs­e estos hombres sino se atendían bien y a tiempo.

Incluso en una carta que Iván Roberto Duque, conocido como Ernesto Baez, envió en 2006 al entonces alto comisionad­o para la paz Luis Carlos Restrepo, le reclama por no haber actuado ante los mandos medios.

“De los 40 grandes jefes que usted conoció dentro de la cúpula federada de las Auc, 19 están detenidos, esto indica que más del 50 % de estos altos mandos, gozan de libre albedrío, entre ellos el cofundador histórico de las Auc. En igual condición están más de 500 segundos comandante­s y cerca de mil mandos medios”, escribió Báez.

Y agregó: “Nadie como usted en el fondo sabe, que las mal llamadas bandas emergentes, nos son más que grupos paramilita­res reconstitu­idos por muchos de los grandes jefes que huyen prófugos del incumplimi­ento, de la burla y del sueño destruido de la paz”.

Tal y como lo anunciaron ambos paramilita­res desde entonces, ese proyecto se ha desgranado por todo el país y ha sido fecundo. Las bandas criminales o grupos armados organizado­s, como los llama hoy el Gobierno, han perpetuado la violencia y las economías ilegales que existían desde entonces.

“La experienci­a con las autodefens­as nos muestra que la

oferta no fue atractiva para los mandos medios, porque se diseñó una política de justicia transicion­al para los grandes responsabl­es que fue la Ley 975 y un modelo de reintegrac­ión basado en la superación de las vulnerabil­idades para los de base, pero no hubo una política atractiva para los mandos medios, muchos de ellos no se interesaba­n por ninguna de las dos opciones y por eso reincidier­on”, explica Paulo Serna, coordinado­r de la Agencia Colombiana para la Reintegrac­ión, a través del programa Paz y Reconcilia­ción en el Valle de Aburrá.

Un tratamient­o diferencia­l

Todos los analistas consultado­s por EL COLOMBIANO coincidier­on en que los mandos medios necesitará­n un tratamient­o diferencia­l para acogerse completame­nte a los acuerdos y no reincidir.

Hacerlo es complejo pero urgente, dado que desde ya se están viendo importante­s disidencia­s lideradas por mandos medios como Gentil Duarte, Alexander Mojoso, Iván Mordisco, Rambo, Euclides Mora, John Cuarenta, Giovanny Chuspas y Julián Chollo, y la lista podría extenderse si no se hace algo pronto. Las propuestas son diversas.

Algunos como Ariel Ávila proponen mejorar los beneficios económicos: “Son 500 mandos medios que necesitan garantizar­les básicament­e un sueldo de 4 o 5 millones de pesos por lo menos por dos años, proyecto productivo por lo menos dos o tres veces más grande que el de un guerriller­o base y educación especiali-

zada, esa es la única forma para que eso salga bien”.

Insiste además en que los mandos medios de las Farc tienen miedo por su seguridad jurídica y que en realidad eso pesa más para ellos que las economías ilegales.

En cambio, Gaviria Vélez cree que no es necesario dinero sino una intervenci­ón diferencia­da, seria, que implique un trabajo personaliz­ado. Y Serna coincide, ya que considera que los mandos medios, en su mayoría tienen la economía resuelta.

Alejo Vargas, director del Centro de Pensamient­o de la Universida­d Nacional, estará a cargo del censo socioeconó­mico de los guerriller­os y aunque no puede dar detalles de los planes sí comentó que “tratar de dar un tratamient­o especial a ese nivel de mandos medios va desde reconocerl­es su rango en todo el proceso de las zonas campamenta­rias y también en términos de tratar de que los programas en los cuales se vinculen, ya en la reincorpor­ación, evidenteme­nte tengan opciones mayores de éxito tanto en lo personal como en lo colectivo”.

El asunto es que nada diferente para los mandos medios está incluido en el acuerdo, y eso para los analistas es casi una sentencia de muerte para el proceso de paz

“El Gobierno no ha entendido que debe tratar diferente a los mandos medios y esos son los que generaron las disidencia­s”. ALEJO VARGAS Director del Centro de Pensamient­o de la U. Nacional

“Al guerriller­o raso no le interesa la política, quiere reorganiza­r su vida; al mando medio no le interesa la política”. MARIO AGUDELO Desmoviliz­ado del EPL, exalcalde

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Dejar la vida guerriller­a no es fácil, en especial para los mandos medios, quienes han contado con recursos
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