LA POLICÍA CONOCE BIEN EL NUEVO CÓDIGO PERO EL CIUDADANO NO TANTO
La verdad es que estaba haciendo falta un nuevo Código de Policía. El Código anterior, de los años 70 del siglo pasado, era muy prolijo, era un buen Código que en su momento sirvió para cumplir una buena función. Lo que pasa es que la propia institución se quedó corta en el ejercicio de su aplicación.
Pero los tiempos pasan, la tecnología llega, las culturas cambian, de manera que urgía avanzar en un Código de Policía contemporáneo. Me gustaría, sí, que se difundiera más. Los años demuestran que en la medida en que el ciudadano conozca sus deberes y sus derechos, se logra la deseada buena convivencia. La Policía lo ha divulga- do entre sus miembros, que sabrán aplicarlo, pero de golpe a los ciudadanos les falta conocerlo más. Es clave que se sepan cómo y cuáles serán los procedimientos, quién los adelanta.
El comportamiento y el carácter del policía le imprimen solemnidad a su servicio, habrá algunos que fallen pero hay que confiar en que el ciu- dadano se sienta disciplinado en cuanto a la observancia del respeto por el uniforme del policía y acate su autoridad.
Hace años el policía enseñaba cívica, en la calle, en los parques, ayudaba a formar a los ciudadanos. Eso ha cambiado, pero se echa en falta una herramienta de educación cívica