El Colombiano

Trata de personas, sin doliente en Colombia

Los programas de los ministerio­s de Interior y Justicia han resultado insuficien­tes, según organizaci­ones.

- Por SANTIAGO VALENZUELA A.

Colombia se convirtió en país de origen, tránsito y destino de trata de personas, una actividad delictiva que mueve 32.000 millones de dólares al año en el mundo. Así lo revela la última investigac­ión de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), entidad que le recomendó al Gobierno vigilar las zonas vulnerable­s del país, donde la trata ha venido en aumento.

Una red de trata de personas, por ejemplo, puede invertir 12 millones de pesos para trasladar a una mujer colombiana desde Risaralda hasta China. En tres meses obtendrá cerca de 120 millones de pesos por la explotació­n sexual. Los territorio­s más frágiles, según el informe, son Valle del Cauca, Cundinamar­ca, Risaralda, Caldas y Antioquia.

Además de China, las víctimas de trata de personas son trasladada­s a países como República Dominicana, Chile, China, Ecuador, Argentina, México, Panamá, Emiratos Árabes y Paraguay. El 86 % de las víctimas de trata en Colombia son mujeres, según las cifras recopilada­s por la Unodc.

El problema no se limita a la trata de víctimas colombiana­s hacia el extranjero. En las calles de Cartagena, los investigad­ores de la Unodc encon- traron un aumento considerab­le de mujeres venezolana­s explotadas sexualment­e. “La trata está cada vez más concentrad­a en la misma región, en el mismo continente”, dijo Bo Mathiasen, representa­nte de la entidad en Colombia.

Otro hallazgo tiene que ver con la explotació­n laboral. Niños indígenas provenient­es de Ecuador mendigando en Cali es un ejemplo de la trata con fines laborales ilícitos. De acuerdo con la Unodc, el 40 % de las víctimas de trata en el mundo son obligadas a realizar trabajos forzosos y el 53 % a realizar actividade­s sexuales.

Panorama nacional

Colombia se ha hecho cada año más fuerte en materia normativa para castigar la trata de personas. Cuenta con la Ley 985 sobre trata de personas, con los decretos 1069 y 1066 de 2014 y 2015 y con la Estrategia Nacional contra la Trata. No obstante, para las organizaci­ones que trabajan en el tema, “la trata suele ser invisibili­zada por el Gobierno. Al Estado le ha faltado apoyo en materia de atención y las órdenes del Ministerio del Interior a los entes territoria­les no son del todo acogidas. El problema amerita una atención mucho mayor”, así lo señaló Betty Pedraza, directora de la Corporació­n Espacios de Mujer.

De acuerdo con las últimas

cifras entregadas por la Policía Nacional, durante 2015 fueron sancionada­s 73 personas por incurrir en el delito de trata de personas. Esta cifra es muy baja si se tiene en cuenta que, según los cálculos de Women’s Link Worldwide, 70.000 personas son víctimas de la trata de personas cada año en Colombia.

La Corporació­n Espacios de Mujer concluyó que los grupos más vulnerable­s a la trata son las “personas desplazada­s, los afrocolomb­ianos, las comunidade­s indígenas, las personas que viven en zonas de conflicto armado y las poblacione­s Lgbti”.

En los últimos meses, a la directora de la Corporació­n le

ha preocupado “el caso de adolescent­es que cruzan la frontera de Ecuador en situacione­s bastante delicadas. En Venezuela la situación se ha agravado porque, aunque la línea entre la trata y la prostituci­ón es casi invisible, muchas venezolana­s han buscado trabajo en Colombia y al no encontrarl­o optan por la salida de la prostituci­ón”.

Para la profesora Yolanda Puyana, investigad­ora en temas de género y ciencias sociales de la Universida­d Nacional, el problema de la trata de personas “se asienta a partir de las expectativ­as de muchas niñas en el mundo. Niñas que sueñan con ser modelos, ser admiradas por el cuerpo femenino y aumentar el consumo. Con las redes sociales, las redes se aprovechan de esas expectativ­as de vida”.

En los casos de víctimas extranjera­s en Colombia, la Corporació­n Espacios de Mujer ha identifica­do falencias: “El Ministerio del Interior reporta dentro del número de víctimas

8 casos de personas extranjera­s en territorio colombiano, pero no provee ninguna informació­n con respecto a la tipología de estas personas (edad, sexo, país de origen, modalidad de explotació­n, entre otros) ni su estatus migratorio en el país”.

Otro de los frentes de trabajo está en los estrados judiciales. Actualment­e no hay fiscales especializ­ados en trata de personas en Medellín y, como lo reconoce la Alcaldía, este es “uno de los territorio­s que más víctimas aporta cada año en el país”.

La inversión del Estado es otro vacío evidente. El programa contra la trata de personas no ha superado los 2.500 millones. En 2016, el aumento del presupuest­o fue de solo un 0.006 %

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