Los cargos públicos como plataforma
A algunos de nuestros políticos les interesan más las cámaras y micrófonos que les da su ejercicio político que su actuación como funcionarios. La relación política y medios de comunicación es una plataforma fundamental para el reconocimiento ciudadano en procura del favor popular. Esto traduce es que los políticos usan sus cargos para ganar el reconocimiento necesario para acomodar su plataforma, en el entendido de que en un proceso electoral lo primero que se busca es que los ciudadanos sepan quién es el candidato. Sin que esto sea un delito, lo que es nocivo para la transparencia y anticorrupción, que ahora todos reclaman, es el uso de los recursos públicos para movilizar a los votantes. La utilización de los cargos públicos para fines personales es una práctica en todos los países. En el caso de algunos de los representantes a Cámara y Senado que actualmente se lanzan al ruedo electoral presidencial, aunque parte de sus funciones es la denuncia, en algunos casos se olvida que su labor principal es legislar y promover proyectos de Ley que permitan mejorar o transformar la democracia. Muchos de nuestros políticos, ya sea que estén en el ejecutivo o en el legislativo, prefieren agitar sus banderas desde lo mediático y la participación ciudadana, a veces por frustración de cómo está concebido el sistema de mayorías o minorías en el caso de los congresistas o porque es el camino más expedito para llegar al poder. La política, como ciencia, está en el uso ético del poder y lo que el conlleva para la participación democrática, pero esa línea se cruza fácilmente por el qué hacer de la política y se termina, en muchas ocasiones, haciendo lo mismo que se critica cuando se usa el cargo público como plataforma electoral y no para su fin último que es la democracia en sus escenarios constitucionales.