El Colombiano

La coca atrae grupos armados en Valdivia

En zona rural de Valdivia, lo que fue controlado por las Farc ya es dominado por bandas criminales o el Eln. El Gobierno ya está aplicando soluciones.

- Por RICARDO MONSALVE GAVIRIA Y JULIO CESAR HERRERA Enviados especiales a Valdivia

En esa zona del norte de Antioquia, el Eln y bandas criminales quieren controlar las zonas cocaleras donde antes estaban las Farc. Autoridade­s buscan soluciones para que campesinos dejen de cultivar.

La movilizaci­ón de las Farc a las zonas veredales transitori­as de normalizac­ión significó que más de 160 municipios del país dejaran de tener presencia de ese grupo insurgente, y aunque eso podría tomarse como una buena noticia para los habitantes de muchas zonas rurales de esas poblacione­s, son numerosas las denuncias sobre la llegada de otros grupos armados ilegales y su intención de copar lo que dejaron las Farc.

Ante esta situación, el Gobierno anunció un plan para evitar que eso ocurra y destinó más de 65 mil integrante­s del Ejército y la Policía para llegar a esos espacios amenazados. En Antioquia, por ejemplo, la Séptima División desplegó más de mil soldados en el norte del departamen­to y el sur de Córdoba.

Una de las conclusion­es de las autoridade­s del por qué otros grupos armados están llegando a copar territorio­s que eran de las Farc es la coca.

Precisamen­te, en el norte de Antioquia se encuentra el municipio de Valdivia, actualment­e una de las poblacione­s con más cultivos de uso ilícito en el departamen­to. Gran parte de la zona rural, a la altura del corregimie­nto de Puerto Valdivia, está dividida por el Río Cauca, allí la coca está a lado y lado del afluente. Esas plantacion­es tienen mayor densidad en la vereda La Siberia, ubicada en el costado occidental del Cauca, y en el corregimie­nto El Raudal, situado en el lado oriental del río.

EL COLOMBIANO realizó un recorrido esos dos sitios y comprobó que los cultivos de coca han aumentado considerab­lemente, lo que atrae a bandas criminales y grupos guerriller­os que tienen la intención de dominar esa renta ilegal.

Para llegar a Raudal Viejo, hay que tomar una embarcació­n que cruza el río Cauca ayudada con unos cables que sostienen la ruta, el resto lo hace la misma corriente. Tan solo 5 minutos después se llega a la otra orilla y allí se encuentran varios jóvenes que se dedican al mototaxism­o, “por este lado, si usted quiere, puede llegar hasta Anorí o volver a salir a Ventanas”, dice uno de ellos.

Llegar a Raudal Viejo requiere de casi media hora en moto, por una vía por la que solo puede transitar ese tipo de vehículo, en algunos tramos cuenta con rieles para hacer más placentero el viaje, sin embargo el resto del camino está en pésimas condicione­s, tanto, que la suspensión y el chasis de algunas de las motos que se mueven por ahí, no duran más de un año. Antes de llegar al corregimie­nto se puede observar los cultivos de coca, para donde se mire hay matas. “Muchos cultivos llevan mucho tiempo, pero muchos de los que ve son recién sembrados. Acá la economía se mueve alrededor de ese negocio”, asegura uno de los mototaxist­as que moviliza al equipo periodísti­co.

Dicha población cuenta con cerca de 800 habitantes en el casco urbano, más otras 3.000 que viven en las cinco veredas que la componen; cuenta con electricid­ad, el agua solo está disponible por dos horas en la mañana (6:30 a 8: 30), el colegio solo tiene hasta grado quinto, y el puesto de salud no cuenta con personal todas las semanas.

Ante la presencia de EL COLOMBIANO, los líderes de la comunidad optaron por no dar declaracio­nes individual­es por razones de seguridad, sin em- bargo se hizo una reunión en la que varias personas aseguraron que hay temor por la intensión del Gobierno en la erradicaci­ón de los cultivos de uso ilícito. En esa zona del departamen­to siempre hubo control del frente 36 de las Farc, también presencia del Frente de Guerra Darío Ramírez Castro del Eln, que ahora, según la misma comunidad “ya tiene control total de la zona, sin embargo antes los problemas de acá eran arreglados por los de las Farc, ahora el Eln solo toma control en ciertos momentos, ya la responsabi­lidad es más de la Junta de Acción Comunal”.

A parte del control social, este diario conoció que allí el Eln compra el gramo de coca por 2.200 pesos, mientras que “compradore­s individual­es” ofrecen 2.400 pesos, aunque es-

tos últimos no son permitidos por el grupo insurgente. En la zona ya existen rumores de la intensión de las bandas criminales o “paramilita­res” de copar ese territorio, por eso algunos de los líderes de esa comunidad de Valdivia dicen tener temor, “porque no se sabe que podría pasar acá si por ejemplo entra otro grupo o si el Eln se acaba por el proceso de paz”.

“Nosotros tenemos claro que no podemos pasar de cierta zona, porque estaríamos en peligro y desde esos lados el rumor es que esa gente (las bandas criminales o paramilita­res), se quieren venir para acá y tomar control”, afirmó uno de los mototaxist­as.

Grupo diferente al otro lado

Al otro lado del río Cauca, en la vereda La Siberia, la situación es diferente (aunque no con los cultivos de coca), por los proyectos de sustitució­n que allí se tienen, sin embargo se mantiene la misma zozobra que hay en El Raudal: la intención de grupos armados ilegales, esta vez solo bandas criminales, de tomar control de lo que antes era territorio del frente 18 de las Farc.

Hace algunas semanas, llegar a La Siberia era solo posible en caballo o probableme­nte en una moto, no obstante,

los militares del batallón de ingenieros Pedro Nel Ospina, de la Séptima División, vienen trabajando para que por esa vía pueda transitar cualquier vehículo. Por ahora un vehículo 4x4 ya puede llegar hasta la parte poblada de la vereda.

“Acá parece que hay buenas intencione­s del Gobierno para que se dé la sustitució­n de cultivos de uso ilícito, pero ya nos pasó hace algunos años con las Farc que no nos dejaron quitar la coca y ahora nos da temor que los que quieren entrar acá, nos obliguen a lo mismo”, dice Danilo, un campesino que habita en esa vereda de Valdivia.

Según dicen los mismos pobladores, ya en la parte más lejana de esta zona se asentó un grupo armado, cuyo uniforme es verde militar; ya reunieron a la comunidad y les informaron que ellos llegan a tomar el control. “Por eso es que tenemos temor, porque esa gente que viene de otros lados con seguridad tiene intención de tener control de los cultivos, pero nosotros acá hace varios años tenemos la intención de sustituir”, afirma Albeiro Chavarría, secretario de la Junta de Acción Comunal de La Siberia.

Esfuerzo del Gobierno

Precisamen­te en la vereda La Siberia la alcaldía municipal, la Gobernació­n de Antioquia en colaboraci­ón con la Séptima División del Ejército, se adelanta un plan de sustitució­n de los cultivos, y aunque está en una fase preliminar, la idea es que los campesinos de la zona tengan todas las garantías para que dejen la

coca y aprovechen los beneficios que ofrece su tierra.

“Con recursos y apoyo de los ingenieros militares del Ejército estamos organizand­o la vía para darle sostenibil­idad y comerciali­zación a los productos que los campesinos empezarían a sembrar”, explica el general Jorge Salgado, comandante de la Séptima División.

Ese punto del norte de Antioquia fue visitado el pasado jueves por el presidente Juan Manuel Santos, quien observó los avances del proyecto y aseguró que al hablar con los líderes de la zona, “me manifestar­on que están dispuestos a iniciar un proceso de sustitució­n de los cultivos de ilícitos, porque allá hay mucha coca, y están muy interesado­s en recibir toda la ayuda y, sobre todo, las herramient­as que les permitan cultivar otros productos”.

Sobre ese tema Albeiro, aclara que en el Gobierno “tienen que entender que por el momento la coca es nuestra seguridad alimentari­a, queremos hacer sustitució­n, pero con garantías, no queremos hacer erradicaci­ón y que luego nos den para cultivar, con eso no vamos”.

El alcalde de Valdivia, Jonás Henao es consciente de la problemáti­ca, sin embargo no es- catima esfuerzos para que el campesinad­o tenga mejores oportunida­des. “Esta semana estaremos en Bogotá para pedir los recursos necesarios. Nuestro objetivo es que, si tenemos el aval económico, en menos de 5 meses tener 400 hectáreas sembradas con cacao para que 200 familias del municipio dejen de cultivar la coca y puedan arrancar esas matas”.

Y agregó el mandatario local: “También pediremos recursos al Gobierno Nacional para construir un puente sobre el Cauca para poder beneficiar a la gente de El Raudal”.

Aumento del pie de fuerza

Las denuncias de la presencia de grupos armados ilegales copando territorio­s que dejaron las Farc también se registraro­n en la población de Saiza, sur de Córdoba y en el corregimie­nto de La Granja, municipio de Ituango, Norte de Antioquia.

Esos puntos también fueron visitados por EL COLOMBIANO y se evidenció que en esas zonas también existe temor por la llegada de bandas criminales, sin embargo, en esos territorio­s, el Ejército mantiene un gran número de soldados protegiend­o a la población civil.

En Saiza son innumerabl­es los problemas que tienen sus pobladores. Ese corregimie­nto del municipio de Tierralta nunca se recuperó de la toma guerriller­a del 21 de agosto 1988, que dejó 14 soldados muertos, y de la masacre paramilita­r el 14 de julio de 1999 que dejó 11 personas muertas. Tanto tiempo después, en esa población aún persisten las ruinas generadas por esos ataques: el colegio no está en buenas condicione­s y el puesto de salud no funciona, lo que obliga a que los enfermos o heridos tengan que ser evacuados en hamacas hacía Carepa, Antioquia, porque en dirección a Tierralta no hay vía de acceso.

“Seguimos a medias, el pueblo nunca se pudo volver a levantar del todo y ahora estamos atemorizad­os porque si se van las Fuerzas Armadas, volvemos a quedar a merced de los grupos que quieren entrar por acá”, asegura Juan de Jesús Torres, habitante del sector.

Allí el Ejército desde hace varias semanas mantiene presencia enfocada a la seguridad, y hay un batallón de ingenieros que se encuentra adecuando la vía para que los habitantes de Saiza tengan acceso vehicular.

Ever Vargas vive cerca a Saiza y afirma que ahora se sienten más seguros y espera que las autoridade­s no abandonen la población, porque “ya se han escuchado muchos rumores de la llegada de otros grupos, que incluso han reunido a la gente y les dijeron que no iba a pasar

nada, que la gente podía seguir trabajando tranquilos, pero que ellos iban a estar dando ronda”.

El general Alberto José Mejía, comandante del Ejército, visitó esa zona y se comprometi­ó con la comunidad a que las tropas permanecer­án en este territorio para evitar cualquier inconvenie­nte.

“Esta población está en la entrada del Nudo de Paramillo y por eso es importante para los grupos ilegales, pues es entrada a donde está la coca, entonces la presencia institucio­nal es fundamenta­l y por eso nos comprometi­mos a darle la mano a esta comunidad”, aseguró el oficial.

En el Norte de Antioquia también se reforzó la presencia militar, específica­mente en el corregimie­nto de La Granja del municipio de Ituango. Allí también existen denuncias sobre la presencia de nuevos grupos que llegaron a tomarse las zonas dejadas por el frente 18 de las Farc, pero quieren confiar en la nueva promesa que llega de las autoridade­s.

Milagro Restrepo vive en La Granja. Dice que allí estaban acostumbra­dos hacer lo que la guerrilla dijera, “y ahora estamos esperando las nuevas órdenes. Ya hubo reuniones de la otra gente en varias veredas y en cualquier momento llegan acá al corregimie­nto, por eso es tan importante que esta vez cumplan”.

El general Mejía está consciente del reto que tiene el Estado con esas comunidade­s, muchas de ellas sometidas por mucho tiempo a las hostilidad­es, por eso afirma que la punta de lanza del plan del Gobierno para recuperar estas zonas es el Ejército, “y nosotros vamos a responder”

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 ?? FOTOS JULIO CÉSAR HERRERA ?? 1. En El Raudal, los campesinos siguen cultivando coca. Esta zona de Valdivia es controlada por el Eln. 2. En la vereda La Siberia también hay gran densidad de cultivos de uso ilícito. 3. El Ejército mantiene presencia en algunas zonas de la vereda La Siberia. La vía se está acondicion­ando. 4. El casco urbano de El Raudal tiene unos 800 habitantes. La mayoría vive de lo que deja la coca.
FOTOS JULIO CÉSAR HERRERA 1. En El Raudal, los campesinos siguen cultivando coca. Esta zona de Valdivia es controlada por el Eln. 2. En la vereda La Siberia también hay gran densidad de cultivos de uso ilícito. 3. El Ejército mantiene presencia en algunas zonas de la vereda La Siberia. La vía se está acondicion­ando. 4. El casco urbano de El Raudal tiene unos 800 habitantes. La mayoría vive de lo que deja la coca.

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