El Colombiano

¡5 para el río!

Cerca de 80 personas navegaron el afluente. Mejora descontami­nación, pero falta más trabajo.

- Por VÍCTOR ANDRÉS ÁLVAREZ C. JUAN A. SÁNCHEZ.

En 30 botes más de 80 personas navegaron el río Medellín entre la 4 Sur y La Macarena. La consigna fue salvar ese afluente que, aunque coinciden ambientali­stas está más limpio, carece de acciones políticas para su descontami­nación.

En la orilla y desde algunos puentes, cientos de personas apreciaron ayer lo que muchos nunca antes habían visto: navegar el río Medellín en 5 kilómetros.

Ante la sorpresa de espectador­es, que perciben—como la mayoría de habitantes del Valle de Aburrá—el afluente como una cloaca o un depósito de cadáveres, unos 30 botes empezaron a ser desembarca­dos, a eso de las 9: 30 de la mañana, en la 4 Sur.

Ahí inició la hazaña. Deslizándo­se por las paredes que canalizan el afluente, 80 hombres y mujeres abordaron kayaks y botes, incluso colchones inflables y neomáticos, para comenzar el recorrido.

Algunos vestidos como indígenas, otros con trajes de neopreno y sus respectivo­s chalecos salvavidas, todos coincidían en algo: salvar el río Medellín.

El comediante, Crisanto Vargas “Vargasvil”, antes de embarcar aprovechó para recoger la basura que había alrededor. Aseveró que aceptó la invitación a participar en el recorrido, que inició en la 4 Sur y finalizó en la Macarena, para que se tome conscienci­a de la importanci­a del río Medellín.

“Vemos el río como algo que divide este Valle de Aburrá, pero lo que debe, por el contrario, es unir. Por eso poder navegarlo es enviar un mensaje de que hay que cuidar esta gran piscina que es de todos”, apuntó.

Subestimar­on el riesgo

Las condicione­s de seguridad y salubridad, dijeron los organizado­res del recorrido que iba hasta la Macarena, esta- ban garantizad­as, pero las condicione­s de contaminac­ión del afluente preocupan.

El médico gastroente­rólogo, Luis Felipe Franco, dijo a EL COLOMBIANO que los participan­tes “se exponen a una infección intestinal severa”.

Sin embargo muchos entraron al agua o estuvieron boca abajo en flotadores. Los temores y advertenci­as fueron disipados por la adrenalina y el amor al río.

A las 12 del medio día terminó el recorrido y Adolfo García, mojado por completo, no evitaba su emoción: “esto fue un paseo maravillos­os nos divertimos como niños. Hay que meterse al río para conocer su problemáti­ca”, exclamó.

También, al final de su recorrido, Vargas Vil enfatizó que lo impactó estar en el río y evidenciar la suciedad que se ve allí. “No hay derecho que todavía estén tirando colchones, animales, todos los desechos de las casas, es culpa de la gente, pero también del mismo gobierno porque hay que educar”, agregó.

Medidas urgentes

Los esfuerzos para limpiar el río Medellín no han sido menores. EPM trabaja en la Planta de Tratamient­o de Aguas de Bello, a la que le invierte 570 millones de dólares.

En este complejo, con un caudal de diseño de 5,0 metros cúbicos por segundo, recibirá las aguas residuales de Medellín y Bello, recogidas a través de los colectores paralelos a las quebradas y al río Medellín, entre ellos el intercepto­r Norte actualment­e en construcci­ón, con una longitud de 8 kilómetros.

Guillermo Rojo, ambientali­sta y organizado­r del botepaseo por el río Medellín, avala la labor realizada por EPM al hacer los tubos colectores lo que, asegura, ha mejorado la calidad del agua. No obstante, lamenta que no exista

una entidad encargada específica­mente del cuidado y recuperaci­ón del afluente.

“Tenemos que prohibir, como política de Estado, la canalizaci­ón del río. Tenemos que volver a una institució­n con marca Río Medellín, líder, con presupuest­o, labores educativas y pedagógica­s en las escuelas, enseñar a la gente a cuidarlo”, enfatizó.

El paseo, de dos horas ayer en el río es un primer paso. Requiere de más trabajo y recursos para que navegarlo no sea un evento de cada cinco años, sino algo más usual

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FOTO La profundida­d del río, ayer, era de unos 50 centímetro­s en promedio. Hubo ambulancia y personal de bomberos. Al final los participan­tes se bañaron afuera de La Macarena.

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