200.000 evacuados por la crisis de la presa Oroville
Estados Unidos observa con temor e intenta evitar un desastre mayor por las fuertes lluvias que golpean la costa oeste.
“No sé cuánto daño adicional se ha hecho a la represa por soltar agua tan rápido, pero creo que será grave ”. CHRIS ORROCK Portavoz Recursos Hídricos de California
La erosión amenaza con tumbar la represa de Oroville en el norte de California, motivo por el que ayer fueron evacuadas 200.000 personas de distintas zonas. Si bien sobre horas de la tarde expertos y autoridades mermaban la alerta ante una posible inundación, el proceso de evacuación no fue el ideal y habitantes de la región describieron caos e incertidumbre.
Semanas de fuertes lluvias debilitaron un aliviadero de emergencia de la represa, al punto de causar una rotura que, de seguir creciendo, provocaría una “liberación incontrolada de aguas del lago Oroville”, según un comunicado del Servicio Meteorológico Nacional.
Ante el “potencial” de derrumbe, las autoridades estatales ordenaron la evacuación de más de 200.000 personas a centros de acogida en zonas seguras, la más relevante de ellas ubicada en la localidad de Chico. No obstante, no se llevó a cabo el mejor operativo.
“Hay muchos rumores sugiriendo que la evacuación va a terminar hoy a las 4:15 p.m. Eso no es cierto. Hay todavía una situación dinámica. Necesitamos tiempo para asegurarnos de que antes de que permitamos a la gente volver a esas áreas es por que no habrá peligro”, afirmó Kory Honea, sherriff del condado Butte, en diálogo con el diario The Sacramento Bee.
“Reconozco que esto está desplazando mucha gente, y que ha puesto enormes dificultades sobre nuestra comunidad”, agregó.
Medios californianos citan a los ciudadanos afectados al describir una “situación caótica” en las zonas evacuadas. Esto al punto de que se reportaron numerosos saqueos ayer, si bien las autoridades no quisieron definirlo de esa forma. En Oroville, saqueadores rompieron ventanas de tiendas para robar comida y licor.
“¿Es eso saqueo? Ese término probablemente no aplica. Por el momento solo le llamamos hurto”, afirmó a la prensa Joe Deal, portavoz policial.
El riesgo se mantiene
La respuesta de los ingenieros ha sido botar la mayor cantidad de agua posible por el mismo aliviadero que está erosionado, con el fin de “reducir la cantidad de agua en el lago”. Al mismo tiempo, se están lanzando costales y rocas sobre distintos puntos del lugar afectado para “aumentar su estabilidad”. También se está echando concreto con el mismo fin.
Para Chris Orrock, portavoz del Departamento de Recursos Hídricos de California, la utilización de dicho aliviadero —el mismo que genera la amenaza— para botar las aguas del lago, puede ser con-
traproducente. “No sé cuánto daño adicional fue hecho a este vertedero por soltar agua tan rápidamente, pero creo que será grave. Hay que esperar hasta mañana para evaluar el daño”, afirmó.
Más aún, tal como advierte Jay Lund, director del Centro para las Ciencias de Cuencas de la Universidad de California, “las fuertes tormentas están lejos de acabar, y por eso hay que evaluar hasta qué punto dicho aliviadero servirá para seguir evacuando el exceso de agua durante el resto de la temporada”