Oñate le canta al patrimonio vallenato
El músico cesarense se acerca a los 50 años de carrera con un disco recién lanzado que busca rescatar lo tradicional del género.
Jorge Oñate canta todo el día: cuando se levanta, al mediodía, en la noche, en los conciertos. Canta en las conversaciones, cantó en esta entrevista. El jilguero de América lanza su nuevo disco Patrimonio Cultural, un álbum con el que quiere rescatar y exaltar el vallenato de poesía franca, noble y de versos sentidos.
Entonces, entona la canción de Ómar Geles, La Crítica: “Los amantes de mi folclor, seguidores del vallenato, me preguntan por Escalona, por Calixto y por Leandro, por Abel Antonio Villa, por Luis Enrique y Alejandro, los nuevos compositores que han llegado al vallenato han perdido su cadencia y su bonito relato (...) han dañado mi vallenato”.
Oñate es un franco defensor del vallenato tradicional. “No creo que sea necesario inyectarle reguetón, bachata y champeta, el vallenato es como es”, dice. ¿Usted nunca lo hará?, le pregunto, “el día que yo haga eso el público no me lo va a perdonar, me van a sancionar”, responde con contundencia.
Él se mantiene en su posición y “que lo haga otro, pues no lo critico, pero ya la historia les irá a contestar, pienso yo”.
Sobre Patrimonio Cultural contó que recibió 150 canciones. Su trayectoria en los escenarios hace que los compositores quieran que él les grabe una canción, un vallenatovallenato. “Empezamos a depurar la lista y quedaron 70 , luego 30, después se bajó a 18,
yo tenía 16 listas para grabar, y al final quedaron 14. Fue una buena selección pero a pesar de todo quedó por fuera una canción que le hicieron a mi nieta pero esa la canto en los conciertos”.
El acordeonero fue el rey del Festival de la Leyenda Vallenata 1992: Álvaro López le entrega al disco verdaderos y auténticos pases vallenatos. El acordeón es el centro de las canciones de este nuevo trabajo musical.
Las nuevas generaciones
Construir una carrera de 50 años y seguir vigente no es fácil. Oñate resume su éxito a tres características personales: la disciplina, el amor propio y la dedicación. “Yo le digo a los nuevos baluartes y a todos en general que la disciplina es muy importante, sea cual sea la profesión que uno tenga”, y para las nuevas generaciones del vallenato, Oñate, de 67 años, canta: “Y si el muchacho no hace caso, le voy a pegar un pinchazo al muchacho”, y se pregunta, “¿cómo voy a hacer con este folclor que he parido y que he querido?”.
De las nuevas generaciones, paradójicamente, admira a su ahijado, Silvestre Dangond, y no critica el hecho de que se haya alejado un poco del género: “Él se abrió camino al exterior, pienso que hay que apoyarlo, que llegué lejos, allá donde están Shakira, Marc Anthony. Él tiene capacidad musical, espontaneidad y se entrega al público. Yo le pido a Dios que lo acompañe, que lo lleve allá a donde él quiere, no es fácil, toma tiempo”.
Con este trabajo, Jorge Oñate logra volver a sus mejores tiempos y a los más memorables del vallenato, ese que consiguió que el género fuera catalogado como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad y que recuerda las tonadas que le cantaban a la rutina de los pueblos, a los amigos y a los amores que se fueron. Oñate y López revitalizan el género y lo homenajean haciendo vallenato tradicional