El Colombiano

Oñate le canta al patrimonio vallenato

- Por CLAUDIA ARANGO HOLGUÍN

El músico cesarense se acerca a los 50 años de carrera con un disco recién lanzado que busca rescatar lo tradiciona­l del género.

Jorge Oñate canta todo el día: cuando se levanta, al mediodía, en la noche, en los conciertos. Canta en las conversaci­ones, cantó en esta entrevista. El jilguero de América lanza su nuevo disco Patrimonio Cultural, un álbum con el que quiere rescatar y exaltar el vallenato de poesía franca, noble y de versos sentidos.

Entonces, entona la canción de Ómar Geles, La Crítica: “Los amantes de mi folclor, seguidores del vallenato, me preguntan por Escalona, por Calixto y por Leandro, por Abel Antonio Villa, por Luis Enrique y Alejandro, los nuevos compositor­es que han llegado al vallenato han perdido su cadencia y su bonito relato (...) han dañado mi vallenato”.

Oñate es un franco defensor del vallenato tradiciona­l. “No creo que sea necesario inyectarle reguetón, bachata y champeta, el vallenato es como es”, dice. ¿Usted nunca lo hará?, le pregunto, “el día que yo haga eso el público no me lo va a perdonar, me van a sancionar”, responde con contundenc­ia.

Él se mantiene en su posición y “que lo haga otro, pues no lo critico, pero ya la historia les irá a contestar, pienso yo”.

Sobre Patrimonio Cultural contó que recibió 150 canciones. Su trayectori­a en los escenarios hace que los compositor­es quieran que él les grabe una canción, un vallenatov­allenato. “Empezamos a depurar la lista y quedaron 70 , luego 30, después se bajó a 18,

yo tenía 16 listas para grabar, y al final quedaron 14. Fue una buena selección pero a pesar de todo quedó por fuera una canción que le hicieron a mi nieta pero esa la canto en los conciertos”.

El acordeoner­o fue el rey del Festival de la Leyenda Vallenata 1992: Álvaro López le entrega al disco verdaderos y auténticos pases vallenatos. El acordeón es el centro de las canciones de este nuevo trabajo musical.

Las nuevas generacion­es

Construir una carrera de 50 años y seguir vigente no es fácil. Oñate resume su éxito a tres caracterís­ticas personales: la disciplina, el amor propio y la dedicación. “Yo le digo a los nuevos baluartes y a todos en general que la disciplina es muy importante, sea cual sea la profesión que uno tenga”, y para las nuevas generacion­es del vallenato, Oñate, de 67 años, canta: “Y si el muchacho no hace caso, le voy a pegar un pinchazo al muchacho”, y se pregunta, “¿cómo voy a hacer con este folclor que he parido y que he querido?”.

De las nuevas generacion­es, paradójica­mente, admira a su ahijado, Silvestre Dangond, y no critica el hecho de que se haya alejado un poco del género: “Él se abrió camino al exterior, pienso que hay que apoyarlo, que llegué lejos, allá donde están Shakira, Marc Anthony. Él tiene capacidad musical, espontanei­dad y se entrega al público. Yo le pido a Dios que lo acompañe, que lo lleve allá a donde él quiere, no es fácil, toma tiempo”.

Con este trabajo, Jorge Oñate logra volver a sus mejores tiempos y a los más memorables del vallenato, ese que consiguió que el género fuera catalogado como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad y que recuerda las tonadas que le cantaban a la rutina de los pueblos, a los amigos y a los amores que se fueron. Oñate y López revitaliza­n el género y lo homenajean haciendo vallenato tradiciona­l

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