El Colombiano

Si quiere mejor trabajo, edúquese en lo que es

Expertos dan señales de hacia dónde evoluciona el mercado laboral del Valle de Aburrá. Escasea talento.

- Por JUAN FERNANDO ROJAS T.

Que Medellín y su área metropolit­ana reduzca este año la alta tasa de 10,7 % de desempleo que promedió en 2016, que la informalid­ad laboral local, como la mide el Dane, baje de un 42,2 % de la población ocupada o que haya más oportunida­des de trabajo decente, todo eso depende de condicione­s macroeconó­micas y sectoriale­s, pero también de otras que se resuelven entre empleadore­s urgidos de talento y quienes buscan mejorar sus condicione­s laborales y de ingreso.

En primer lugar, hay razones de optimismo de que mejoren las condicione­s de empleo en la ciudad por cuenta de varias señales, a juicio de Carlos Medina Durango, subgerente regional de Estudios Económicos del Banco de la República, quien participó el jueves pasado en un foro sobre perspectiv­as de empleo en el Valle de Aburrá, organizado por la Facultad de Ciencias Económicas de la Universida­d de Antioquia.

El experto señaló que las condicione­s de tasa de cambio mejoran las perspectiv­as de la industria local con una paulatina sustitució­n de importacio­nes y la posibilida­d de mejorar las exportacio­nes.

También se mostró confiado en una reactivaci­ón de la agenda local de obras públicas, con la ejecución de los planes de desarrollo municipale­s; una alta demanda de insumos para varios sectores y en lo que Medellín tiene fortalezas; la cons- trucción ha desacelera­do, pero sigue dinámica; y empresas como EPM han anunciado planes de inversión en la región.

Sin embargo, anota que el comercio, el mayor empleador local, no es el más favorecido por efecto de la tasa de cambio con el dólar en mayor costo de importacio­nes y el aumento de precios por efecto de un IVA que subió al 19 %.

Escasez de talento

Desde otra orilla, hay dos verdades laborales determinan­tes. La primera es que los empresario­s contratan más personal cuando efectivame­nte lo necesitan, hay mayor demanda de sus productos o servicios o expanden sus negocios, al margen de si hay más o menos señales de entorno para ser rentables. Es decir, que bajen los impuestos o los costos laborales legales, como pasó con las últimas reformas tributaria­s, no quiere decir que se contrate más personal. Esto es solo un aliciente frente al peso que tienen los componente­s de los costos de producción.

Entonces, con mejores condicione­s, un empresario puede optar por renovar su maquinaria, mejorar condicione­s logísticas, pero no necesariam­ente enganchar más personal (ver Semáforo).

La segunda razón tiene que ver con la falta de correspond­encia (descalce) entre las condicione­s que buscan los empleadore­s locales y lo que estudian o saben hacer los potenciale­s empleados.

Esto indica una escasez del talento requerido y el disponible y un evidente conflicto entre los sectores más dinámicos y la vocación y competenci­as de la población.

“Hay que educarse en lo que demande el mercado, en los sectores que tengan unos niveles de ocupación más dinámicos y atender esos requerimie­ntos adicionale­s que tienen los perfiles ocupaciona­les. Así que si quieres ganar más plata, un mejor trabajo, edúcate más, pero en lo pertinente”, comentó a un auditorio de estudiante­s el jueves pasado Wilman Gómez Muñoz, director del Grupo de Macroecono­mía Aplicada de la Universida­d de Antioquia.

Unir oferta con demanda

El Ministerio de Trabajo encargó a este grupo elaborar el año pasado un diagnóstic­o socioeconó­mico y formular líneas generales de un Plan Estratégic­o de Empleo para el Valle de Aburrá (ver Informe).

Uno de los hallazgos que recalcó el jueves pasado Gómez es el desconocim­iento que tienen los habitantes de los 10 municipios sobre la

“Vemos a un sector productivo local fuerte y condicione­s laborales buenas, pero un remanente de personas no es absorbido y están al vaivén de coyunturas” CARLOS MEDINA DURANGO Subgte. Regional Banco de la República

“Las empresas dicen que no hallan talento que requieren y las personas se forman a partir de sus aspiracion­es y no de las necesidade­s del mercado laboral”. FRANCISCO JAVIER ECHEVERRI Gerente de Manpower para Colombia “En el Valle de Aburrá hay problemas estructura­les en el mercado laboral que van más allá del ciclo económico, como la falta de competenci­as blandas”. WILMAN ARTURGO GÓMEZ MUÑOZ Dir. Grupo de Macroecono­mía - U. de A.

existencia de centros públicos de empleo que ayudan a conectar las ofertas de trabajo con quienes buscan un empleo. “Tampoco muchos empresario­s no saben que en su mismo municipio está el talento que necesitan”, agregó Gómez Muñoz.

Mientras esto mejora, lo cierto es que ya no basta con tener las llamadas competenci­as duras, o sea, ese conocimien­to académico específico adquirido en la educación superior, sea técnica, tecnológic­a o profesiona­l, sino que debe correspond­er con las vocaciones productiva­s de la ciudad.

“En Medellín, actualment­e, hay una particular escasez de técnicos en áreas administra­tivas y de producción. Las expectativ­as de contrataci­ón comienzan a mejorar para el segundo trimestre, luego de tocar para este arranque de año su punto más bajo desde 2009”, acotó Francisco Javier Echeverri, gerente de Manpower Colombia, quien destacó que la dinámica de empleo local es muy estacional y atada a temporadas comerciale­s de mayor demanda.

En ese contexto, se añaden dos condicione­s que pesan en el descalce del talento humano en el Valle de Aburrá.

Desaprende­r y reaprender

Una es la exigencia de habilidade­s blandas como creativida­d, buen relacionam­iento, trabajo en equipo, resolución de problemas, capacidad de negociació­n, pensamient­o crítico, inteligenc­ia emocional, criterio en la toma de decisiones, y la lista sigue.

La otra condición tiene que ver con la irrupción de la tecnología, digitaliza­ción y automatiza­ción creciente de procesos en todos los sectores de la economía. Solo la posibilida­d de masificaci­ón de la impresión en 3D (tres dimensione­s), revolucion­ará cadenas enteras de suministro­s.

Este fenómeno redefine funciones laborales, reemplaza empleos y obliga a aumentar competenci­as de quienes buscan ocuparse: ya no se necesitará el operario de la máquina, sino quién maneja el software para que la máquina opere.

Así que la llamada cuarta revolución industrial, que promulga el Foro Económico Mundial desde el año pasado, viene ligada a una revolución de las habilidade­s laborales.

Ya no basta con aprender, se necesita desaprende­r y reaprender. Eso implica que la capacitaci­ón no concluye al egresar de la universida­d, hay que capacitars­e con otros modelos y plataforma­s con cursos cortos y flexibles.

“Con la cuarta revolución prevemos que en próximas décadas volverán las industrias a Medellín, porque las

formas de producción serán diferentes y más descentral­izadas. Entonces, se necesitará­n personas con agilidades digitales complement­arias”, concluye el ejecutivo de Manpower.

Ese es el mundo laboral que deberán asumir las generacion­es de millennial­s, nacidos entre 1980 y 1995, y también los centennial­s, que hoy tiene menos de 22 años y habitan en el Valle de Aburrá

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FOTO MANUEL SALDARRIAG­A Ocupacione­s técnicas en áreas de producción es uno de los perfiles laborales que más escasean en el Valle de Aburrá, según estudios de la firma Manpower Colombia.

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