Parque del Río se convirtió en espacio de disfrute en familia.
El fin de semana se trabajó en la instalación de los puentes peatonales que unirán las etapas 1A y 1B, mientras vecinos y visitantes disfrutaban el lugar.
Mientras avanzaba la instalación de los puentes peatonales en el marco de las obras de Parques del Río, etapa 1B, cientos de ciudadanos disfrutaban, como se ha vuelto costumbre, de la etapa 1A de la obra, incluso los vecinos que en principio se opusieron al proyecto.
Karen Murillo, que vive al frente del parque, en el barrio Conquistadores, sostuvo que ya no añora el espacio arborizado que había antes: “Me parece que quedó muy bien hecho y muy bonito y por eso viene tanto turista”, señaló.
El único pero que le ve al lugar es que a veces se le parquean al frente de la casa y le impiden el ingreso o salida. Aseguró que después de las molestias vividas en la etapa constructiva, era justo que llegara la recompensa: “fui de las que más sufrió con el polvo, me dio rinitis, pero ya estoy aliviada y lo disfruto mucho”.
Al otro lado del río, en el costado oriental, obreros trabajaban en el montaje de los puentes peatonales, que servirán para conectar las dos etapas de la obra y para lo cual se estableció el cierre de la avenida Regional, entre las calles 33 y San Juan, desde el sábado a las 10: 00 p.m. hasta las 4: 00 a.m. de hoy lunes, obligando a los usuarios de la vía a tomar avenidas alternas, como Las Vegas, Guayabal y El Poblado.
“Son puentes de una luz de 50 metros y un ancho aproximado de 15 metros que tienen obras de urbanismo, ciclorrutas y una conectividad muy importante entre los dos lados del parque”, explicó la Secreta- ria de Infraestructura, Paula Andrea Palacio. La obra tiene un costo de $6.000 millones.
Disfrute familiar
Paralelo a las labores, el Parque del Río fue el espacio donde ayer, día soleado e ideal para pasear, Víctor Ruiz, cartagenero, disfrutó al máximo de su visita a Medellín. Él caminó por los senderos con su hija y su nieta y gozó un lugar que dice no tener en su ciudad natal: “Es algo diferente y de lo mejor que he visto en Medellín”, apuntó.
Su hija Patricia, que reside
cerca del sitio, afirmó que llega al parque hasta tres veces por semana acompañada de su esposo y su hija.
“Lo que más me agrada es que tiene espacios para los niños y para los adultos y uno se siente muy seguro”. Recalcó que nunca faltan los turistas extranjeros y eso es positivo para la ciudad.
Lo notable es que se comparte en familia y se respira tranquilidad. La seguridad, que antes se hacía con policías, ahora es con vigilancia privada las 24 horas, con cinco uniformados al tiempo.
“Aún hay gente que deja ingresar las mascotas al espacio de los niños, que ya no se puede, pero les advertimos y acatan la recomendación”, dijo uno de los vigilantes.
Juan Felipe Zapata, residente en Robledo, sostuvo que
acude al sitio cada semana.
“Me gusta mucho en las noches, es un espacio que ha sido tomado por las familias y es lo positivo, porque acá hay otros parques, pero los invade otro público”.
Alejandra Posada, una joven que estaba con él y su mascota Foxy, contó que una vez dejó olvidado su bolso en una banca y no se le perdió: “volví a la hora, pensé que lo había perdido, y ahí estaba”.
Los visitantes, entre los que había extranjeros que hablaban inglés, piden que se instalen casetas para comprar frutas, jugo, café o gaseosas. Estos se montarán próximamente y evitarán que los usuarios tengan que salir a buscar esos productos en tiendas aledañas. La conclusión es que la ciudad, en familia, ya se apropió del parque y espera con ansiedad que terminen la etapa 1B, que estaría lista para el año 2019