LA INTRIGA AL PALACIO DE COREA DEL NORTE
Después de que el gobernante coreano del siglo XIV, Taejo, fundador de la dinastía Joseon, eligiera al menor de sus ocho hijos para sucederle, un hijo despreciado mató al heredero aparente y al menos uno de sus otros medio hermanos y eventualmente subió al trono. Hoy en día, los rumores de fratricidio real están rodando de nuevo esta vez alrededor de la corte de Kim Jong-un, el gobernante de Corea del Norte.
La semana pasada, el hermano medio mayor de Kim, murió en Malasia, la aparente víctima de un ataque con veneno en el aeropuerto de Kuala Lumpur. Muchos surcoreanos, sin necesitar pruebas, lo están llamando un asesinato político dirigido por Kim Jongun. Corea del Norte niega esto.
Es posible que la policía de Malasia nunca pueda comprobar que el régimen de Corea del Norte fue responsable de la muerte. Pero la especulación desenfrenada de que Kim dio la orden para el ataque es suficiente para enviar un mensaje escalofriante al pueblo de Corea del Norte: el alcance y poder de Kim Jong-un puede alcanzar todos los rincones de la tierra.
Un jefe de Estado que ordena un golpe contra su hermano puede sonar medieval a oídos modernos. Pero en muchos sentidos, Corea del Norte sigue funcionando como una monarquía feudal. La tradición coreana de líderes que asesinan a sus enemigos y exilian a potenciales demandantes al trono florece en Pyongyang. El padre de Kim Jong-un,
Kim Jong-il, y su abuelo, ambos desarrollaron purgas fata- les en los primeros años de su gobierno. Y Kim Jong-il envió a su hermano medio, Kim
Pyong-il, a servir como embajador de las embajadas de Corea del Norte en los lejanos Polonia y la República Checa.
Aunque una vez parecía ser el favorito para suceder a su padre, Kim Jong-nam comenzó a vivir en el exilio después de ser sorprendido en 2001 tratando de entrar en Japón con un pasaporte dominicano falso (el corpulento Kim usó el nombre de Pang Xiong, que en chino significa “oso gordo ,“un detalle que sugiere su sentido del humor).
Aún así, Kim Jong-nam había sido franco en sus críticas contra el liderazgo de Corea del Norte. En el 2010, mientras que Kim Jong-un estaba preparando para convertirse en líder, Kim Jong-nam dijo a TV Asahi que se oponía a la decisión de su padre de entregar liderazgo a una tercera generación. Y en un libro publicado en Japón, Kim Jong-nam fue citado cuando predijo que Corea del Norte colapsaría sin reforma económica. Estas fueron palabras incriminatorias de parte de un hijo de Kim
Jong-il y podrían ser utilizadas para enjuiciamiento por trai- ción bajo la ley norcoreana. La ejecución del tío de Kim
Jong-nam, Jang Song-thaek, en el 2013 fue un presagio. Jang, el esposo de la hermana de
Kim Jong-il quien en un entonces fue tratado como un regente para el joven Kim Jongun, fue acusado de conspirar para derrocar al régimen.
Su ejecución tenía la meta de enviar un mensaje a los norcoreanos sobre los peligros de contradecir a Kim Jong-un y dio entrada a una purga extendida. Se dice que Kim Jong
nam era cercano a su tío. Como alguien que remon- ta su linaje al rey Taejo, tengo un interés personal en su antiguo drama de palacio. En 2013, visité la ciudad natal de Taejo, Hamhung, en Corea del Norte, donde los lugareños compartieron detalles de las leyendas de la familia.
Las peleas entre los hijos de Taejo, me dijeron, descorazonaron tanto al rey que abandonó su palacio en Seúl y se retiró a Hamhung. Durante años, él se negó a reunirse con el hijo asesino quien eventualmente subió al trono. La leyenda dice que enviados llevando ruegos del hijo, quien gobernó como Rey Taejong, eran asesinados antes de que pudieran entregar sus mensajes. Los enviados asesinados fueron llamados “Hamhung chasa” —mensajeros que nunca lograron regresar a casa.
Con su muerte, y la especulación que la rodea, Kim
Jong-nam se han convertido en un Hamhung chasa de tiempos modernos, un hombre nefasto que nunca regresó a casa. Al menos hasta que sepamos más sobre el caso, la muerte de Kim Jong-nam será vista como una amenaza a los norcoreanos sobre el destino que corren el riesgo de encontrar si contradicen a su líder ■
Se dice que la ejecución de Kim Jong-nam tenía la meta de enviar un mensaje a los norcoreanos sobre los peligros de contradecir a Kim Jong-un y dio entrada a una purga extendida.